"Ha llegado la hora de la responsabilidad y de llegar a resultados concretos". El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha instado a ucranianos y rusos, reunidos en Estambul por primera vez en dos semanas, a firmar un alto el fuego inmediato y permanente para detener esta tragedia". Llevará su tiempo pero se están dando pasos para lograrlo. En la primera jornada la delegación ucraniana ha entregado sus condiciones para ser un país neutral a los representantes del Kremlin. El objetivo de los ucranianos es que se celebre un encuentro entre el líder ruso, Vladimir Putin, y el ucraniano, Volodimir Zelenski y ven que hay base para que se celebre.
Israel, Polonia, Canadá y Turquía estarían entre los garantes de la seguridad de Ucrania, según el negociador ucraniano, quien ha añadido que solo podría firmarse un acuerdo "en tiempo de paz y cuando hayan podido volver los que están fuera". También se considera la inclusión del Reino Unido, Estados Unidos y China. Ucrania no formaría parte de ninguna alianza militar ni tampoco albergaría bases militares.
Algunos de estos países habrían dado su visto bueno a esta participación. La garantía de seguridad vendría a ser como la aplicación del artículo 5 de la OTAN. Es decir, en caso de que Ucrania fuera atacada intervendrían en su defensa.
El Financial Times anticipaba que Rusia está dispuesta a aceptar que Ucrania se integre en la Unión Europea si es neutral. Ucrania ha pedido su ingreso pero los Veintisiete no facilitarán una vía rápida para que lo logre.
Las propuestas también incluirían un periodo de consulta de 15 años sobre el estatus de la Crimea anexionada y solo podrían entrar en vigor en caso de un alto el fuego completo, según informa la agencia Reuters.
El representante ruso en las conversaciones de Estambul, Vladimir Medinsky, ha señalado que las conversaciones han sido constructivas, según la BBC. Medinsky ha dicho que iban a informar al líder ruso, Vladimir Putin, sobre las demandas de Kiev.
Con el fin de "incrementar la confianza mutua y conseguir que se firme un acuerdo de paz con Ucrania", el viceministro ruso de Defensa, Alexander Fomin, ha dicho que el Kremlin va a reducir la actividad militar en torno a Kiev y Chernígov.
La cuarta ronda de negociaciones se ha reanudado el martes en el Palacio de Dolmabahce en Estambul, con la presencia de Erdogan, en la inauguración, y del oligarca Roman Abramovich, quien habría sufrido síntomas de envenenamiento tras un encuentro en el que también se intoxicaron dos negociadores ucranianos el 3 de marzo en Kiev. El Kremlin niega cualquier relación con lo que les ha sucedido al oligarca y los negociadores: se trataría de guerra informativa, según el portavoz de Putin, Dmytri Peskov.
Nada de "desnazificación"
Moscú y Kiev están discutiendo una pausa en las hostilidades y corredores humanitarios como parte de un posible acuerdo que implicaría el abandono de Ucrania de su campaña de adhesión a la OTAN a cambio de garantías de seguridad y la perspectiva de unirse a la UE.
Con la ofensiva terrestre rusa, que dura un mes, prácticamente estancada, Moscú ha dado señales de estar dispuesta a abandonar algunas de sus exigencias iniciales más difíciles. Pero Ucrania y sus partidarios occidentales temen que el presidente ruso Vladimir Putin pueda estar utilizando las conversaciones como una treta para reabastecer a sus fuerzas en preparación de una nueva ofensiva.
El borrador de los documentos del alto el fuego no incluye referencias a la "desnazificación", la "desmilitarización" y la protección legal de la lengua rusa en Ucrania, según varias personas cercanas a las negociaciones, consultadas por el FT. Putin anunció el 24 de febrero que Rusia lanzaba "una operación militar especial" destinada a "desnazificar" y "desmilitarizar" el país. El presidente Zelenski es de origen judío, pero el Kremlin recurre a esta narrativa para justificar la invasión de todas maneras.
Dmytro Kuleba, ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, ha asegurado que los negociadores que representan a su país "no intercambiarán personas, tierras y soberanía" durante las conversaciones. Hay líneas rojas por las dos partes y encontrar el mínimo común denominador es el objetivo para que se den los primeros pasos hacia la paz. Mariúpol espera que detengan su agonía.
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