Desde junio de 2020, Emine Aliarovna Dzhaparova (Krasnodar, 1983) es la número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores, a cargo de Dmytro Kuleba. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad de Kiev. Ha sido viceministra de Información y asesora del ministro de Información. Como periodista independiente ha trabajado en Radio Free Europe / Radio Liberty y en medios como Krym.Realii, Zaman y el canal de Crimea ATR.
Es autora y productora de los programas Tuhra y Elifbye sobre la historia y cultura de los tártaros de Crimea, comunidad a la que pertenece. Habla inglés, turco y español. Ha aceptado contestar a las preguntas de El Independiente por correo electrónico justo después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, haya intervenido en el Congreso de los Diputados. Está convencida de que Ucrania ganará la guerra, reconoce que las pérdidas económicas superarán el billón de dólares, más de 900.000 millones de euros. Asegura, además, que la soberanía y la integridad territorial de Ucrania no están en discusión; solo negociarán cuándo y cómo se retiran las tropas rusas.
Pregunta.- La guerra parece empantanada y puede costar la vida de muchos civiles en Ucrania. Es cierto que el plan de Rusia no ha funcionado como quería, pero sigue bombardeando. ¿Qué oferta mínima puede aceptar el gobierno ucraniano?
Respuesta.- Sí, es cierto que el plan de Rusia no ha funcionado como quería. También es cierto que muy pocos, salvo los ciudadanos y las autoridades ucranianas, han creído en los primeros días de guerra que el plan de Rusia iba a fracasar. Nosotros lo hemos hecho posible. Hemos sorprendido al mundo. Sean cuales sean los planes que los dirigentes rusos puedan tener para Ucrania y su pueblo, no permitiremos que tengan éxito
Nosotros no hemos sido los que han lanzado esta guerra. Nosotros no la hemos querido. Somos una nación europea pacífica con un gobierno elegido democráticamente, que lucha por la prosperidad y el bienestar de nuestras familias. No hay nadie más interesado en terminar esta guerra que Ucrania. Son nuestros civiles los que sufren y mueren por las horribles acciones de Rusia.
Hacemos y seguiremos haciendo lo mejor que podamos para detener la guerra. Esta es, por cierto, la razón por la que seguimos hablando con los rusos incluso después de todos los crímenes de guerra cometidos por ellos en Ucrania. Al mismo tiempo, esto no será a cualquier precio. Como se ha reiterado muchas veces, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente no están sujetas a discusión. Podemos hablar sobre el calendario y las modalidades de la retirada de Rusia del territorio de Ucrania. Pero no suscribiríamos ningún compromiso sobre el hecho de la retirada en sí. Ni el gobierno ucraniano, ni el pueblo ucraniano lo aceptarían.
P.- ¿Cómo se articulan las garantías de seguridad que exige la neutralidad y la no pertenencia a la OTAN? ¿Qué países son esenciales para que los ucranianos estén tranquilos?
R.- Hay dos puntos principales en los que hay que insistir respecto a las garantías de seguridad, solicitadas por Ucrania. En primer lugar, deben ser efectivas. Ucrania no puede seguir siendo una zona gris de la seguridad europea. Por un lado, no podemos unirnos al llamado "mundo ruso", especialmente después de que Rusia lanzara una guerra contra nosotros y cometiera todas esas atrocidades que el mundo entero ha evidenciado en Bucha, Irpin, Borodianka, Mariúpol y otras ciudades, pueblos y aldeas ucranianas. Por otro lado, no observamos que los Estados miembros de la OTAN estén dispuestos a permitir que Ucrania se incorpore a la Alianza. Eso significa que tenemos que garantizar nuestra seguridad de forma alternativa. Lo que pedimos es que se nos proporcionen garantías efectivas, que se apliquen inmediatamente si Ucrania es atacada. El mero hecho de saber que Ucrania recibirá un apoyo militar fuerte y completo sería suficiente para disuadir y prevenir cualquier agresión.
En segundo lugar, estas garantías de seguridad deben ser jurídicamente vinculantes. Tenemos el triste precedente del Memorándum de Budapest de 1994, cuando Ucrania recibió garantías vacías a cambio del tercer arsenal de armas nucleares del mundo. Todos hemos visto la eficacia de este documento veinte años después, cuando la Federación Rusa, uno de sus firmantes, ocupó Crimea y algunas zonas de Donbás en Ucrania. Esto no debe repetirse. Por eso pedimos a todos los Estados garantes que ratifiquen las garantías de seguridad para Ucrania, para que tengan carácter vinculante. Entendemos que ninguno de los posibles Estados garantes estaría dispuesto a participar directamente en la guerra ya iniciada por Rusia. Por eso estamos dispuestos a acordar que dichas garantías no cubran temporalmente las partes del territorio ucraniano ocupadas por Rusia desde 2014 hasta el 24 de febrero de 2022 en las regiones de Donetsk y Lugansk, y la península de Crimea.
No necesitamos tener a 40 países que estén dispuestos a luchar por Ucrania… Necesitamos actores serios que puedan proporcionarnos armas en 24 horas"
El equipo negociador ucraniano sigue hablando con Rusia y consultando con los posibles Estados garantes. La lista preliminar incluye a países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, así como a Turquía, Alemania, Canadá, Italia, Polonia e Israel. No es una lista mínima ni exhaustiva: otros países podrían sumarse también. Como he subrayado antes, las negociaciones continúan, por lo que me abstendré de nombrar a algunos de esos países. Pero, como ha dicho el presidente de Ucrania, no necesitamos tener 40 países del mundo que estén dispuestos a unirse y luchar por Ucrania en el marco del acuerdo. Necesitamos actores serios que estén dispuestos a todo. Necesitamos un círculo de Estados que estén dispuestos a proporcionar cualquier arma en 24 horas. Necesitamos países individuales de los que dependa realmente la política de sanciones, para que éstas estén profundamente elaboradas de antemano. Para que en el primer segundo en que sintamos la amenaza de la Federación Rusa, estos Estados se unan y en tres días introduzcan todo a la vez, bloqueen todo.
P.- ¿Qué opina del apoyo prestado por Estados Unidos y de las declaraciones del presidente Joe Biden contra Putin (al que ha llamado criminal en reiteradas ocasiones)?
R.- Me gustaría agradecer a Estados Unidos y a la Administración del presidente Biden el apoyo coherente y firme que nos prestan cada día. También valoramos mucho el apoyo bipartidista unido, coherente y decidido del Congreso estadounidense. Sentimos la mano de nuestro aliado, su postura diplomática proactiva y su decisión de defender juntos la democracia y nuestra libertad. Lo reafirman las palabras y los hechos. Solo en los dos últimos años, Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania más de 2.300 millones de dólares (unos 2.100 millones de euros) en sistemas de seguridad. Solo en el último mes, 1.600 millones de dólares (unos 1.400 millones de euros).
Tenemos un entendimiento mutuo con EEUU sobre la evaluación de la situación en el campo de batalla y la previsión de los acontecimientos. Estamos colaborando estrechamente con EEUU, así como con nuestros otros socios, para que se haga justicia y se rindan cuentas por los crímenes de guerra y otras atrocidades cometidas por las fuerzas de ocupación rusas contra la población civil en Ucrania, especialmente en Bucha, en las afueras de Kiev.
Discutimos el apoyo específico que reforzará aún más las capacidades de defensa de Ucrania en el mar, tierra y aire. Además de los Javelin y los Stingers, la ayuda de Estados Unidos incluye también elementos de apoyo y suministro de instalaciones y equipos de importancia crítica (alimentos, chalecos antibalas, cascos, armas pequeñas, municiones, suministros médicos, botiquines de primeros auxilios). Agradecemos a Estados Unidos la decisión sobre otros 1.000 millones de dólares de paquete de ayuda humanitaria y 500 millones adicionales de apoyo presupuestario directo.
En el marco de nuestro diálogo, hemos venido diciendo insistentemente que en medio del apoyo militar y de defensa es difícil sobrestimar la eficacia de las sanciones personales y sectoriales contra Rusia, incluyendo las restricciones al trabajo de los sectores sensibles de la economía rusa, como defensa. Esta es una herramienta muy poderosa. Es necesario continuar con ella. Las sanciones deben afectar principalmente a los políticos rusos, a los diputados y a las personas que apoyaron la guerra contra Ucrania y en las que se basa este régimen.
Es nuestra obligación común hacer saber a Moscú que la política de sanciones solo continuará y se intensificará. Al mismo tiempo, también deberían imponerse sanciones a las fuentes de energía rusas y a los mayores bancos. Estas sanciones deberían incluir un embargo de las exportaciones de petróleo y gas ruso. Y esto no es una exageración. Después de que el mundo entero haya recibido claras evidencias de los crímenes militares de los invasores rusos contra los civiles ucranianos, la mejor respuesta sería reforzar la presión sobre el líder ruso y llevar a los autores ante la justicia por sus brutales acciones ilegales.
P.- Ucrania ha solicitado la adhesión a la UE, pero los Veintisiete no han intentado una vía rápida. ¿Está haciendo la UE todo lo necesario para ayudar a los ucranianos? ¿Qué más falta?
R.- Agradecemos a los líderes de la UE su apoyo a las aspiraciones europeas y a la opción europea de Ucrania de acuerdo con el Acuerdo de Asociación. Hoy Ucrania defiende a toda Europa de los tanques y misiles rusos. Por ello, esperamos que se aceleren todos los procedimientos necesarios relacionados con nuestra integración europea. Nuestro gobierno espera seguir trabajando activamente con la Comisión Europea en el contexto de la preparación de un dictamen adecuado, que debería ser uno de los pasos clave para conceder a Ucrania el estatus de candidato a la adhesión a la UE y seguir con la adhesión de Ucrania a la UE. Ucrania y la UE ya han iniciado un diálogo práctico y han identificado un algoritmo de actuación para preparar dicho dictamen.
Ya que hablamos de la UE, permítanme aprovechar la oportunidad para decir lo siguiente: creo que la UE ha hecho mucho por Ucrania. También creo que se puede hacer mucho más. La maquinaria bélica de Rusia no se detiene. Sí, el plan de invasión original de Rusia ha fracasado debido a la feroz resistencia de Ucrania. Al mismo tiempo, esto no significa que la guerra haya terminado. Las tropas rusas se reagrupan, se reponen y lanzan nuevas ofensivas, dejando cientos y miles de muertos.
Después de lo que hemos visto en Bucha, es un deber moral de todo país que aprecie los valores humanos, proporcionar a Ucrania blindados, aviones de combate y sistemas de defensa aérea
La única manera de detener a Rusia y sus crímenes contra la humanidad es proporcionar toda la ayuda necesaria para que Ucrania pueda expulsar a los rusos lo antes posible. Instamos a los socios, incluidos los Estados miembros de la UE, a que proporcionen a Ucrania blindados, aviones de combate y sistemas de defensa aérea. Todo lo que Ucrania está pidiendo debe ser proporcionado inmediatamente, sin vacilaciones ni excusas. Después de todo lo que hemos visto en Bucha y otros lugares liberados, esto es un deber moral de todo país que aprecie los valores humanos. Esperamos, en particular, que el quinto paquete de sanciones de la UE sea de carácter integral y se corresponda plenamente con la situación sobre el terreno. Las nuevas sanciones contra Rusia deben incluir el embargo de petróleo, gas y carbón; el cierre de todos los puertos a los buques rusos; y la desconexión de todos los bancos rusos del SWIFT.
P.- ¿Qué país le parece modélico por su reacción contra Rusia?
R.- Creo que la brutal invasión a gran escala de Rusia en Ucrania ha conmocionado a toda la comunidad mundial. Muchos estados y líderes que se consideraban amigos de Rusia cambiaron su actitud hacia Putin y empezaron a verlo como un criminal de guerra. Muchos Estados adoptaron decisiones, que nunca esperaríamos de ellos antes de la guerra. Parece que librar una guerra contra un país soberano en el mismo corazón de Europa en el siglo XXI ha cruzado la línea roja de la conciencia de las comunidades democráticas y sus políticos.
Asistimos a una enorme movilización de Estados y, aún más, de naciones en apoyo de Ucrania. Escuchamos de todas las naciones con mentalidad de libertad que esta guerra no es solo sobre Ucrania. Rusia ataca a todo el mundo libre, las libertades y los principios democráticos. Por lo tanto, es la respuesta colectiva del mundo libre la que puede detener a Rusia y traer una paz y seguridad sostenibles.
En estas condiciones, preferiría abstenerme de señalar a algún país concreto como modelo de reacción. El nivel de apoyo que hemos recibido de muchos de nuestros amigos y socios ha sido sencillamente extraordinario. ¿Qué es lo que más nos ha ayudado? ¿Qué es lo que más nos ayudará en las próximas semanas? ¿Son las armas enviadas regular y oportunamente por Estados Unidos, el Reino Unido y muchos otros? ¿O el apoyo humanitario sin precedentes de Polonia, que proporcionó a más de dos millones de ucranianos un refugio seguro frente a las atrocidades rusas? ¿O el apoyo diplomático prestado por Turquía? ¿O la generosa ayuda financiera de la UE, las instituciones financieras y los países de todo el mundo, que ayuda a mantener a flote la economía de Ucrania durante la guerra? Damos las gracias por ello. Sin el apoyo externo, Ucrania se quedaría sola con un adversario mucho más fuerte, que se esfuerza por destruir mi país tal y como es.
También quiero mencionar el papel de las organizaciones internacionales, que respondieron a las acciones de Rusia a su manera. Algunas han excluido a Rusia, como hizo el Consejo de Europa tras 26 años de pertenencia de Rusia. Algunas suspendieron la pertenencia/participación de Rusia, como el Consejo de los Estados del Mar Báltico, la OCDE y varias organizaciones deportivas, en particular la FIFA y la UEFA. Otros han prestado una amplia ayuda humanitaria: el llamamiento urgente de la ONU para Ucrania, por ejemplo, ya ha recaudado 606,4 millones de dólares, es decir, el 53% de los fondos solicitados a los donantes. Lo que se espera es que continúe el aislamiento de Rusia en los organismos internacionales.
Apreciamos mucho la decisión del Gobierno de España de proporcionar armas para apoyarnos, ya que Ucrania las necesita"
P.- ¿Qué contactos mantienen con el gobierno español? ¿Están satisfechos con la respuesta de España?
R.- Mantenemos contactos con la parte española a todos los niveles. El presidente de Ucrania habla de forma regular por teléfono con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. El presidente Zelenski acaba de dirigirse al Parlamento español. Además, continuamos el diálogo activo a nivel de los ministros de Asuntos Exteriores de nuestros dos países.
Apreciamos mucho la decisión del Gobierno de España de proporcionar armas para apoyar a nuestro Estado, ya que Ucrania realmente las necesita. Nuestro país paga un precio muy alto cada día, defendiendo los valores de un mundo democrático en la lucha contra el agresor ruso.
Desde el principio de la guerra, España ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania y ha acogido generosamente a ciudadanos ucranianos, concediéndoles alojamiento, oportunidades de empleo y asistencia sanitaria en el marco del programa de protección temporal. Estamos agradecidos por ello.
P.- Por el momento cuentan con el apoyo masivo de la población, pero ¿no teme perderlo a medida que pasa el tiempo y no hay concesiones por parte del Kremlin?
R.- La unidad con los dirigentes políticos y las Fuerzas Armadas que está demostrando ahora el pueblo ucraniano no tiene precedentes. El gobierno y la sociedad ucranianos ya han cruzado la línea, en la que el miedo todavía podría utilizarse como una palanca eficaz. Después de todo lo que el llamado "mundo ruso" ha traído a Ucrania, ya no queda nada más que el deseo de destruir al enemigo, dar seguridad a nuestro pueblo, restaurar nuestra integridad territorial y soberanía, y llevar al agresor ante la justicia.
Este es el deseo de toda la sociedad ucraniana. Este deseo es tan fuerte que cualquier expectativa de que el Kremlin pueda dictarnos sus condiciones es una completa ilusión. No esperamos concesiones del Kremlin. No las necesitamos. Necesitamos su completa y definitiva derrota en suelo ucraniano. Este es el objetivo de los dirigentes políticos y militares de Ucrania y de toda su población.
Nuestra principal tarea ahora es acelerar el fin del derramamiento de sangre para salvar la vida del mayor número posible de nuestro pueblo. Y esto no depende de las concesiones del Kremlin, sino de la fuerza de nuestra resistencia y del refuerzo del apoyo de nuestros socios.
P.- ¿Cómo se imagina el día después de la guerra? ¿Qué quedará de la Ucrania que conocimos?
R.- Seis semanas de guerra han tenido un enorme impacto negativo en Ucrania, tanto en términos humanitarios como económicos. Los sufrimientos que las tropas rusas han provocado en el suelo y el pueblo ucranianos durarán seguramente muchas generaciones. Ya se han destruido demasiadas vidas y se destruirán demasiadas hasta que ganemos esta guerra. Según las estimaciones del gobierno ucraniano, el daño global a la infraestructura ucraniana durante el primer mes de la guerra superó los 119.000 millones de dólares, mientras que las pérdidas totales se estiman en 565.000 millones de dólares. Como la guerra continúa y los ocupantes rusos siguen atacando a Ucrania, la situación no hará más que empeorar. En los próximos años, las pérdidas económicas y de infraestructuras de Ucrania superarán probablemente el billón de dólares.
Las pérdidas totales ya se estiman en 565.000 millones de dólares. La guerra continúa y la situación no hará más que empeorar"
Nosotros reconstruiremos todo esto. Edificios residenciales y hospitales, universidades, escuelas y guarderías, carreteras, aeropuertos y puentes, estaciones de combustible y refinerías de petróleo, almacenes de alimentos y depósitos de agua. Rusia debe compensarnos por todos los daños causados a Ucrania. Esperamos que los países occidentales destinen a este fin todos los activos de Rusia congelados en el extranjero como parte de las sanciones. Pero lo más importante es salvar a nuestro país, nuestra nación y nuestro pueblo de la guerra injustificada y no provocada de Rusia.
Sean cuales sean los cambios o desafíos que esta guerra traiga consigo, la nueva Ucrania de la posguerra se levantará mucho más fuerte de lo que somos ahora o de lo que hemos sido nunca. Estaremos preparados para cualquier amenaza de Rusia. Estaremos preparados para avanzar, rápida y decididamente, en la modernización de Ucrania y en la mejora del bienestar de los ciudadanos ucranianos. Una gran pregunta es, por cierto, qué quedará de Rusia cuando Ucrania gane. ¿Será capaz de afrontar la realidad? ¿Seguirá siendo totalitaria? ¿Será capaz de mantener sus actuales fronteras, mantenidas por la fuerza, la intimidación y el dinero del petróleo?
P.- Si el líder ruso, Vladimir Putin, siguiera en el poder, ¿continuaría el peligro de una nueva guerra?
R.- Cuando Rusia admita finalmente que ha perdido su guerra contra Ucrania, tenemos que ver qué implicaciones tendrá para el sistema de poder creado y mantenido por Putin durante muchos años. Esperamos que esto ocurra lo antes posible. Cuando esta guerra termine, tendremos que hacer todo lo posible para evitar una nueva. Y con nosotros me refiero a Ucrania y al mundo entero. No basta con impedir que las tropas rusas bombardeen ciudades ucranianas y maten a nuestros ciudadanos. No basta con hacer que Rusia retire sus tropas de todos nuestros territorios, compense todos los daños y pérdidas causados y asuma un justo castigo por sus crímenes. Solo cuando se prive a Rusia de la posibilidad de lanzar una nueva agresión contra cualquier Estado, entonces podremos decir que hemos hecho lo suficiente.
No es tan importante que Putin siga en el poder o que llegue otro. Durante décadas, a la sociedad rusa se le lavó el cerebro con propaganda y discursos de odio, mientras que la maquinaria bélica rusa se financiaba generosamente con petróleo, gas y otras materias primas vendidas en todo el mundo. Revertir todo esto será largo y doloroso para la sociedad rusa. Sin embargo, debe hacerse. De lo contrario, el peligro de una nueva guerra se cernirá siempre sobre Europa.
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