Más de dos niños mueren y más de tres resultan heridos, principalmente en ataques con armas explosivas en áreas pobladas. Es el aterrador balance de la guerra en Ucrania. La invasión rusa ha trastocado dramáticamente la vida de los menores ucranianos. Según denuncia Unicef, con consecuencias devastadoras para los niños a una escala y velocidad no vistas desde la Segunda Guerra Mundial.
Tres millones de niños en los confines de Ucrania y más de 2,2 millones en los países de acogida a refugiados necesitan ayuda humanitaria, alerta la agencia de la ONU para la infancia. Además, casi dos de cada tres niños se han visto desplazados por los combates. Vidas rotas como la de Viacheslav, un joven de 18 años que, tras la muerte de su madre en mitad de la guerra, cuida ahora a sus cuatro hermanos menores.
“A mi madre la asesinaron. Murió en mis manos. El proyectil cayó a solo unos pasos de nosotros. Quiero que mis hermanos tengan un futuro”, dice Viacheslav entre sollozos. Hasta febrero su familia vivía en la localidad de Verkhnotoretske, en la región de Donetsk. "Mamá se tumbó y yo me puse en cuclillas. Ella estaba a mi lado. Cuando abrí los ojos, vi a mamá tumbada de lado. Sus últimas palabras fueron: 'Estoy bien'". Viacheslav corrió a buscar ayuda, pero cuando volvió era demasiado tarde.
Sin un alto el fuego urgente y una paz negociada, los niños seguirán sufriendo
“El 1 de junio es el Día Internacional para la Protección de los Niños en Ucrania y en toda la región”, explica la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell. “En lugar de celebrar la ocasión, nos acercamos solemnemente al centésimo día de una guerra que ha destrozado la vida de millones de niños. Sin un alto el fuego urgente y una paz negociada, los niños seguirán sufriendo y las consecuencias de la guerra afectarán a los niños vulnerables de todo el mundo”.
No le dijimos a nuestros hijos que estamos en guerra. Les dijimos que nos íbamos de viaje. Ahora no tenemos agua caliente
Cien días marcados, en muchos casos, por el éxodo. Anastasia y su familia tuvieron que abandonar su casa. Encontraron un lugar seguro donde guarecerse, pero sus condiciones de vida son muy precarias: “No le dijimos a nuestros hijos que estamos en guerra. Les dijimos que nos íbamos de viaje. Ahora no tenemos agua caliente”, comenta esta madre de 24 años. Junto a su esposo Igor, de 34, tratan de proteger a David y Elijah, de uno y tres años respectivamente.
Otros menores ucranianos son menos afortunados. Artem, de 9 años, reside en un parking subterráneo en Járkov. “¿Que por qué tenemos que estar aquí? Porque es peligroso salir, puede caer un misil. Quiero irme a casa”, desliza. Artem ha pasado estos últimos tres meses de conflicto estudiando a distancia en un oscuro y húmedo aparcamiento subterráneo, donde, junto con sus padres y algunas otras familias, se han refugiado de los ataques aéreos y de los bombardeos.
La infraestructura civil de la que dependen los niños continúa dañada o destruida. Hasta ahora, la destrucción se ha cebado con al menos 256 instalaciones de salud y una de cada seis "Escuelas Seguras" apoyadas por Unicef en el este del país. Cientos de centros educativos en toda Ucrania también han resultado dañados. Las condiciones para los niños en el este y el sur, donde los combates se han intensificado, son cada vez más desesperadas.
La agencia de la ONU advierte de que la guerra ha causado una crisis aguda de protección infantil. Los niños que huyen de la violencia corren un riesgo significativo de separación familiar, violencia, abuso, explotación sexual y trata de seres humanos. La mayoría de ellos han estado expuestos a eventos profundamente traumáticos. Necesitan urgentemente seguridad, estabilidad, servicios de protección infantil y apoyo psicosocial, especialmente aquellos que no están acompañados o han sido separados de sus familias. Más que ninguna otra cosa, requieren paz.
Unicef insiste en reclamar un alto el fuego inmediato en Ucrania y que se proteja a todos los niños de cualquier daño. Esto incluye poner fin al uso de armas explosivas en áreas pobladas y a los ataques a la infraestructura civil. Unicef pide un acceso humanitario completo para que sea posible llegar de forma segura y rápida a los niños que lo necesiten, dondequiera que se encuentren.
La guerra y el desplazamiento masivo están devastando los medios de subsistencia y las oportunidades económicas
Al mismo tiempo, la guerra y el desplazamiento masivo están devastando los medios de subsistencia y las oportunidades económicas, dejando a muchas familias sin ingresos suficientes para satisfacer las necesidades básicas y sin capacidad para poder ofrecer a sus hijos un apoyo adecuado.
En Ucrania UNICEF y sus aliados han distribuido suministros médicos y de salud vitales para casi 2,1 millones de personas en las zonas afectadas por la guerra; facilitado el acceso a agua potable a más de 2,1 millones de personas que viven en áreas donde las redes han sido dañadas o destruidas; llegado a más de 610.000 niños y cuidadores con apoyo psicosocial y de salud mental; y proporcionado materiales de aprendizaje a casi 290.000 niños. Casi 300.000 familias vulnerables se han inscrito en el programa humanitario conjunto de UNICEF y del Ministerio de Política Social de ayudas en efectivo.
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