Volodimir Zelenski ha vivido muchas vidas en sus 44 años. Desde el 24 de febrero de 2022, cuando el líder ruso ordenó la invasión de Ucrania, conocemos al presidente que logró unir a su país contra el agresor. Pero antes fue cómico de éxito y aterrizó en política sin experiencia y con sospechosos padrinos. En su trayectoria bucea el periodista ucraniano Serhiy Rudenko, autor de la primera biografía no oficial en castellano del presidente de Ucrania, titulada Zelenskyi. Un retrato al natural del hombre que se enfrentó a Putin (editorial Pinolia). Rudenko, editor jefe de Espresso TV, medio nacido tras la Revolución de la Dignidad que derrocó al presidente rusófilo Viktor Yanukovich, ha recabado testimonios de ex socios de Zelenski, como el ex fiscal general Ruslan Ryaboshapka, el diputado Geo Leros, el político Roman Bezsmertny, y los politólogos Viktor Bobyrenko y Serhiy Haidai. Lo que más ha impresionado al autor de esta obra, que sale a la luz el 20 de junio y ya puede reservarse, es la capacidad de Zelenski “de ser diferente”. Incapaz de recordar ahora una anécdota debido a la crueldad de la guerra, admira su capacidad de aprendizaje. Lo que pierde a Zelenski, sin embargo, es su indulgencia con sus amigos.
Hay un Zelenski que es un cómico de éxito, una figura popular y muy conocida en Ucrania. Triunfó como empresario con Studio Quarter 95, productora de programas satíricos. "Era el favorito de numerosos ucranianos, quienes percibían a Zelenski como alguien cercano a ellos. En 2015, comenzó a rodar la serie de televisión Servidor del Pueblo. Su papel como Vasyl Holoborodko, profesor de historia que gana las elecciones presidenciales, convenció a los ucranianos de que Zelenski sería un buen presidente", explica Serhiy Rudenko a El Independiente.
Así pues, hay otro Zelenski que se reinventa como político tras decidir "aprovechar su popularidad en Ucrania para algo más que llegar salas de teatro o de conciertos", en palabras de biógrafo. Su camino a la Presidencia fue meteórico. Apenas seis meses antes no se imaginaba que ganaría. Sin experiencia previa en política, se lanza y cosecha un gran éxito.
"Zelenski y su equipo querían promover el partido político Servidor del Pueblo (con el mismo nombre que su programa de éxito) para participar en las elecciones parlamentarias. Sin embargo, a principios de 2019, parecía claro que tenía la oportunidad de llegar a la ronda final de las elecciones presidenciales de marzo. Los ucranianos confían en él como encarnación del cambio. "Ucrania creyó en el cuento de hadas y votó por Zelenski", subraya el autor.
En las presidenciales del 31 de marzo de 2019 votaron por ese actor que había servido al pueblo en la ficción 13,5 millones de ucranianos, más del 73% de los que acudieron a las urnas.
En su ascenso recibió el apoyo del oligarca Ilhor Kolomiskyi. También de pequeños empresarios que querían una revolución electoral. Y de mucha gente normal y corriente"
"La gente quería caras nuevas en la política. Zelenski se convirtió en la novedad en la que confiaron millones de ucranianos. En su ascenso recibió el apoyo no solo del oligarca Ihor Kolomoiskyi, cuyos recursos mediáticos contribuyeron mucho a su victoria en las elecciones. También hubo pequeños empresarios que querían una revolución electoral. Además, la gente corriente participó activamente en la campaña electoral”, señala el autor del retrato sobre el presidente ucraniano.
Explica Rudenko cómo los ucranianos querían cambios y vieron a Zelenski como “su propio Macron”. “Los ucranianos estaban cansados de los viejos políticos. Así, Zelenski, una persona sin experiencia política y sin ningún conocimiento especial de cómo funciona el aparato gubernamental, desempeñó el papel del Macron ucraniano. Sin embargo, Zelenski prometió construir la Ucrania del futuro. Y la gente confió en él", apunta.
Hay un Zelenski que se fiaba de Rusia. Y el Kremlin también le veía con buenos ojos. En una entrevista reciente el embajador ruso en España, Yuri Korgachin, nos confesaba que al principio creía que tenía voluntad de hacer reformas que iban a beneficiar a los rusófonos. De hecho, el ruso es la lengua nativa de Zelenski, que nació en en 1978 en Krivói Rog, una ciudad del sur del país que fue centro de la metalurgia. Esa zona es de mayoría rusófona. Sus primeras producciones las hizo en ruso.
Durante dos años y medio, Zelenski creyó que podría negociar con Moscú. Estaba convencido de que solo necesitaba una reunión con Putin para lograrlo"
"Durante dos años y medio, Zelenski realmente creyó que podría negociar con Moscú. Estaba convencido de que solo necesitaba una cosa para lograrlo: una reunión con Putin. Todas las ilusiones de Zelenski se desvanecieron el 24 de febrero de 2022, después de que los primeros misiles balísticos rusos aterrizaran sobre las cabezas del pueblo ucraniano. Este hecho abrió los ojos por completo a Zelenski”.
Hay un Zelenski presidente novato con excesivo poder y un séquito corrupto. En ese momento empieza a perder popularidad. Todo cambió con la invasión. En los tres años que lleva como presidente ha evolucionado, sobre todo desde que empezó la guerra.
"Era un neófito político y aprendió a gobernar el Estado. Cometió muchos errores de recursos humanos y también hubo fallos de gestión. Como su partido también ganó las elecciones parlamentarias, Zelenski tenía mucho poder administrativo en sus manos, pero no fue capaz de usarlo de manera eficiente. Aplicó una política populista. Y su séquito circundante fue acusado de corrupción. Los miembros de su equipo se vieron envueltos en varios escándalos. En una palabra, todo era posible”.
Metamorfosis después de la guerra
Y de este modo emergió el Zelenski presidente que planta cara a Rusia. “Cuando comenzó esta gran guerra, vimos un Zelenski diferente. Creo que la situación extrema lo ayudó a mostrar sus mejores cualidades, lo que le permitió tomar el control de la situación a partir del 24 de febrero. No estoy seguro de que hubiéramos visto un Zelenski así si Rusia no hubiera iniciado una gran guerra contra Ucrania”, dice Rudenko.
Cuando le preguntamos por la clave de su éxito como presidente de una nación agredida por el Kremlin. "Vive una experiencia única. Está gobernando un Estado en guerra con Rusia. La garantía de su éxito es que tiene detrás al pueblo ucraniano. Puede decirse que el equipo asesor de Zelenski está formado por todos los ucranianos sin excepción. Es un equipo poderoso, motivado y listo para llegar hasta el final. También hay asesores externos. Sin ellos lo pasaríamos muy mal”.
Al periodista, autor también de obras sobre Victor Yushchenko, Yulia Timoschenko y Viktor Yanukovich, le parece que el mayor defecto de Zelenski es su indulgencia con sus amigos. “Está dispuesto a defender hasta el final a todos los que considera personas cercanas y a los que están a su lado. Hay gente que no se lo merece. Los problemas de recursos humanos son costosos para Zelenski y para el país”, señala Rudenko.
El Zelenski de 2019 es diferente al Zelenski de 2022. Ha crecido como político y ha aprendido a comunicarse con el mundo"
Como cualidad destaca que el presidente ucraniano sabe aprender. “Eso lo digo con seguridad. El Zelenski de 2019 es diferente al Zelenski de 2022. Ha crecido como político y ha aprendido a comunicarse adecuadamente con el mundo”. Es esa capacidad de ser diferente lo que refleja Rudenko en su obra y lo que más le ha impresionado.
En pocos meses se ha convertido en un líder de talla internacional con quien los dirigentes del mundo occidental quieren codearse. Es el gran defensor de la libertad frente al autócrata, Vladimir Putin. Según Rudenko, "Zelenski tiene buenas relaciones con el primer ministro británico, Boris Johnson, el primer ministro canadiense Justin Trudeau, el presidente francés, Emmanuel Macron, el presidente polaco, Andrzej Duda, y muchos otros líderes mundiales. Sin embargo, creo que se siente más cómodo con Johnson y Trudeau”. Esta semana ha brindado su claro respaldo al primer ministro británico, tras superar su moción de confianza de su propio partido. Ese mismo día habían hablado porque Zelenski le agradeció el envío de la última partida de armamento británico con destino a Kiev.
También el biógrafo apunta que la visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que a finales de abril estuvo en Kiev, fue una señal importante para los ucranianos.
Aunque Zelenski lo reclamaba incluso al principio de la guerra, Serhiy Rudenko no se imagina un encuentro con el líder ruso, Vladimir Putin. “¿De qué puede hablar un asesino de decenas de miles de ucranianos y un presidente al que Putin quería destruir? Absolutamente de nada. Excepto sobre una cosa: la rendición de Rusia”.
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