"En 2022 hemos superado los 100 millones de personas que sufren desplazamiento forzoso en el mundo cuando no teníamos previsto llegar a esa cifra en este momento. La guerra en Ucrania ha hecho que el número ascienda hasta superar esa barrera. Es un hito terrible y refleja una situación de inestabilidad muy importante a nivel global", afirma Sophie Muller, representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en España.
Más allá del éxodo ucraniano, las consecuencias económicas de la invasión rusa empeorarán la situación de los refugiados asentados en países en vías de desarrollo o de ingresos bajos y medios, que albergan en su conjunto al 83% de los desplazados en todo el mundo, según el Banco Mundial. La subida de los precios en los alimentos y los recursos básicos de primera necesidad a consecuencia del conflicto también se traduce en un empeoramiento de la vida de estas personas, hasta el punto de tener que enfrentarse a otra nueva huida.
"Esta desestabilización y escasez de recursos de primeras necesidades, como los alimentos y las materias primas, tienen el potencial para que resurjan las tensiones locales y los conflictos bélicos, ya que las personas tienen que luchar contra esta escasez", explica Muller a El Independiente.
El último informe de ACNUR sobre la situación de las personas desplazadas en todo el mundo, bajo el título Tendencias Globales de desplazamiento forzoso 2021, publicado este jueves, denuncia que existen 100 millones de personas sufriendo desplazamiento forzado, cifra que se preveía alcanzar en un futuro no muy lejano, pero que la guerra en Ucrania ha hecho realidad en 2022 con más de 6 millones de refugiados ucranianos en el exterior y más de 7 millones de desplazados internos, una de las mayores crisis desde la Segunda Guerra Mundial. No obstante, según Muller, unos 2,3 millones han retornado al país. Resulta "prematuro" establecer si se trata de un retorno "estable y duradero", ya que todo dependerá de cómo se desarrolle el conflicto.
Y es que el número de desplazados en situación forzosa -que incluye a refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos- se ha duplicado en los últimos diez años. Las personas obligadas a huir como consecuencia de la persecución, el conflicto, la violencia y las violaciones de derechos humanos ascendieron a 89,3 millones a finales del pasado año. Unos 7 millones más que en 2020 y más del doble con respecto a 2012, cuando se registraron 42,7 millones. Del total, 53,2 millones responden a desplazamientos internos.
El 42% de los que huyeron el año pasado eran niños. Una de cada 88 personas en el mundo se vieron obligadas a huir de sus hogares. "Es un drama pensar que más del 1% de la población mundial se ve obligada a huir de su hogar y abandonar a sus familias para escapar de la violencia", añade la representante de la agencia de la ONU en España.
Refugiados y países de acogida
El informe denuncia la tendencia al alza de desplazamientos forzosos desde 2012 y recalca que aunque 1,7 millones cruzaron las fronteras internacionales en busca de protección el año pasado, se desconoce el alcance real del problema si se compara con niveles prepandémicos, ya que en muchos países continuaron vigentes las restricciones de entrada por el covid.
Las solicitudes individuales de asilo crecieron un 25% con respecto al año anterior, con 1,4 millones nuevas en comparación a las 1,1 de 2020, y con Estados Unidos a la cabeza de los estados que más peticiones recibieron (188.900), seguido de Alemania y México. A nivel general, el acceso al asilo ha mejorado en todo el mundo durante 2021, advierte el texto.
Turquía se mantiene como el país que más acoge refugiados, con casi 3,8 a finales de año. Le siguen Colombia (1,8), Uganda (1,5), Pakistán (1,4), Alemania (1,2), Sudan (1,1), Bangladesh (918.900), Líbano (845.900), Etiopía (821.300) e Irán (798.300).
Más del 69% de los 27,1 millones refugiados que cruzaron la frontera el año pasado procedían de cinco países: Siria, que sigue encabezando la lista tras una década de guerra que ya ha dejado 6,8 millones de desplazados; y Venezuela, donde la convulsión política y la crisis económica ya ha expulsado a 4,6 millones.
Afganistán y Birmania
Afganistán, en el tercer puesto, y Birmania fueron escenario de las principales contiendas que estallaron en 2021, que elevaron a 23 el número de países en conflicto de alta o mediana intensidad, cifra que también se ha duplicado en la última década. En el primero, la llegada de los talibanes en agosto desencadenó el desplazamiento de más de 900.000 ciudadanos a nivel interno o a países vecinos -aunque muchos regresaron a lo largo del año-, ascendiendo a 2,7 millones los alojados en terceros países.
En el segundo, el golpe militar en febrero, que se saldó con una fuerte represión y sangre en las calles, causó más de 1,1 millones de desplazados, 400.000 de ellos fuera del país. En el quinto puesto queda Sudán del Sur, con 1,2 millones.
Les siguen después cinco países africanos: República Democrática del Congo (908.400), Sudán (825.300), Somalia (776.700), República Centroafricana (737.000) y Eritrea (511.900). El continente y la zona del Sahel siguen concentrando el mayor número de países emisores de desplazados, siendo 2021 un año especialmente convulso también en Etiopía, Mozambique, Mali, Chad y Nigeria, entre otros.
La organización excluye a Palestina del estudio, pero reseña que ya son 5,8 millones los refugiados, según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). En el texto también se destaca Yemen, con la mayor crisis humanitaria del mundo desde hace años, y Nicaragua, con más de 100.000 nacionales que solicitaron asilo el año pasado a cuenta de la creciente tensión política.
Hambruna y crisis climática
El hambre es otro de los principales factores que afectan a los desplazados. En total, el 82% de los desplazados internos y el 67% de los refugiados y solicitantes de asilo provenían de países en situación de crisis alimentaria en 2021. Un problema que no queda ahí, ya que una vez reasentados en otro país el 40% sigue sufriendo problemas para alimentar a su familia. Un ejemplo es Afganistán, donde el 55% de la población no tiene nada que comer durante todo el día.
Los desastres naturales se encuentran entre las principales causas de desplazamientos internos en 2021, con 23,7 millones nuevos el año pasado. Los más afectados fueron China (6 millones), Filipinas (5,7 millones) e India (4,9 millones).
Representa el principal reto al que hacer frente en esta materia y el que más preocupa de cara al futuro: 216 millones de personas podrían verse obligadas a desplazarse dentro de sus países para 2050 debido a condiciones meteorológicas extremas en seis regiones, según estimaciones de la fundación Groundswell, tal y como recoge el informe.
ACNUR pide la solidaridad y acción de la comunidad internacional, redoblar esfuerzos y ofrecer soluciones duraderas para lograr revertir la tendencia en los próximos años. "Sigue sin poder medirse por completo la relación entre el cambio climático y el desplazamiento, no hay consenso en que se trate de un vínculo causal directo, pero puede ser un catalizador del conflicto en situaciones donde ya existen otras condiciones previas para la guerra", concluye el texto.
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