Quedaron esparcidos en la retirada del campo de batalla o fueron sustraídos por los uniformados ucranianos. Fueron reducidos a un amasijo de hierros o sobrevivieron a las escaramuzas y se hallan aún plenamente operativos, aunque varados lejos de las trincheras. Tras cuatro meses de conflicto, Ucrania ha hallado un filón en el equipamiento militar ruso: sus tripas y costuras son un recordatorio de la invasión a gran escala que ha convertido el país en el desguace de tanques, artillería y una variopinta selección de armamento.

La colección de material militar ruso ha alumbrado “Ucrania, el escudo de Europa”, una exposición que acaba de inaugurarse en Praga, en el parque de Letne, no lejos del célebre castillo de la capital checa. “Esta exposición demuestra lo vital que resulta para nosotros el apoyo de los países aliados. La propaganda rusa juega con el escenario de que sus tanques puedan llegar a Praga, Berlín o Madrid. Los ucranianos los mostramos ahora en forma de chatarra”, explica en una entrevista con El Independiente Denys Monastyrsky, ministro del Interior de Ucrania.

La exhibición al aire libre deja al desnudo el catálogo del enemigo, desde un ejemplar del tanque 2S34 Hosta -introducido por el ejército ruso hace una década- hasta Buk, un sistema de defensa aérea formado por misiles tierra-aire autopropulsados de medio alcance ideados en tiempos soviéticos. “Estamos deteniendo la ofensiva del agresor en suelo europeo y estamos dispuestos a devolverlo a las fronteras definidas por la comunidad internacional. Pero para ello, necesitamos más armas de protección y defensa”, desliza el ministro.

Se trata de una versión actualizada del 2S1 Gvosdika. El 2S34 Hosta, presentado en sociedad en una feria de defensa en Moscú en 2014, es un vehículo porta-morteros autopropulsado de 120 milímetros diseñado y fabricado en Rusia. Conserva el chasis del 2S1 pero introduce un nuevo cañón principal.Ministerio de Asuntos Internos de Ucrania

2S34 Hosta

Se trata de una versión actualizada del 2S1 Gvosdika. El 2S34 Hosta, presentado en sociedad en una feria de defensa en Moscú en 2014, pesa 16.000 kilos y es un vehículo porta-morteros autopropulsado de 120 milímetros diseñado y fabricado en Rusia. Conserva el chasis del 2S1 pero introduce un nuevo cañón principal.

T-90

Una mujer pasa por delante de un tanque T-90, el principal carro de combate de las fuerzas armadas de Rusia. Pesa 46,5 toneladas y tiene una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora. Es una evolución del T-72 y se halla en servicio desde 1993. Actualmente Moscú dispone de entre 750-1.000 unidades.

Ministerio de Asuntos Internos de Ucrania

Sturm 9X114

Es un sistema soviético de misiles antitanque basado en el cohete supersónico 9X114 Kokon, dotado de un sistema de guiado por radiocomando en el objetivo. Su desarrollo corrió a cargo del apodado «El invencible», un diseñador de armamento soviético. Pesa 12.500 kilos y sus misiles tiene un rango de alcance de cinco kilómetros.

Ministerio de Asuntos Internos de Ucrania

2S19 Msta-S

Es obús autopropulsado cuyo empleo el ejército soviético inauguró a finales de la década de 1980. Hace dos años las fuerzas armadas rusas disponían de unos 470 unidades en activo y otros 270 en depósito. Pesa 42 toneladas.

 

Sistema de misiles Buk

Es un sistema de misiles tierra-aire autopropulsados de medio alcance desarrollados por la Unión Soviética y más tarde la Federación Rusia. Fueron ensamblados para contrarrestar los misiles de crucero o los vehículos aéreos no tripulados. Entró en servicio en el ejército soviético en 1980. En la actualidad, Rusia opera alrededor de 350 unidades de un modelo que se halla también presente en los ejércitos de Chipre, Egipto, India, Corea del Norte, Finlandia, Siria o la propia Ucrania.

Visitantes observan uno de los equipos rusos en Praga.

Desprovistos de amenaza

El armamento ruso ha tomado las calles de Praga, ya no con la señal amenazante con la que avanzaron hace medio siglo por sus arterias para sofocar la Primavera de Praga sino como un auténtico trofeo de la guerra que desde el pasado 24 de febrero se desarrolla en suelo ucraniano. “Los checos conservan un amargo recuerdo de los tanques rusos desfilando por Praga, en 1968. Ahora pueden observarlos desde un ángulo diferente”, se jactan desde el ministerio de Defensa ucraniano. Una multitud asistió este lunes a su apertura, despertando la curiosidad de pequeños y adultos.

“Hoy no es más que metal, recuerdo de los horrores de la guerra, que trajo la muerte a Ucrania. Pero que nadie olvide que todas estas armas fueron neutralizadas por los defensores ucranianos durante la heroica defensa de Kiev, Chernigov, Járkov, Sumy y otras ciudades heroicas de Ucrania”, detalla  Monastyrsky, presente en la inauguración de la muestra. “Son los restos de las armas militares, tanto antiguas soviéticas como las más modernas. Entre el equipamiento hay tanques, artillería, vehículos blindados y fragmentos de misiles”, agrega.

Hoy no es más que metal, recuerdo de los horrores de la guerra, que trajo la muerte a Ucrania. Pero que nadie olvide que todas estas armas fueron neutralizadas por los defensores ucranianos

Denys Monastyrsky, ministro del Interior de Ucrania

En los cuarteles de Kiev son conscientes de la fatiga que, tras la insólita ola de solidaridad inicial, comienza a provocar la contienda y los estragos económicos que han suscitado en todo el continente, agitando las vidas de las clases más humildes.

La muestra persigue recordar el conflicto en curso que, según cifras difundidas este martes por la oficina de la ONU para los derechos humanos, ha dejado más de 5.000 civiles muertos y otros 6.500 heridos. “Por desgracia, el precio de la guerra es demasiado elevado y los ucranianos están pagando con sus vidas para detener al enemigo. Miles de personas perdieron sus hogares y sus puestos de trabajo. Nuestro pueblo no se cansa de resistir porque está en juego nuestra existencia”, desliza el ministro.

Si mantenemos el nivel de unidad y solidaridad, lograremos restablecer la seguridad y la estabilidad del continente europeo, incluida la economía”, opina el funcionario. La galería es un grito contra la desmemoria a través de las herramientas que han sembrado el terror en cada una de las ofensivas rusas por el país vecino, hoy especialmente en la región oriental del Donbás.

Un peluche junto a uno de los equipos rusos.

Madrid, posible destino

En la explanada de Praga donde se han instalado, tras un azaroso viaje desde Ucrania, figura un maltrecho tanque T-90, de los que el ejército ruso tiene cerca de un millar y con un precio por unidad que alcanza los 2,5 millones de euros. La muestra permite una inspección de su interior. En el caso del T-90, destaca un sistema óptico que lleva el emblema de Thales, una empresa de ingeniería participada parcialmente por el Gobierno francés. Los sucesivos paquetes de sanciones impuestos por la Unión Europea complican ahora la llegada de suministros.

Entre los especímenes desplegados en Praga, se cuenta también un obús "Msta-B", un elemento de artillería utilizado en las filas soviéticas desde la década de 1980 y hoy empleado en las unidades de artillería de primera línea del ejército ruso. “Todo el material vino de Rusia y fue convertido en chatarra por el ejército ucraniano”, apunta el ministro.

Una imagen de Vladimir Putin frente a uno de los vehículos rusos capturados por Ucrania.

Una vez que concluya su exhibición en Praga, arrancará un tour por el Viejo Continente. El próximo destino será Bruselas en agosto, confirman sus organizadores. “También tenemos previsto mostrar el equipo militar ruso destruido en los Países Bajos y Francia. Esperamos que también haya oportunidad de enseñarlo a los españoles, que saben lo que significa luchar por la libertad y los valores europeos. Al final podremos decir que los tanques rusos han llegado hasta el Atlántico, como atemoriza la propaganda rusa, pero sólo en forma de exposición, como resultado de la lucha de nuestro ejército”, se jacta Monastyrsky.