Los giros de guion son consustanciales a la política italiana. Pero este miércoles la jornada ha sido un auténtico tiovivo. Hasta el último momento no se sabía si Mario Draghi podría seguir adelante o no. En esta ocasión ha decidido someterse al voto de confianza del Senado. Ha conseguido 95 votos a favor y 35 en contra, pero tres puntales de su coalición, el Movimiento 5 Estrellas, la Liga y Fuerza Italia, no le han apoyado y se han ausentado, lo que supone un golpe mortal al gobierno de unidad nacional que encabezaba.

Los partidos han tenido que explicar si aceptan su plan para seguir al frente, pero el centroderecha (Liga y Fuerza Italia) quería que se considerara su propuesta de un gobierno sin el Movimiento 5 Estrellas, lo que se ha descartado. Fuerza Italia ha optado por no votar la confianza al igual que la Liga y el Movimiento 5 Estrellas. Mario Draghi, sin la confianza de sus gran parte de sus aliados, parece abocado a dimitir. Este jueves el voto está convocado el voto en la Cámara de Diputados, pero no se sabe si tendrá lugar o Draghi anunciará su marcha. Como quería la derecha, Italia se dirige a la convocatoria de elecciones en otoño: podrían ser el 25 de septiembre o el 2 de octubre.

"Es una crisis absurda provocada por Giuseppe Conte y el Movimiento 5 Estrellas", ha dicho Matteo Renzi, al explicar su apoyo como líder de Italia Viva a Draghi. Ha recordado al Partido Democrático que los grillini no son de fiar de cara a las próximas elecciones. La senadora Flavia Malpezzi ha dicho: "Hay momentos en los que hay que dejar de lado las banderas de los partidos y esgrimir la bandera de la patria. Los ciudadanos se han manifestado por Draghi... No tenemos miedo del voto. Tenemos miedo de dejar el país debilitado en un momento tan complejo". Han sido dos de los partidos que han apoyado a Draghi junto a Autonomie, Insieme per il Futuro y Leu.

El líder de Fuerza Italia, Silvio Berlusconi, ha explicado que junto a la Liga habían dado una opción alternativa a la salida de Draghi. Se trataba de un nuevo pacto pero sin el Movimiento 5 Estrellas y bajo condiciones impuestas por el centroderecha. "No somos quienes han roto un gobierno de unidad nacional", ha dicho la portavoz en el Senado, Anna Maria Bernini. Los Hermanos de Italia, los únicos que estaban en la oposición, son los únicos que han sido claros al demandar elecciones anticipadas en todo momento.

A primera hora, Mario Draghi, presidente del Consejo de Ministros, había instado a los partidos italianos a "reconstruir el pacto de gobierno" con el fin de hacer frente a la emergencia económica y energética. El ultimátum de Draghi ha sido claro: solo seguiré si tengo una solida confianza de los partidos que formaban parte del gobierno. Tras el desplante del Movimiento 5 Estrellas, que llevó a Draghi a presentar su dimisión el jueves, rechazada por el presidente Mattarella, este miércoles han sido la Liga y Fuerza Italia quienes han puesto sus condiciones: no quieren a los grillini en el nuevo gabinete.

Aval de los ciudadanos

"Italia no necesita una confianza de fachada que se desvanezca ante cada medida incómoda. Necesita un nuevo pacto de confianza sincero y concreto. Partidos, parlamentarios, ¿estáis preparados para reconstruir este pacto?", había dicho Draghi al terminar su intervención por la mañana. Y ha recordado a los diputados que los italianos le han hecho llegar su deseo de que se agote la legislatura y siga al frente.

La Liga, liderada por Matteo Salvini, en connivencia con Fuerza Italia, le ha contestado con otro ultimátum. Aceptarían un Draghi bis pero sin el Movimiento 5 Estrellas. Es decir, Salvini ha puesto sobre la mesa una crisis de gobierno, con nuevos ministros, nuevo programa y nuevo voto de confianza, exigencias que Draghi no puede aceptar. Todo indica que Salvini y el líder de Fuerza Italia, Silvio Berlusconi, pactaron en Villa Grande, residencia en Roma del magnate, esta opción que es la única que votarían. El presidente Mattarella ha hablado con Salvini y Berlusconi en la pausa de la sesión en el Senado.

En la réplica vespertina, Draghi ha sido muy conciso, y se ha dirigido a Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, sin nombrarla. "No se trata de obtener plenos poderes", ha remarcado Draghi. "Siempre he respetado el Parlamento", ha añadido. Meloni le había acusado de plantear esta exigencia al exponer sus condiciones para seguir al frente del gobierno. Con el rostro sombrío ha agradecido "a todos los que han apoyado con lealtad la labor del gobierno". Ha vuelto a recordar cómo ha sido el apoyo de los italianos lo que le ha llevado a volver a intentar un nuevo pacto de gobierno.

Desde que Draghi anunció el miércoles por la noche su dimisión, que luego retiró a instancias del presidente, ha recibido numerosos mensajes para que recapacitara y siguiera adelante. Decenas de miles de italianos le han hecho llegar mensajes personales. Más de 1.600 alcaldes firmaron un manifiesto. Y numerosos dirigentes internacionales, entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, o el español Pedro Sánchez le han elogiado y le han solicitado que no se marche.

La situación geopolítica, con la guerra en Europa y sus consecuencias económicas, es muy preocupante, y Draghi ha demostrado su firmeza y su determinación tanto al frente de Italia como en su etapa anterior en el Banco Central Europeo. Nada de esto parece haber importado a los grillini, que han perdido el rumbo, ni a la Liga y Fuerza Italia, que junto a Hermanos de Italia ansía con llamar a los italianos a las urnas.