Acaba de actualizar la introducción de su libro, Los Talibán (Península), editado en 2003 por primera vez. Es ya un clásico sobre este movimiento político y religioso que después de 20 años regresó al poder en Afganistán el pasado mes de agosto, tras la atropellada retirada de las tropas internacionales, comandadas por Estados Unidos. Ahmed Rashid (Rawalpindi,1948) es uno de los autores de política internacional con más éxito en el mundo y un referente en lo relativo a terrorismo internacional. Vive a caballo entre Pakistán, donde están sus raíces; Reino Unido, donde viven sus hijos, y España, ya que su esposa es española. Estos días descansa en un pueblo de Alicante, en la montaña, y se está librando de los calores de la capital. Hace un año comentamos el rápido avance de los talibanes, cuya estrategia sorprendió al mundo ya que tomaron el país en apenas dos semanas. El 15 agosto caía Kabul y a finales de mes se retiraron los soldados de la coalición internacional de forma atropellada y caótica. El pacto alcanzado en Doha con los talibanes les había dejado vía libre. Aquello que empezó el presidente Donald Trump lo concluyó también de mala manera la Administración Biden. Ahora Afganistán está fuera de las agendas internacionales y los talibanes siguen sin dar muestras de saber cómo construir un Estado solvente. Rashid nos confiesa que su libro sigue estando vigente porque “los talibanes no han cambiado tanto, aunque haya otra generación, su política y su ideología es la misma”.
Pregunta.- Afganistán está empantanado en una crisis política, económica y humanitaria. Y Occidente mira a otro lado. ¿De qué sirvieron los 20 años de intervención internacional? ¿Qué lecciones deberíamos aprender?
Occidente ni tenía un plan ni comprendió la situación en Afganistán... Tendría que haber instruido a los afganos para saber cómo gobernar"
Respuesta.- No creo que hayan sido 20 años perdidos. Lo que sí es una gran vergüenza es el fracaso del Occidente de sacar ventaja de los beneficios que llevaron a Afganistán. No había un plan apropiado ni comprendieron la situación. También fracasaron los afganos que no supieron cómo establecer un gobierno adecuado ni gobernar sin corrupción. De esta manera, hay fallos en los dos lados, pero más del lado de Occidente porque es quien ponía el dinero con la idea de que los afganos se comportaran de la noche a la mañana como europeos modernos, lo que no era posible. Tendría que haberles instruido para saber cómo gobernar. Y esa es la clave, la falta de gobernanza, ya sea por parte de Hamid Karzai, que encabezó la Presidencia hace dos décadas, o de Ashraf Ghani, que era presidente hasta que tomaron el poder los talibanes hace un año. Y ahora sigue siendo el problema de los talibanes.
P.- Lo que sí fue un desastre fue la retirada, comandada por Estados Unidos. Habría dado alas a Vladimir Putin para llevar a cabo la invasión de Ucrania, al ver tal muestra de debilidad y caos.
R.- Eso es cierto. Creo que la retirada de EEUU fue un desastre. Estuvo mal planeada. Deberían haber dejado tropas en Afganistán. Muchos países de la OTAN estaban dispuestos a quedarse. No en grandes números, pero una representación militar y también diplomática, para negociar esa transición con los talibanes. No pueden tomar el poder como lo hicieron. Dejó muy mal saber de boca a todos. Deberían haber trazado un plan que incluyera una salida para el gobierno afgano también.
P.- Y vimos cómo miles de afganos trataban de salir del país. Aún hoy están intentándolo.
R.- La estrategia europea estuvo supeditada a la estadounidense, que fue un desastre, de modo que reinó el caos. En lugar de una salida moderada de refugiados, hubo decenas de miles que querían huir a países que no les esperaban, en general, con los brazos abiertos. En el caso de Ucrania hay más planes y más implicación de los gobiernos europeos. Es otra tragedia más de la salida de Occidente.
P.- Hace un año nos sorprendía la estrategia militar de los talibanes, que fueron capaces de hacerse con el poder de forma rápida. Pero no están construyendo nada. Especialmente los afganos sufren del colapso económico: la mitad de la población pasa hambre. ¿Hacia dónde van los talibanes? ¿Caerán por sus propios errores?
R.- Lo que es sorprendente es que los talibanes pasaron casi 20 años en Pakistán pero no aprendieron nada sobre gobernanza, ni sobre la Constitución, sobre cómo gobernar un país de forma eficaz. ¿Cómo puede pasar esto? Aunque Pakistán, aliada de los talibanes, les ayudó con armas, municiones, dinero, pero no hicieron nada sobre este aspecto. Recuerdo bien que durante la invasión soviética de Afganistán los americanos estaban instruyendo a muchos muyahidines en gobernanza. Pero Pakistán, Irán, los países que apoyaron a los talibanes no hicieron nada en esta línea y es un gran error. Y, como decía, Occidente tampoco hizo lo suficiente.
P.- ¿Habría entonces riesgo de que el régimen colapsara? Si no pueden alimentar a su población, antes o después caerían.
Si el plan económico no funciona, habrá manifestaciones masivas por hambre. La gente tiene hambre y ve que no se resuelven sus problemas básicos"
R.- Muy relevante son las divisiones entre los talibanes. Parece que hay un grupo bajo Haqqanis, que es muy fuerte, posiblemente más que el liderazgo que está en Kandahar. Creo que hemos de observar atentamente estas fricciones y ver si Occidente puede influir. Y efectivamenre si continúa este nivel de falta de control político y sigue habiendo tanta población que no accede a una alimentación básica, veremos un colapso gradual porque perderán el control del campo, y de la ciudades, así como grupos sociales. Las mujeres se han mantenido en la lucha. Y si el plan económico no funciona, habrá manifestaciones masivas por hambre. La gente tiene hambre y quiere que solucionen sus problemas básicos.
P.- Y no parece claro cuál es su modelo de gobierno. Si es Irán, o ni siquiera. Ni qué poder real tienen las facciones.
R.- La facción de Kandahar es muy conservadora y reaccionaria, mucho más que los que están en el poder en Kabul. En 1996, cuando Osama bin Laden obtuvo refugio por el mulá Omar, que estaba en Kandahar como el actual liderazgo, contra la opinión de otros talibanes. Sabían que se la estaban jugando con la comunidad internacional. Querían enviarle a cualquier otro sitio pero el mulá Omar se opuso y acogió a Osama bin Laden. Ya sabemos lo que pasó después del 11-S. Los talibanes fueron derrotados. Y ahora vemos que se repite el esquema. Hay talibanes que están enfurecidos con el apoyo a Al Qaeda y Al Zawahiri porque se habían comprometido a echar a estos grupos paquistaníes, asiáticos, chinos, considerados terroristas por la ONU y diferentes países. De esta manera, vemos que están ante una crisis interna, lo que puede llevar varios años en estallar. Pero hasta ahora habían estado muy unidos. ¿Se mantendrá esta unidad dados los problemas que encaran? Francamente son muchos más y más relevantes que en 1996. La gran diferencia es que ahora tienen más problemas a la hora de manejar el Estado y la economía. La idea del emirato es la misma que entonces, porque es un movimiento ideológico.
P.- Al principio parecían que la nueva generación llevaría la voz cantante. Empezaron a utilizar una estrategia de propaganda muy moderna con uso de redes sociales. Por eso muchos pensaron que el régimen de esos talibanes 2.0 iba a ser diferente.
R.- La cuestión es que no han aprendido el tiempo que han pasado en Pakistán, que en comparación es un Estado moderno. Sus hijos se han educado allí, pero la tragedia es que no dejan paso a las nuevas generaciones. Siguen apoyando en la vieja guardia, que es la misma que en los 90, muy vieja en la actualidad. No han aprovechado a esa nueva generación, formada en universidades paquistaníes. Hablan inglés fluido. Pero no están al frente y eso va a incrementar las tensiones entre ellos.
P.- Como ha mencionado, Al Qaeda y otros grupos campan a sus anchas en Afganistán. Hemos visto cómo vivía en Kabul el líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri que EEUU ha eliminado con un dron. No cumplen con los Acuerdos de Doha.
El gran peligro al que se enfrentan los talibanes es la represalia por acoger grupos terroristas. Hace dos años se comprometieron a seguir por ese camino"
R.- Es el gran peligro al que se enfrentan los talibanes: la represalia por acoger a los grupos terroristas. Hace dos años en Doha se comprometieron a no seguir por ese camino. Ahora tenemos pruebas fehacientes de que lo hacen tras la muerte del líder de Al Qaeda en Kabul por ese dron estadounidense. Los chinos han dejado muy claro que no van a tolerar que haya terroristas en suelo afgano. Y lo mismo han hecho los demás. Parece que Pakistán está harto de la tolerancia con los talibanes paquistaníes. En los últimos días varios líderes talibanes paquistaníes han sufrido misteriosos ataques en Afganistán. Algunos han caído por la acción de drones. Nadie se ha atribuido estos atentados, pero todo indica que la Inteligencia paquistaní puede estar detrás. Como no lo hacen los talibanes afganos, lo están haciendo ellos.
P.- Ni siquiera les ha hecho cambiar de comportamiento la posibilidad de poder recuperar los 9.000 millones del Estado afganos que están en bancos de EEUU.
R.- Así es. Los estadounidenses querían entregarlos a la ONU y otras agencias de ayuda humanitaria, pero de momento el plan no está funcionando porque se teme que el dinero acabe financiando a los terroristas. De este modo, la ayuda y la asistencia alimentaria llega por donaciones de presupuestos occidentales. Pero los afganos quieren poder acceder a esos 9.000 millones que son suyos. Quizá lo hagan de manera progresiva.
P.- ¿Cómo ha afectado la llegada al poder de los talibanes a la región?
R.- La región está en modo "esperar y ver". No creo que desempeñe un papel relevante en este momento. Pakistán, Irán, e incluso China, son países que estaban dispuestos a reconocer de forma rápida a los talibanes. Si hubieran mostrado una madurez mínima y algo de buen gobierno, habrían podido contar con ellos. Pero no lo han hecho y Pakistán, por ejemplo, creo que se arrepiente de su apoyo.
P.- Antes ha mencionado a China y su papel fue relevante hace un año cuando parecía que ayudarían a los talibanes si realmente se moderaban y colaboraban mínimamente. ¿Qué papel desempeña ahora China?
China ha dejado de lado proyectos que habían firmado con el anterior gobierno; el riesgo es demasiado alto"
R.- Creo que los chinos han renunciado prácticamente. Parece que han dejado de lado los proyectos que habían firmado con el gobierno de Ashraf Ghani. No los ponen en marcha porque el riesgo es demasiado alto. Hasta que no haya una paz al menos relativa no veo que China esté dispuesta a regresar. Me parece que están muy frustrados con Pakistán, porque esperaban que desempeñara un papel más activo a la hora de que los talibanes se modernizaran y supieran cómo funciona el Estado.
P.- ¿Habría posibilidad de promover cierto cambio?
R.- Con la simpatía de Occidente no serviría para que haya cambios. Y Occidente no va a volver como antes. Son los afganos los que tienen que actuar. Los talibanes deberían desempeñar un papel. Y lo más relevante no es si son o no un movimiento ideológico o islamista, sino cómo gobiernan.
P.- Usted da gran importancia en la posibilidad de cambio a la sociedad civil afgana, que creció en esas dos décadas de intervención internacional. ¿No cree que muchos de los miembros más activos de esa sociedad civil han huido, lo que hace más difícil ese cambio?
Las mujeres están plantando cara a los talibanes. Parece que han sido aplastadas pero pueden levantarse de nuevo"
R.- La juventud afgana, especialmente en las ciudades, ha probado las libertades, los medios de comunicación, los derechos de la mujer… Todo esto ha tenido gran importancia en las dos décadas bajo ocupación de EEUU y los aliados, que invirtieron mucho dinero en programas para crear esa sociedad civil. Eso no va a desaparecer de la noche a la mañana. Probablemente llevará un tiempo que esta generación emerja y sea activa, como hemos visto que lo son las mujeres. Son ellas las que están plantando cara a los talibanes. Este movimiento de momento parece que ha sido aplastado pero si las mujeres no pueden acceder a la educación, van a levantarse de nuevo. Son parte de esa sociedad civil preocupada por las libertades y la educación. Y creo que algunos de los que se han ido, en caso de que haya cambios, podrían volver.
P.- No veo que quieran hacerlo. Al menos es el caso de los refugiados afganos con los que he hablado en España. Hay una gran diferencia con los ucranianos que se ven de nuevo en su país. El sueño de los afganos es empezar una nueva vida fuera.
R.- Es cierto. El problema en el caso de Afganistán es que llevan generaciones huyendo. Ya son muchas generaciones que no ven futuro. Recuerdo los millones de afganos que salieron del país durante la invasión soviética. Murieron un millón de personas. Al menos tres millones se fueron a Irán y Pakistán. Pero regresaron. Y podría pasar de nuevo. Es difícil decirlo pero creo que los talibanes no serán capaces de mantenerse en el poder mucho tiempo. Van a hacer cada vez mayor la tragedia de los afganos y no saben cómo gobernar el país. No son capaces de garantizar alimentos o educación. No creen en la sociedad civil, ni en las libertades. Creo que llegará el cambio pero puede que sea un proceso lento y sangriento. Las facciones de los talibanes lucharán por el poder.
P.- ¿Qué escenario ve en el futuro en Afganistán? ¿Quiénes se harán cargo en caso de que los talibanes fracasen, como prevé?
R.- Puede que sea un movimiento moderno dentro de los talibanes. Esa nueva generación podría tomar la iniciativa. Pero hay grandes diferencias entre ellos y hay un serio riesgo de guerra civil.
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