“O somos soberanos o nos disolvemos en el mundo. Y, por supuesto, otras naciones deben entenderlo también”, voceó Vladimir Putin a finales de 2014. La península de Crimea había sido anexionada en marzo y el presidente ruso se jactaba del valor “sagrado” del nuevo territorio. “Crimea tiene un enorme significado civilizatorio y sagrado, al mismo nivel que el de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén para los fieles del islam o el judaísmo”, declaró entonces. El simbolismo de la península, que desde febrero ha servido de base logística para la invasión, se ve ahora amenazado por la creciente insurgencia ucraniana.
En las últimas semanas una cadena de ataques ha debilitado la imagen de dominio sobre Crimea de la que se ha valido el inquilino del Kremlin para cimentar el renovado sueño de la Gran Rusia, acompañado de un discurso ultranacionalista. “Si para muchos países europeos la soberanía y el orgullo nacional son conceptos olvidados y un lujo; para la Federación Rusa una verdadera soberanía es una condición absolutamente necesaria de su existencia”, arguyó en un discurso a la nación Putin a propósito de Crimea, el lugar en el que -según la tradición- los rusos abrazaron el cristianismo en el siglo X.
Ataque contra un depósito de munición
El último zarpazo contra el territorio de Crimea acaeció este martes. Una sucesión de explosiones destruyó un arsenal de munición ruso cerca de Dzhankoi, en el norte de la península. La detonación, llevada a cabo presuntamente por unidades de operaciones especiales, también causó desperfectos en una línea ferroviaria y una estación transformadora cercanas. Las imágenes satelitales muestran el alcance de las arremetidas en Dzhankoi, empleado por Moscú como centro ferroviario para el transporte de tropas y equipos a los asentamientos ocupados en el sur de la provincia de Zaporizhia. Los medios de comunicación rusos también informaron de la existencia de humo cerca de la base aérea de Gvardeyskoye.
Como consecuencia del atentado, las autoridades rusas se vieron obligadas a suspender temporalmente el servicio ferroviario de pasajeros desde Rusia a Crimea. El ministerio de Defensa ruso tildó el ataque de “acto de sabotaje” en una constatación pública del incremento de acciones que desafían la ocupación rusa de amplias zonas de Ucrania.
“Los ataques efectuados por Ucrania en Crimea son inmensamente importantes. Suponen una enorme inyección de moral para Ucrania y una conmoción para Rusia. Los medios de comunicación rusos ni siquiera admiten que fueron ataques, clasificándolos de accidentes, lo que da una idea de lo preocupada que está Rusia con lo que está sucediendo”, señala a El Independiente Paul D’Anieri, profesor de Política Pública y Ciencias Políticas de la University of California, Riverside.
El objetivo último es reducir el poderío militar ruso en el frente sur. “El litoral del mar Negro es realmente significativo. Las recientes explosiones en Crimea son más un intento de socavar las tropas rusas en las regiones de Jersón y Zaporizhia que de prepararse para liberar Crimea. Pero que Rusia tenga ahora 'problemas en el paraíso', en Crimea, resulta bastante revelador, y una mala noticia para Moscú”, señala a este diario Volodymyr Dubovyk, politólogo de la universidad nacional Mechnikov de Odesa.
Moscú lo atribuye a un grupo islamista
Moscú atribuyó las arremetidas a una supuesta célula terrorista desmantelada este miércoles. Según el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), sus agentes "neutralizaron una célula clandestina de una organización terrorista formada por seis ciudadanos rusos" vinculada a Hizb ut-Tahrir, una organización islamista ilegalizada en el país en 2003. El movimiento, agregaron, reclutaba a musulmanes rusos que “se hallaban en coordinación con emisarios de la misma organización de Ucrania”.
Los ataques en Crimea suponen una enorme inyección de moral para Ucrania y una conmoción para Rusia
Kiev, en cambio, no reivindicó oficialmente el acto de insurgencia, pero el presidente ucraniano Volodimir Zelenski advirtió de que la oleada de ataques no cesará. “Cada día y cada noche asistimos a nuevas informaciones de explosiones en el territorio temporalmente ocupado. Ahora pido a toda nuestra gente en Crimea, en otras regiones del sur del país, en las zonas ocupadas del Donbás, en la región de Járkov que tengan mucho cuidado. Por favor, no se acerquen a los objetos militares del ejército ruso y a todos aquellos lugares donde almacenan municiones y equipos, donde tienen sus cuarteles”, reclamó en su alocución diaria.
“Los motivos de las explosiones en el territorio ocupado pueden ser diferentes, muy diferentes”, reconoció Zelenski. “Pero todas tienen el mismo significado: la destrucción de la logística de los ocupantes, de sus municiones, de su equipamiento militar y de los puestos de mando, salvando la vida de nuestro pueblo. Cuantas menos oportunidades tengan los ocupantes de hacer el mal y matar a los ucranianos, antes podremos terminar esta guerra liberando nuestra tierra”, prometió. “Y la cola de estos días para salir de Crimea hacia Rusia por el puente demuestra que la mayoría de los ciudadanos del estado terrorista ya entienden o al menos sienten que Crimea no es un lugar para ellos”, agregó.
El asesor presidencial Mykhailo Podolyak vaticinó incluso que la cadencia de los sabotajes podrían incrementarse “en los próximos dos o tres meses”. Ataques previos han alcanzado trenes cargados de munición o funcionarios de zonas ocupadas que rinden pleitesía a Moscú. En declaraciones al periódico británico The Guardian, Podolyak reconoció que la misión es básicamente “crear el caos en el seno de las fuerzas rusas” golpeando una y otra vez sus líneas de abastecimiento y puntos estratégicos como Crimea, cuartel de la fuerza naval rusa. Este miércoles una docena de rusos murió en un ataque a una base en la ciudad ocupada de Nova Kakhovka, según el ejército ucraniano.
Y la cola de estos días para salir de Crimea hacia Rusia por el puente demuestra que la mayoría de los ciudadanos del estado terrorista ya entienden o al menos sienten que Crimea no es un lugar para ellos
Volodímir zelenski, presidente de ucrania
Debilitar las redes logísticas
“Desde el punto de vista militar, estos ataques pretenden debilitar a las fuerzas rusas en Jersón y sus alrededores”, subraya D’Anieri. “Ucrania está diseñando una ofensiva para retomar Jersón, que se encuentra en la orilla oeste del río Dnipro y debe ser abastecida a través de unos cuantos puentes que los ucranianos han estado bombardeando recientemente”, detalla, receloso con el resultado de las incursiones. “Es dudoso que Ucrania pueda retomar Jersón. Será una gran batalla, que agotará aún más las fuerzas de los dos bandos. Es posible que después se produzca un verdadero estancamiento”, agrega.
A modo de represalia, tres personas resultaron heridas este miércoles en un ataque de artillería rusa en Odesa. Dos civiles fallecieron en la región de Donetsk como consecuencia de misiles rusos, según las autoridades ucranianas. “No me sorprendería ver alguna represalia dramática por parte de Rusia, como nuevos ataques en Kiev u otras ciudades”, avanza el experto estadounidense. En su informe diario, el Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro con sede en Washington, arroja luz sobre una arista reseñable: “Un ataque ucraniano contra objetivos logísticos en Crimea, que es territorio soberano de Ucrania, no violaría los compromisos ucranianos con los socios occidentales en lo que respecta al uso por parte de Ucrania de armas suministradas por Occidente dentro del territorio ucraniano ni la política declarada de EE.UU. en lo que respecta al derecho de Ucrania a utilizar la fuerza para recuperar el control de todo su territorio, incluidas las zonas tomadas por Rusia en 2014”.
Un ataque ucraniano contra objetivos logísticos en Crimea, que es territorio soberano de Ucrania, no violaría los compromisos ucranianos con los socios occidentales
Inquietud en los altos mandos rusos
La preocupación comienza a cundir en las filas rusas, alertó este miércoles la inteligencia británica en su balance diario. Los uniformados rusos están “cada vez más preocupados” por la seguridad en la región que Rusia se anexionó hace siete años, apuntó Londres. La pasada semana una serie de explosiones golpearon un aeródromo militar en Crimea provocando la huida de los bañistas. A finales del mes pasado un ataque con dron en la ciudad portuaria de Sebastopol el 31 de julio impuso la cancelación de los festejos con motivo del día de la Marina.
A última hora de este miércoles el Kremlin optó por sustituir al comandante de su flota en el mar Negro, con base en Crimea. Según la agencia de noticias rusa Ria, Igor Osipov había sido reemplazado por Viktor Sokolov, en mitad de una coyuntura marcada por los ataques ucranianos contra la península.
“El movimiento partisano en las provincias de Jersón y Zaporizhia está creciendo en intensidad. Ucrania está destruyendo depósitos de municiones y centros de comunicaciones. El objetivo es la orilla derecha de la provincia de Jersón. El mayor temor en este momento es que los rusos estén fraguando un ataque masivo con misiles el 24 de agosto, día de la independencia de Ucrania”, señala a este diario el historiador Alexandre Motyl. “Los ucranianos tienen ya la iniciativa”, concluye.
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