"Habrá un cambio de timón en la conducción del gobierno", declaró el diputado Raúl Soto, al frente de la Cámara, tras reunirse con el presidente de Chile, Gabriel Boric. El amplio triunfo del "rechazo", por más del 61% de apoyos en el plebiscito constitucional del domingo, ha tenido un coste para el presidente y su gobierno, que apostaron claramente por el "apruebo". En un sistema parlamentario el jefe del gobierno se habría tambaleado pero Chile es un sistema presidencialista y Boric sobrevive pero afronta una tormenta política. Eso sí, ha tenido que renunciar a sus postulados más radicales y recurrir a la vieja guardia de la izquierda moderada chilena.
El nuevo gobierno se escora al centro izquierda, sale su número dos en la campaña, Izkia Siches de Interior y Giorgio Jackson, deja Presidencia, pero asume en Desarrollo Social. Le sustituye Ana Lya Uriarte, muy cercana a la ex presidenta Michelle Bachelet. Siches, un puntal en la victoria de Boric, ha pagado los errores en una cartera, Interior, muy compleja.
Entra un peso pesado de la ex Concertación, la izquierda moderada, Carolina Tohá, quien fuera alcaldesa de Santiago, en Interior. El padre de Carolina Tohá, José Tohá, ocupó el mismo cargo con Salvador Allende. El Socialismo Democrático aumenta su poder en la coalición que mantiene con Apruebo Dignidad (más a la izquierda). Como portavoz sigue Camila Vallejo. Es la primera vez que en el Comité Político hay mayoría de mujeres.
Giorgio Jackson, muy cercano al presidente y uno de los artífices de su campaña, se salva y asume Desarrollo Social. Es a quien han responsabilizado en Apruebo Dignidad del fracaso del referéndum pero Boric ha optado por salvarlo pero quitarle del foco. Presidencia es un puesto muy relevante.
Jackson ha tenido que ceder ante esa generación de izquierdas de la que dijo esto: "Nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió". Ahora Boric recurre a las canas, a la experiencia de Tohá o Uriarte para salvar un momento complejísimo.
"Entran figuras relevantes del PPD (Partido por la Democracia), centro izquierda. Lanza la señal de querer enmendar el rumbo como efecto del resultado del plebiscito", señala Miguel Ángel López, profesor de Ciencia Política en el Instituto de Estudios Internacionales en Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile.
También cambian los titulares de Energía, donde asume Diego Pardow en lugar de Claudio Huepe; Salud: donde Ximena Aguilera reemplaza a Begoña Yarza; y Ciencia, que por primera vez estará a cargo de una mujer, Silvia Díaz Acosta, independiente afín al PPD.
Boric ha reconocido que el paso ha sido duro. "Los cambios de gabinete siempre son dramáticos y a este no le ha faltado su dosis. Tenía que doler, y duele, pero es necesario. Es, quizás, uno de los momentos más difíciles que me ha tocado enfrentar", ha declarado el presidente tras la toma de posesión de los nuevos ministros.
Un tropiezo en Interior
Este giro al centro ha estado a punto de enturbiarse porque Boric había designado como número dos de Interior al profesor de Historia, Nicolás Cataldo, del Partido Comunista. Cataldo, que se encargaría del trato con los carabineros, insultó a este cuerpo de la Seguridad del Estado en el pasado. Tampoco se entiende que premie al Partido Comunista, el mayor perdedor del plebiscito, ya que defendía la aplicación a ultranza de la Constitución elaborada por la Convención.
Su designación ya se había anunciado en la página web de Presidencia y el propio Cataldo había modificado su cuenta de Twitter. Pero luego lo borró al igual que sus mensajes. El anuncio del nuevo gobierno se ha retrasado más de una hora debido a este error que podría haber sido mayor, de haberse mantenido a Cataldo en tan delicado puesto. Finalmente se mantuvo Manuel Monsalve, del Partido Socialista.
Lo llamativo es que Gabriel Boric se quejaba de la improvisación del presidente Piñera cuando tuvo que modificar un anuncio de gobierno sobre la marcha por un tuit de uno de sus elegidos.
El foco en la gobernabilidad
"Va a lanzar una señal", decía Anna Ayuso, investigadora senior del CIDOB para América Latina. "Aumenta el peso de sectores de centro. Y también afectará al desarrollo del plan de gobierno. Hay que sacar reformas adelante como la fiscal, de Seguridad Social, e impulsar la economía cuando el país está lastrado por la crisis previa y la inflación. Es muy dependiente del exterior en energía. La prioridad ha pasado a ser la gobernabilidad", dice Ayuso. Y añade: "Es un momento de moderación y de entablar el diálogo. Hay que volver a centrarse en los temas estructurales".
Lo primero que hizo el presidente el domingo es reconocer la derrota a la vez que prometía que había comprendido el mensaje de la ciudadanía. El proceso constitucional seguirá adelante porque cuenta con el respaldo del llamado plebiscito de entrada, pero el texto elaborado por la Convención Constitucional no ha convencido a la mayoría.
En su intervención a la nación, dijo: "Hoy ha hablado el pueblo de Chile y ha hablado de forma fuerte y clara. En Chile las instituciones funcionan... Esta decisión exige a nuestras instituciones que trabajemos con más diálogo, más empeño, más respeto y cariño hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos y que dé confianza". Y se comprometió a poner todo de su parte "para construir en conjunto con el Congreso y la sociedad civil un nuevo itinerario constituyente que, recogiendo los aprendizajes del proceso, logre interpretar a una amplia mayoría ciudadana".
El ex presidente Ricardo Lagos decía en La Tercera que "el presidente se la jugó por una opción y no podemos decir que saliera fortalecido". También se votaba "un juicio político" al gobierno y la presidente, indicó Lagos. Y Boric lo sabe así que se puso en acción de inmediato.
"El presidente llamó a la concordia. Manifestó la idea de seguir con el proceso constituyente. Es importante que los partidos de la oposición secundan esa idea. El plebiscito de 2020 no está en cuestión, pero hay que buscar un proyecto más unitario, que una a los chilenos", afirma Miguel Ángel López,
Al día siguiente el presidente Boric se reunió con el Consejo Político y los presidentes de las Cámaras. También convocó a los portavoces de los grupos con representación parlamentaria para buscar la vía por la que seguir impulsando el proceso constituyente. Hay acuerdo sobre la necesidad de una nueva Carta Magna, que reemplace la que surgió en tiempos del dictador Augusto Pinochet, posteriormente reformada. Su última firma es del socialista Ricardo Lagos. Lo que no aún no está claro es cómo y quiénes lo harán.
Boric necesitará lidiar con las tensiones internas y externas, y buscar el equilibrio, de ahí que recurra a la experiencia de dirigentes de la izquierda moderada. En todo caso, es hora de solucionar los problemas más acuciantes si no quiere encontrarse con revueltas en las calles como aquellas en las que él participó en el pasado.
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