"Como soy una mujer, de derechas, empecé muy joven y soy pequeña, siempre me han infravalorado. Es una ventaja". Georgia Meloni (Roma, 1977) es una luchadora nata, acostumbrada a nadar contracorriente. En su autobiografía Io sono Giorgia. Le mie radici, le mie idee (Rizzoli), un best-seller en Italia, se describe como "un soldado" con una misión, la batalla contra el "pensamiento único" en defensa de la familia, la religión, la patria. Georgia Meloni, que se dice orgullosa de ser mujer pero que no se considera feminista, puede ser la primera en llegar al Palacio Chigi.
Fratelli d’Italia, el partido que lidera, ha sido el más votado en las elecciones de este domingo y la coalición conservadora que forma con Fuerza Italia, liderada por Silvio Berlusconi, y la Liga, de Matteo Salvini, ha conseguido en las Cámaras. Hará historia, aunque la última palabra la tendrá en cualquier caso el presidente de la República, Sergio Mattarella.
Es la líder del momento en Italia. Con sentido del humor, este domingo ha llamado al voto con una foto con dos melones (por Meloni) en su cuenta de Instagram.
Giorgia Meloni, en apenas una década, ha logrado que Fratelli d’Italia, que nació de las cenizas de las formaciones posfascistas Movimiento Social Italiano y luego Alianza Nacional, pase de un 4% de votos a un 25%. "Nos describen como monstruos y así están diciendo que el 25% de los italianos son monstruos", señala en sus mítines.
La inspiración en la que se basa el libro parte de un mitin en Roma en octubre de 2019. Meloni concluyó diciendo: "Io sono Giorgia. Solo una donna, sono una madre, sono italiana, sono cristiana. Non me lo toglierete (Soy Giorgia, soy una mujer, soy una madre, soy italiana, soy cristiana. No me lo vais a quitar)". Aquellas palabras las convirtieron en un remix dos DJ que alcanzó gran éxito. Y Meloni confiesa que le sirvió para amplificar su mensaje, aunque no era el propósito de los músicos.
Y así decide explicar en sus memorias “quién soy y en qué creo”. Es joven para esta revisión de vida pero un político tiene que aprovechar su momento de gloria para darse a conocer y Meloni lo hace mostrándose como una italiana más, a quien no le han regalado nada. Repite una y otra vez que no tiene miedo a defender sus ideas, aunque la izquierda le convierta en su objetivo favorito.
Lo que creemos está siendo atacado. La única manera de preservarlo es siendo rebeldes como somos los conservadores"
“Vivimos en un momento en que aquello en lo que creemos está siendo atacado. La única manera de preservarlo es siendo rebeldes como somos los conservadores”, dijo ante la American Conservative Union a principios de este año. Y así se ve Meloni desde que tiene memoria: como alguien que se rebela contra lo establecido. Así se hace del Frente Juvenil del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI) cuando su barrio y su ambiente era de izquierdas.
El padre ausente, en Canarias
Quizá también como venganza contra Francesco, el padre comunista que abandonó a su madre con dos hijas a cargo. El padre se fue a Canarias, en un barco llamado Cavallo Pazzo (caballo loco). "La percepción de un padre que no está más, que se disuelve, es algo que no se puede explicar. Es una herida más profunda que si tu padre muere, porque te espera en el cielo, pero si desaparece tienes que lidiar con su fantasma", señala. Cuando murió hace años, asegura que le resultó indiferente.
Pero sí tuvo contacto con el padre porque en las islas pasó de niña algnos veranos junto a su hermana Arianna. Allí aprendió español. También habla inglés y francés. Meloni confiesa que su idea era haber estudiado interpretación y traducción, pero era demasiado costoso.
Le debo todo a mi madre. El amor por los libros, la curiosidad, el orgullo, el instinto de libertad.."
Para empezar, cuenta en el libro cómo ella estuvo a punto de no nacer. Su madre, Anna, tenía 23 años y se disponía a abortar pero en el último momento se arrepintió. "Se lo debo todo a mi madre", escribe. "Le debo el amor por los libros, la curiosidad, el orgullo, la capacidad para saber arreglármelas, la dedicación al trabajo, el instinto de libertad, la necesidad de decir la verdad".
El relato encaja bien con su rechazo al aborto, si bien asegura que no cambiaría la ley actual pero daría más opciones a quienes se lo planteen. En Las Marcas, la región donde hay un gobierno conservador encabezar por Fratelli d’Italia, se hace cada vez más difícil abortar.
De la Garbatella, un barrio popular
De su infancia cuenta cómo el apartamento donde vivía con su madre y su hermana se incendió como consecuencia de un descuido de las niñas con una vela. Es cuando se trasladan a Garbatella, el barrio popular donde viven sus abuelos. "Es mi barrio y vivir en un determinado sitio te imprime carácter, una determinada forma de estar en el mundo", indica en el libro. En Caro Diario Nanni Moretti se refiere a la Garbatella como su barrio favorito.
Sería su abuelo Gianni, siciliano, quien hará el papel de padre. Creció en una familia monoparental, arropada por los abuelos, pero es firme defensora de la familia tradicional de padre y madre. Es contraria al matrimonio homosexual y a la adopción (no serían las mejores condiciones para el niño como no lo serían que los padres fueran muy mayores o no tuvieran medios económicos, argumenta).
La Garbatella, fundado en los años 20 para alojar a trabajadores portuarios y ferroviarios, fue donde se alojaron los desahuciados que vivían en los alrededores del Vaticano para construir la avenida de la Conciliación en tiempos de Mussolini. Hoy es un barrio popular donde logró los mejores resultados el candidato del Partido Democrático (PD) Roberto Gualtieri en las municipales del año pasado. Gualtieri es el alcalde de Roma.
Deportista tras sufrir acoso por gorda
En su infancia confiesa Meloni que sufrió acoso por ser gorda. Recuerda una anécdota. Estaba en la playa y se acercó a unos niños que jugaban al voleibol. Cuando les pidió permiso para unirse a ellos, reaccionaron con insultos: “No puedes, gorda”. Lejos de hundirse, dice que este acoso le hizo más determinada y más fuerte. Así cita a Plutarco para referirse a la utilidad de los enemigos que te hacen superarte más allá de lo que te imaginas.
Y expresa uno de sus principios: 2Una cuestión es lo que nos pasa y otra cómo lo afrontamos. Esto depende de nosotros. Es lo que marca la diferencia".
En el caso del exceso de peso, a Meloni le ayudó el deporte. Es muy aficionada a correr, montar en bicicleta, el paddle… “No es solo por el cuerpo, también para la mente es necesario. Si no soy una olla a presión”.
Militante a los 15 años
Su cariño por el barrio también se explica porque fue donde encontró a “su segunda familia”, es decir, el Frente de la Juventud del Movimiento Social Italiano. En su sede de Via Guendalina Borghese se presentó a los 15 años el día en que mataron al juez antimafia Paolo Borsellino, el 19 de julio de 1992. Ante de su carrera en la magistratura, Borsellino había militado en el MSI. Era la época de la investigación de Manos Limpias, que afectaba a casi todos los partidos políticos.
El Movimiento Social Italiano era ajeno a aquella corrupción y hacer algo significaba unirse a los que consideraba alternativa y modelo"
“El Movimiento Social Italiano era ajeno a aquella corrupción. Quería hacer algo y hacer algo significaba unirse a los que consideraba alternativa y modelo, y más por instinto que por una decisión madurada, me inscribí en el Frente de la Juventud del MSI”, señala Meloni, a quien le movía el patriotismo y una buena dosis de rebeldía. Se plantó ante sus profesores de izquierdas, según relata. Les amenazó con denunciarles cuando se sintió sometida a un juicio político en un examen final. Circula una grabación de cuando tenía 19 años en la que elogia a Mussolini como un buen patriota. Seguro que lo pensaba. Ahora mantiene que el fascismo es cosa del pasado, como ya dijo Gianfranco Fini, quien lideró Alianza Nacional, heredera del MSI. También ha condenado claramente el Holocausto.
Afirma que es europeísta pero defiende "una Europa de las Patrias", es decir, una Europa que no profundice en la integración. Cuando escribió el libro todavía confiaba en que Europa debía acercarse a Rusia para evitar que se aliara con China. Ahora ha condenado la agresión rusa a Ucrania y apoya el envío de armas para ayudar al gobierno de Kiev a luchar contra Rusia.
Cuando se suma a las Juventudes, todos eran hombres y se gana su sitio. Tenían apodos y el suyo era Calimera. Todos eran conocidos como las gaviotas, por Juan Salvador Gaviota. "Estábamos unidos por una causa mayor", señala. Es revelador cómo cuenta que después de una de las reuniones, que acabó tarde, uno de los asistentes preguntó si alguien necesitaba compañía ir a casa. "Todos nos ocupábamos de todos. Todos éramos la familia de todos".
Reconoce que la mayor parte procedía de familias con situaciones particulares, o padres separados, o con algún problema. "Buscábamos referencias, queríamos pertenecer a algo". Así cree que la “fuerza del lobo es la manada y la fuerza de la manada es el libro”, como escribió Kipling en el Libro de la Selva.
Tolkien, Stephen King, Scruton
La militancia conllevaba sacrificios. Trabaja como babysitter, camarera, o dependienta, para ayudar económicamente a su familia. Pero descubrió cuál era la batalla que quería librar y se encomendó en cuerpo y alma. A veces tenían enfrentamientos callejeros con los jóvenes de la izquierda. "Son las manos pequeñas las que cambian el mundo", cita a Tolkien, que junto a Stephen King, son sus autores favoritos de ficción y su inspiración.
Como ideólogo su referente es el filósofo conservador británico Roger Scruton, focalizado en contrarrestar las ideas marxistas. Meloni se identifica con los tories británicos, el Likud israelí o el español Vox, "el partido prácticamente gemelo del nuestro". Ser de derechas es ser realista, en primer lugar, y acusa a la izquierda de ser absolutista y de querer convertir los deseos en derechos (es muy combativa contra la ideología de género).
Defiende a Donald Trump y a Viktor Orban. Como ellos, es nativista y cree firmemente que el gran problema de nuestra civilización es el demográfico, no hay nacimientos, y por ello apoya las políticas de apoyo a la familia. Pero han de ser nacionales, o inmigrantes.
No está casada y es madre de Ginevra
Curiosamente vive en pareja con el periodista Andrea Giambruno con quien no está casada. Dice que, de hacerlo, sería por la Iglesia. Tiene una hija de seis años, Ginevra, que habla de “la bandera de mamá” cuando ve una tricolor.
Está en contra de las cuotas femeninas y defiende la meritocracia. Recuerda cómo tras ser elegida diputada en 2006 se tuvo que acostumbrar a hablar con la sala vacía y aún así se preparaba a conciencia las intervenciones. Presume de haber sido la mujer más joven en un Ministerio, cuando se integró en el gobierno de Silvio Berlusconi en 2008, con 31 años. Renunció al coche oficial y se desplazaba en su Mini al Parlamento.
Con Silvio Berlusconi rompió en 2011 cuando la crisis financiera dio paso al gobierno del tecnócrata Mario Monti. Meloni defiende que fueron las presiones de Bruselas las que forzaron este cambio y por ello defiende un sistema presidencialista, para que sea el ciudadano el que elija al presidente.
Apenas unos meses antes de las elecciones de febrero de 2013, fundó Fratelli d’Italia junto a algunos clásicos como Ignazio La Russa. Apenas llegaron al 2%. Fueron casi 700.000 votos. Eso le dio fuerza, pero reconoce que estuvo a punto de tirar la toalla cuando durante años no sobrepasaban el 5%. Pocos soñaban que en una década después de la fundación estarían tan cerca del poder.
Está rodeada de un equipo muy fiel que le acompaña desde sus inicios, incluida Giovanna su jefa de prensa. Asegura que no tiene un spindoctor que le asesore, y que por esa razón a veces ha cometido errores pero que aprende sobre la marcha. Su hermana Arianna y su cuñado, Francesco Lollobrigida, sobrino de la actriz, están en el partido. Necesitará más gente con experiencia si ha de dirigir el gobierno. Como pensaba cuando empezó en política, al final se planteará si ha logrado cambiar el sistema o le ha cambiado a ella el sistema.
¿Es el sueño de Meloni llegar al Palacio Chigi? En su libro dice que la plena felicidad nunca se alcanza. "Cuando me va bien estoy tranquila. Si me va mal, me parece el fin del mundo. No es fácil vivir así pero eso me ha hecho tener más determinación. La idea es que la felicidad siempre está un poco más allá. Siempre hay otra batalla por lidiar".
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