Aún no se ha aclarado ninguna circunstancia sobre las fugas que han dejado fuera de juego los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2. Las dos tuberías que transportan la mayoría del gas ruso a Europa han quedado inutilizadas y nadie sabe nada, aparte de que probablemente no vuelvan a funcionar jamás debido al efecto corrosivo del agua marina si se infiltra masivamente en unas canalizaciones rotas.
Todos los actores implicados hablan ya claramente de "sabotaje", sin más detalles. La investigación in situ de las tuberías reventadas junto a la isla danesa de Bornholm, a menos de 200 kilómetros de la localidad alemana de Lubmin, por donde entran al continente europeo, no se podrá realizar mientras el gas siga manando de la infraestructura. Y los expertos calculan que eso llevará, como mínimo, 7 días.
Hasta entonces, la especulación reina sobre un evento geopolítico sin precedentes. El reventón de las tuberías, que aunque no estaban en funcionamiento siempre almacenan gas en su interior, redujo la presión de los gasoductos de más de 100 bares a 7 en un espacio muy corto de tiempo. Estaciones sísmicas danesas, suecas y de otros países registraron temblores en la zona en la tarde-noche del lunes, y aunque todavía nadie ha podido demostrar de forma fehaciente la relación entre ambos hechos, la pregunta es inevitable entre las autoridades de todo el mundo: ¿qué, quién y cómo ha hecho explotar el Nord Stream? ¿Qué podría ser lo siguiente?
El investigador del Instituto Sismológico Sueco, Bjorn Lund, fue uno de los primeros en apuntar a la teoría de las explosiones, que causaron temblores de magnitud 2,3 y que, en su opinión, sólo podían haber sido provocadas por el equivalente a 100 kilos de explosivo TNT. "Probablemente más", apostilló en declaraciones a la televisión sueca.
"Estamos bastante seguros de que se trata de una explosión y no del resultado de un terremoto natural", confirmó en rueda de prensa este miércoles el servicio de vigilancia geológica de Dinamarca y Groenlandia. Rusia, por su parte, anunció a través de sus agencias oficiales que el FSB investiga el caso como "terrorismo internacional". En Suecia, son los servicios secretos quienes se han hecho cargo del caso. Y mientras tanto, crece la preocupación en Polonia por el recién inaugurado Baltic Pipe, que une al país con Noruega a través del Mar del Norte.
Explosión a 88 metros bajo el agua: la teoría de una detonación programada hace meses o años
La posibilidad de un fallo accidental en tres tuberías al mismo tiempo (dos del Nord Stream 1 y otra del Nord Stream 2) resultaba una quimera desde el principio. Portavoces de la empresa Nord Stream explicaron el martes que las infraestructuras están específicamente diseñadas para evitar afectaciones múltiples de este tipo, y que según cálculos de probabilidad un incidente así se produciría menos de una vez cada 100 millones de años.
El 'accidente', de serlo, también habría tenido buena puntería: las fugas afectan a las Zonas Económicas Exclusivas de Suecia y de Dinamarca, pero no a sus aguas territoriales. De confirmarse el sabotaje, por tanto, ninguno de los dos países podría considerarse atacado directamente. Las fugas también esquivaron por pocos kilómetros varias zonas marítimas designadas por el Ejército danés para realizar prácticas de tiro.
El sabotaje a los gasoductos se produjo a 88 metros de profundidad en el caso del Nord Stream 1 y a 70 metros en el caso del Nord Stream 2. Un dato que no elimina a demasiados sospechosos para el analista Hans Liwang, experto en Arquitectura Naval y Sistemas de Defensa en la 'Swedish Defence University', que en declaraciones al medio local Expressen detalla que cualquier Ejército e incluso organizaciones civiles dedicadas a la infraestructura subacuática tienen capacidad sobrada para llevar a cabo operaciones a esa profundidad. Ya sea con drones subacuáticos o con buzos de formación avanzada, puesto que a partir de los 60 metros de profundidad es imprescindible utilizar mezclas específicas de gases para sobrevivir.
A última hora del miércoles, la inteligencia británica ya apuntaba claramente a un ataque premeditado utilizando artefactos explosivos, según información publicada por Sky News citando a estas fuentes. Respecto a los métodos, las teorías manejadas por Londres hablan de minas que podrían haber hecho descender al fondo a través de cuerdas-guía, cargas de profundidad lanzadas desde alguna embarcación o colocadas junto al gasoducto con drones. En los tres casos, los explosivos se podrían haber colocado "hace meses o incluso años" y haber sido detonados a distancia.
Cables submarinos: 1,2 millones de kilómetros estratégicos
La incertidumbre no es buena noticia. Y la perspectiva de que una instalación como el Nord Stream, con macrotuberías protegidas por 15 centímetros de acero y hormigón, sea vulnerable a ataques de este tipo, ha desatado el miedo respecto a otros elementos estratégicos. Uno de los más evidentes son los cables submarinos que sustentan los sistemas de telecomunicaciones y que discurren por más de 1,2 millones de kilómetros de fondos marinos de todo el mundo.
La prensa preguntó ayer por el tema a Morten Bødskov, ministro de Defensa danés, que se limitó a responder que "somos plenamente conscientes de dónde están los cables y sus condiciones tanto en nuestras aguas territoriales como en otros lugares", tal y como recoge el medio Berlingske.
Lo cierto es que la fragilidad de los cables submarinos de Internet no es ninguna novedad. Y sus averías son más o menos habituales. Generalmente las causan tiburones, anclas de barcos y redes de pesca, aunque el episodio más grave a nivel internacional se produjo en 2006, cuando un fuerte terremoto destrozó ocho cables submarinos y dejó parcialmente aislada a la isla de Taiwán hasta que un equipo especial consiguió completar las reparaciones casi 50 días después.
En la actualidad, la dependencia norteamericana de estos cables es mucho mayor que la del Kremlin. El único cable marino internacional que afecta a Rusia está en su extremo oriental y une Nakhodka, cerca de la frontera con Corea del Norte, con Japón. El resto de cables rusos unen distintas partes de su propia costa. Estados Unidos, por contra, tiene más de 30 cables submarinos internacionales en la costa del Atlántico y más de 20 en el Pacífico. Algunos no pasan lejos de las costas rusas en Bering y Ojotsk.
España también es un nodo importante para estas infraestructuras. Bilbao recibe los cables Tata TGN-Western Europe (que conecta con Portugal y Reino Unido), Grace Hopper (Reino Unido y Estados Unidos) y Marea (con Estados Unidos). En el sur, además de los cables que unen la Península y las Islas Canarias, el municipio de Chipiona recibe el SAT-3, que recorre toda la costa atlántica desde Sudáfrica. Por Zahara de los Atunes pasa el Medusa, clave para el norte de África. Desde Estepona sale un cable que une a España con Marruecos por Tetuán. Y también en Estepona hace escala el FLAG, que une al Reino Unido con Japón, con multitud de estaciones intermedias en todo el mundo. En el Mediterráneo destaca el cable Orán (Argelia)-Valencia, además de las conexiones del Medusa y el 2Africa en Barcelona.
Como señala un informe publicado por Mapfre Global Risks, el principal reto de seguridad de estos cables reside en su propiedad. La mayoría pertenecen a empresas privadas o consorcios, aunque algunos están participados por el Estado. Los tratados internacionales contemplan ya la obligación de los países para perseguir criminalmente a quien cause daños a estos cables de manera intencionada o negligente, pero su protección física y efectiva en aguas internacionales a tiempo real resulta casi imposible. En la práctica, la mejor defensa de estos sistemas es contar con buenos protocolos de adaptación en caso de fallos, y de redirección del tráfico de datos a través de otros canales.
Noruega, preocupada por los drones en sus plataformas petrolíferas
No obstante, los cables submarinos de Internet no han sido el único objetivo potencial sobre el que se ha puesto el foco en las últimas horas. El primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, ha confirmado este miércoles que su Gobierno ha corroborado una actividad "inusualmente alta" de drones cerca de sus plataformas petrolíferas y gasísticas en alta mar.
"No se sabe a quién pertenecen, pero las autoridades están investigando el asunto", ha confirmado en una conferencia de prensa en relación a los misteriosos drones, sobre los que ya alertó el lunes la Autoridad Noruega de Seguridad del Petróleo.
En una circular, el organismo urgía a "todos los operadores y propietarios de buques" a una "mayor vigilancia en la Plataforma Continental Noruega", sobre la que se asientan las explotaciones energéticas que sustentan la economía del país, que cuenta con casi 4.700 plataformas petrolíferas marítimas
El comunicado del organismo noruego daba a entender que estos drones habían incurrido en numerosas violaciones de las 'áreas de seguridad' de las plataformas, que se extienden 500 metros alrededor de las instalaciones y hasta 500 metros por encima de su punto más alto. La autoridad noruega de seguridad petrolera advertía de que la presencia de drones sin identificar podía suponer un riesgo para el tráfico de helicópteros habitual en estas plataformas, riesgo de explosiones, colisiones y, lo más preocupante, "ataques deliberados".
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