El régimen de los Ayatolás se enfrenta desde hace 18 días al mayor desafío contra su continuidad de la última década. La muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, de 22 años, ha suscitado una oleada de protestas sin precedentes, que se ha propagado por decenas de ciudades del país y deja ya cerca de un centenar de fallecidos. Un seísmo que permanece a pesar de la represión gubernamental y las restricciones al acceso a internet y que Reza Pahlavi, el príncipe heredero de Irán, observa con creciente esperanza desde su exilio estadounidense.
Pahlavi, a punto de cumplir los 62 años, conversa con El Independiente en una de las semanas más dramáticas para el país que dejó en 1979, en pleno triunfo de la Revolución Islámica. Tras el óbito de su padre Mohamed Reza Pahlavi, el Sha de Persia, fue declarado su sucesor en un palacete de El Cairo, donde la familia pasó los primeros meses de su exilio. Fue en la capital egipcia donde se comprometió a preservar el legado imperial. Cuatro décadas después, Pahlavi está convencido de que la teocracia iraní tiene los días contados.
Debemos convertir este luto y esta rabia en la esperanza de un futuro sin la opresión y la tiranía de la República Islámica
Un nombre, el de la joven de origen kurdo Mahsa Amini, ha terminado siendo el detonante de las manifestaciones masivas que alcanzan este martes las 19 jornadas consecutivas. Amini cayó en coma horas después de ser detenida por la policía de la moral el 13 de septiembre en Teherán por infringir supuestamente la estricta ley que obliga a las mujeres a cubrirse el pelo con un hiyab (pañuelo islámico). Falleció tres días después.
“El estremecedor asesinato de Amini a manos de la antiiraní y misógina República Islámica ha devastado a la nación iraní y a nuestra conciencia pública”, reconoce Pahlavi. Su agonía y la denuncia de su familia de que la joven había sido golpeada por los agentes con una porra y contra un vehículo han avivado desde entonces las llamas de la contestación. Teherán insiste en que no existen pruebas de malos tratos y que sufrió un “fallo cardíaco repentino”.
Este régimen está siendo derribado por la valentía y la voluntad del pueblo iraní, que está harto de que le arrebaten su vida, su sustento y su dignidad
Han sido las iraníes las que han liderado las protestas dentro y fuera del país. Han reclamado el fin del pañuelo quitándoselo, cortándose el pelo o prendiéndole fuego a un símbolo que consideran un icono de la represión que han padecido durante décadas. Han lanzado un órdago a los Ayatolás al clamor de “Mujer, vida, libertad” y “Muerte al dictador”, en referencia al ayatolá Jamenei. Este lunes, en sus primeras declaraciones públicas, Jamenei acusó a Washington y Tel Aviv de “haber diseñado los disturbios”; denunció la quema de coranes e instó a las fuerzas de seguridad a estar vigilantes.
La represión de las últimas semanas se ha cobrado la vida de al menos 92 personas, según datos del Iran Human Rights (IHR), una ONG fundada por expatriados iraníes. “Esta rabia nacional ejemplifica la determinación y la voluntad de una nación que sacrifica su vida por sus derechos”, subraya el heredero del Sha de Persia, la principal figura de la oposición iraní. “Es la muestra de una resistencia de más de cuarenta años que se tiñó de rojo con la sangre de Neda [asesinada en 2009 durante las protestas tras las elecciones presidenciales] y que no terminará con la sangre de Mahsa. Debemos convertir este luto y esta rabia, más que antes, en solidaridad nacional y en la esperanza de un futuro sin la opresión y la tiranía de la República Islámica”, agrega.
Pregunta.- El mundo está siendo testigo de los peores disturbios en Irán en años. ¿Está más cerca el colapso de la República Islámica de Irán después de estas semanas?
Respuesta.- Estas ya no son las protestas de Irán. Esto es la Revolución de Irán. Siempre he dicho a nuestros amigos de los medios de comunicación y a mis compatriotas que no puedo predecir cuándo el pueblo derrocará este régimen; sólo sé que lo hará. Ahora estamos viendo que ese día está más cerca de lo que muchos pensaban. Este régimen está siendo derribado por la valentía y la voluntad del pueblo iraní, que está harto de que este régimen le arrebate su vida, su sustento y su dignidad.
P.- Las manifestaciones se han propagado ya por decenas de ciudades iraníes. ¿Qué está ocurriendo realmente en las calles del país?
R.- Lo que está ocurriendo es que el pueblo de Irán está reclamando el espacio público, sus calles, a sus opresores. De hecho, este es uno de sus cánticos más comunes: "¡Reclamamos Irán!". Ven a este régimen como una fuerza enemiga de la que deben recuperar su país y su futuro. Seguimos viendo cómo crecen las protestas y empezamos a ver cómo se convierten en huelgas, lo cual es un acontecimiento crítico.
43 años de exilio
En enero de 1979 su padre acompañado de su esposa Farah abandonaron Teherán. Arrancó entonces el destierro. “Mi padre dejó el poder voluntariamente para evitar un baño de sangre. Llegó a Egipto por invitación del presidente Anuar Sadat y estuvo seis días en Asuán antes de viajar a Marruecos. Fue allí donde me reencontré con él”, comenta Reza. Tras una larga batalla contra el cáncer, el sha falleció en julio de 1980 en El Cairo, donde fue despedido con un funeral de Estado y donde aún yace enterrado.
Según el príncipe, no hubo una promesa explícita de litigar por el trono perdido ni de urdir la venganza. “En las dos semanas previas a su muerte, no tuvimos mucha posibilidad de conversar. Él estaba postrado en la cama del hospital. Sí hablamos a principios de aquel año cuando nos vimos en México. El tema, sin embargo, fue lidiar con la coyuntura. Entonces, nuestra preocupación inmediata eran las noticias de las ejecuciones de civiles y militares iraníes y la huida al exilio de los disidentes”.
P.- ¿Es el asesinato de Mahsa Amini bajo custodia policial la tragedia que ha hecho despertar finalmente a los iraníes? ¿Se trata de un punto de inflexión?
R.- El asesinato de Mahsa se ha convertido en nuestro momento de unidad colectiva. Ha hecho que nuestros compatriotas digan finalmente, como podrían decir nuestros amigos españoles, "Basta". No hay vuelta atrás, el pueblo ya no aceptará este régimen de ninguna forma. Debe desaparecer.
P.- Es de imaginar que están recibiendo información procedente del interior del país. ¿Quién lidera las protestas? ¿Cuáles son las principales reivindicaciones?
R.- Estoy en constante comunicación con mis compatriotas dentro de Irán. En todos los sectores de la sociedad, incluidas las fuerzas armadas. La gente misma está liderando las protestas, pero por supuesto no puedo divulgar más detalles o datos más específicos porque los pondría en peligro. Sólo tienen una exigencia: la eliminación total de la actual dictadura. No piden reformas o cambios. Piden el fin del régimen y quieren el apoyo internacional.
P.- Durante el funeral de Mahsa la multitud que asistía a las exequias gritó "Muerte al dictador", un cántico que suele dirigirse al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. ¿Debe preocuparse Alí Jamenei? ¿Qué debería hacer?
R.- Este es ciertamente otro de los cánticos más comunes. Alí Jamenei debería estar muy preocupado porque es despreciado por casi toda la población por haber destruido nuestra nación. El pueblo no tolerará más su dictadura.
El asesinato de Mahsa se ha convertido en nuestro momento de unidad colectiva
P.- ¿Qué papel está usted dispuesto a desempeñar en el futuro de Irán?
R.- En mis cuatro décadas de esta ya larga campaña para liberar a mi país, siempre he sido muy claro. Estoy centrado en esta fase de la lucha: ayudar a liberar a nuestro pueblo. Cualquier discusión sobre el futuro y el papel que desempeñará cualquiera de nosotros, incluido yo mismo, es una discusión para el futuro. Un solo segundo que no se dedique a ayudar al pueblo iraní a liberarse de este régimen es un segundo desperdiciado.
P.- En las últimas semanas, al calor de la contestación pública, se ha informado de detenciones, redadas y restricciones del acceso a internet. En su opinión, ¿cuál sería la receta para derrocar al régimen iraní?
R.- Lo que se necesita ahora es el apoyo del mundo exterior. Las naciones occidentales deben apoyar al pueblo iraní con algo más que declaraciones. Es hora de boicotear a este régimen. Es hora de retirar a los embajadores, expulsar a los funcionarios del régimen y a sus familias, congelar sus activos robados y aplicar otras formas de presión sobre el régimen y sus afiliados. Pero también es hora de apoyar de forma tangible al pueblo.
Los iraníes necesitan acceso a internet, un fondo de huelga para que nuestros trabajadores puedan ejercitar su derecho, apoyo logístico y de inteligencia que puede venir a través de reuniones de alto nivel con la oposición. El momento para todo esto es ahora.
P.- ¿Cómo están afectando la guerra en Ucrania y las acciones de Rusia contra este país al futuro de Irán?
R.- La República Islámica y Rusia son diferentes caras de la misma moneda y son socios en el delito. Intentan reprimir a los pueblos que buscan la libertad, la democracia y la soberanía nacional. De hecho, se han visto vehículos aéreos no tripulados manufacturados en la República Islámica que se utilizan por parte de Rusia para reprimir al pueblo ucraniano. Al igual que el mundo está hoy con Ucrania, debería estar con Irán.
P.- Si su padre siguiera vivo, ¿qué diría sobre los últimos acontecimientos en su país? ¿Cuáles son sus expectativas sobre el final de la República Islámica?
R.- Mi padre estaría orgulloso de la valentía de nuestra juventud. Siempre tuvo fe, incluso hasta el final, en que el pueblo iraní despertaría a las realidades de este régimen y se daría cuenta del poder y el compromiso que tenían dentro de ellos para determinar su destino. Sé que los está observando con orgullo mientras la generación actual da los últimos pasos para derrocar este régimen profundamente antiiraní.
El hombre que pudo reinar en Teherán
Pahlavi, el primogénito del Sha de Persia, guarda la memoria del Trono del Pavo Real, autoproclamado “shāhān shāh” (rey de reyes). Ha trabajado por derrocar el régimen teocrático desde la década de 1980. En septiembre de 1986, afincado ya en el estado de Virginia, ofreció una alocución de 11 minutos de duración que logró emitirse en los televisores iraníes. Un ataque orquestado por la CIA pirateó la señal de la televisión estatal. Y el heredero de Mohamed Reza -segundo y último monarca de la dinastía que estableció su padre en 1925- prometió por las ondas: “Regresaré”.
Un compromiso que todavía no ha cumplido. “Me encantaría volver a casa y ayudar en todo lo que pudiese. Todavía no nos encontramos en eso porque, mientras exista este régimen, no puedo estar físicamente allí. Figuro en su lista de objetivos”, relató hace unos años Pahlavi. “He sido el individuo más atacado y amenazado fuera de Irán. Son las alertas que he recibido de varias agencias de inteligencia. La finalidad ahora es derrotar a este sistema”.
En la imagen, Pahlavi -vestido de traje color blanco- junto a su familia.
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