La guerra en Ucrania empieza a librarse a contrarreloj, con la amenaza en el horizonte de las temperaturas bajo cero que empezarán a ser la norma desde mediados de noviembre. Los avances de Ucrania se concentran al norte de Lugansk, como continuación de la liberación de Limán, y en Jersón, donde sigue dibujándose un futuro cerco a la capital regional recién anexionada por Rusia.
En realidad, las dos operaciones son vasos comunicantes. Moscú lleva meses trasladando tropas de un lugar a otro, en función de las urgencias en el campo de batalla y debido a la incipiente crisis de personal que ha obligado a la movilización parcial de al menos 300.000 reservistas. En esa ruta, Melitopol es el cruce de caminos y la clave de bóveda de la arquitectura logística rusa en su invasión.
Ahora, el Kremlin empieza a temer por que Kiev abra un tercer frente norte-sur, de Zaporiyia hacia Melitopol, que de tener éxito podría partir en dos el territorio que controla en Ucrania y dejar aisladas a sus tropas del este y del oeste en pleno invierno. Una brecha que complicaría los suministros, la operativa militar tal y como había funcionado hasta ahora, la llegada de refuerzos y de los propios reservistas, a los que Rusia confía en terminar de formar durante el posible impasse que produzcan las bajas temperaturas y la nieve.
"En las últimas semanas, la comandancia ucraniana se ha estado preparando para una ofensiva desde Zaporiyia", aseguraba este jueves el informe de situación del grupo Rybar respecto a este frente en ciernes. "Las Fuerzas Armadas de Ucrania han trasladado grandes fuerzas a la línea del frente para intentar penetrar por Orejov en dirección a Tokmak y Melitopol", añadía.
Actualmente, Zaporiyia capital está bajo control ucraniano, mientras que el dominio ruso llega exactamente hasta la altura del Dnieper. En su margen sur, las fuerzas de Vladimir Putin controlan localidades como Energodar, donde se ubica la central nuclear de Zaporiyia, y hacia el este otras como Vasylivka, Novokoprovka o Polohy. Esa línea de contacto entre ambos ejércitos se ubica actualmente unos 35 kilómetros al sur de Zaporiyia y 60 kilómetros al norte de Melitopol. Por comparar, es menos distancia de la que separa Jersón de los avances ucranianos río Dnieper abajo.
El reportero especializado Alexander Simonov reportaba en las últimas horas un ataque relámpago de Ucrania contra varias posiciones rusas, que habían conseguido tomar antes de retirarse dejando la zona minada. "El episodio confirma de nuevo que el enemigo está preparando activamente una contraofensiva desde Zaporiyia y poniendo a prueba nuestras posiciones", analizaba.
Lo cierto es que la acumulación de fuerza ucraniana en la zona se lleva reportando varias semanas, al mismo tiempo que una buena parte de la reserva de tropas rusas estacionadas en Melitopol se han trasladado a Jersón y Nueva Kajovka ante la posibilidad crítica de un embolsamiento. Abrir un frente en la zona implicaría que Rusia tendría que dejar de usar Melitopol como base de refuerzos, o incluso forzar a Moscú a elegir entre ésta y Jersón a la hora de establecer una defensa. Si cae Melitopol, la única manera para trasladarse por tierra entre Lugansk y Jersón implicaría rodea del mar de Azov por territorio ruso, atravesando Rostov, Krasnodar, el estrecho de Kerch y toda Crimea. Un trayecto de más de 1.100 kilómetros, en lugar de los 700 actuales.
Los informes de inteligencia rusos detallan las brigadas mecanizadas y de artillería ucranianas que se están trasladando a la zona junto a convoyes de carros de combate y blindados. Y desgranan cómo "en los últimos días" han estado "probando las defensas rusas en varios sectores del frente". "Drones de reconocimiento, incluidos los Bayraktar, llevan a cabo vigilancias de la situación en la línea de contacto. Como primera medida, Ucrania está tratando de inutilizar los sistemas de misiles antiaéreos y los depósitos de munición", explican.
El temor ruso es que una operación en la zona permita encajonar a las tropas rusas que controlan la central nuclear, cuyos alrededores siguen sometidos a bombardeos desde la otra orilla del Dnieper. "Un asalto a gran escala desde Zaporiyia haría posible golpear al grupo ruso en Energodar y entrar en el espacio operativo hacia Melitopol", analizan los informes de Rybar.
En su posible ofensiva sobre Melitopol, con la que también especulaba este jueves el popular reportero del Kiev Independen Ilia Ponomarenko, los ucranianos cuentan con otro arma: los partisanos que están llevando a cabo sabotajes y resistencia dentro de la ciudad desde hace meses.
Melitopol cayó del bando ruso al inicio de la guerra y fue tomada por las tropas procedentes de Crimea tras una batalla dura entre el 25 de febrero y el 1 de marzo. Su alcalde, Ivan Fedorov, fue detenido y liberado posteriormente en un intercambio de prisioneros. Desde entonces, la contestación a la ocupación ha sido alta, con manifestaciones incluidas en la calle. Los grupos partisanos, organizados dentro de Melitopol, han llevado a cabo labores de información, de señalamiento de posibles objetivos e incluso sabotajes directos contra los soldados rusos.
Los informes rusos reconocen esta situación. "Durante los últimos días, miembros de la 44ª brigada de artillería han estado buscando activamente almacenes y sistemas de defensa aéreos del ejército ruso. Al mismo tiempo, son asistidos por ciudadanos pro-ucranianos de la región", admite uno de estos informes publicado este jueves.
El frente de Jersón mira al oeste
Mientras tanto, el frente de Jersón sigue estabilizado por segundo día consecutivo, sin avances ucranianos ni contraofensivas rusas, aunque sí se han reportado intentos de incursiones repelidos por artillería. Muchos canales militares ponen sus ojos en la zona al oeste de la ciudad, en Posad-Prokovske, donde las posiciones ucranianas están más cercanas a la capital regional, unos 25 kilómetros. "Es muy posible que se esté planeando una ofensiva por la costa del estuario del Dnieper", analizan estos informes.
En las últimas horas se han producido también varios ataques aéreos contra infraestructuras en la propia Jersón, principalmente en los alrededores del puente Antonovsky, la única vía terrestre por la que podrían retirarse los rusos. El otro puente de la zona está en Nueva Kajovka, mucho más cerca del actual frente, y donde nace el canal que surte de agua corriente a Crimea.
Rusia anticipa la batalla por Svatove en Lugansk
Además, sigue habiendo movimientos en el frente de Lugansk, con Ucrania posicionándose para una posible ofensiva sobre la ciudad de Svatove, importante para la logística rusa en el norte de esta región. Las escaramuzas se están produciendo en la carretera que une esta localidad con Kreminna, donde también se están acumulando tropa, y Severodonetsk.
En este sentido, el ministro del Interior de la autoproclamada república popular de Lugansk, ahora anexionada por Vladimir Putin, Vitaly Kiselyov, ha asegurado que las tropas ucranianas, "con equipamiento de la OTAN", atacarán en dirección a Svatove desde el norte y "principalmente de noche".
"El trabajo para solidificar las fronteras en Kreminna se está llevando a cabo a marchas forzadas", aseguró respecto a la situación un poco más al sur.
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