Falta exactamente un mes para el inicio del Mundial de fútbol de Qatar y la polémica que ha ensombrecido la celebración desde hace años, los abusos y pésimas condiciones de los trabajadores migrantes en el país, continúa. Amnistía Internacional ha exigido este jueves que, de una vez por todas, tanto la la FIFA como Qatar asuman su responsabilidad y establezcan un fondo de compensación destinado a las personas trabajadoras migrantes que han padecido abusos.
A su juicio de la ONG internacional, que ha publicado su último informe sobre la cuestión antes del evento deportivo, Doha "debe renovar su compromiso de cumplir plenamente las reformas laborales prometidas ahora y después de la Copa Mundial" tras lamentar que "los abusos siguen siendo frecuentes en todo el país".
Como ya reconocido en investigaciones previas, Amnistía considera que la reforma que Qatar ha firmado en su sistema laboral desde 2017, empujada por las denuncias de fallecimientos y heridos, ha traído algunas mejoras notables para los dos millones de trabajadores migrantes en el país, de los cuales cientos de miles han participado en proyectos esenciales para la Copa Mundial.
Ciclo de explotación y abusos
“Aunque en los últimos cinco años, Qatar ha hecho importantes avances en materia de derechos laborales, es evidente que aún queda un gran trecho por recorrer. Miles de personas trabajadoras siguen atrapadas en el ya conocido ciclo de explotación y abusos debido a las lagunas legales y a la inadecuada aplicación de la ley”, apunta Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía.
Sigue habiendo demasiadas sombras. La organización advierte de que la falta de ejecución y cumplimiento efectivos sigue socavando el impacto de estas mejoras en la población trabajadora migrante. Miles de personas que trabajan en todos los proyectos siguen enfrentándose a problemas como retrasos o impagos de los salarios, negación de días de descanso, condiciones de trabajo inseguras, obstáculos para cambiar de trabajo y acceso limitado a la justicia, mientras que la muerte de miles de trabajadores sigue sin investigarse.
La tarea de proteger a la población trabajadora migrante de la explotación está sólo a medias
“A las puertas de la Copa Mundial, la tarea de proteger a la población trabajadora migrante de la explotación está sólo a medias, mientras que la de indemnizar a quienes han sufrido abusos apenas ha comenzado. También es imperativo que Qatar se comprometa a mejorar las condiciones a largo plazo. Los avances no deben detenerse una vez que el espectáculo de la Copa Mundial abandone Doha”, reclaman desde Amnistía.
El mes pasado, una encuesta mundial encargada por Amnistía Internacional reveló que tanto el público en general como el público aficionado al fútbol apoyan de manera abrumadora que se indemnice a trabajadores y trabajadoras migrantes que han sufrido abusos durante los preparativos de la Copa Mundial 2022. Los resultados de la encuesta respaldan la campaña #PayUpFIFA lanzada por una coalición de organizaciones de derechos humanos —entre ellas Amnistía Internacional—, grupos de aficionados y sindicatos en mayo de 2022, que pide a la FIFA y a las autoridades qataríes el establecimiento de un gran programa de indemnización con el fin de compensar a la población trabajadora y evitar abusos en el futuro.
Una petición que ha caído, de momento, en saco roto. “A pesar del enorme y creciente apoyo de la afición, de las asociaciones de fútbol y de los patrocinadores a favor de indemnizar al personal migrante, Qatar y la FIFA siguen sin ceder. A falta de un mes, el tiempo para que hagan lo correcto se les está acabando”, alerta Cockburn. “Hacer la vista gorda ante los abusos sufridos por miles de trabajadores y trabajadoras migrantes a lo largo de los años va en contra de sus respectivas obligaciones y responsabilidades internacionales. Deben unirse para garantizar que no se deja atrás a quienes tanto han sufrido para hacer posible este campeonato”.
Reformas iniciadas
Las reformas promulgadas por Qatar desde 2017 incluyen una ley que regula las condiciones laborales del personal doméstico interno, tribunales laborales para facilitar el acceso a la justicia, un fondo para apoyar el pago de los salarios impagados y un salario mínimo. Asimismo, Qatar ha ratificado dos tratados internacionales clave de derechos humanos, aunque sin reconocer el derecho de su población trabajadora migrante a afiliarse a un sindicato. El Comité Supremo, organismo organizador de la Copa Mundial de Qatar, también introdujo normas laborales reforzadas para este colectivo, pero sólo en los emplazamientos oficiales del campeonato, como los estadios, aunque dichas normas cubren apenas una pequeña proporción de la plantilla dedicada a los proyectos esenciales para la Copa Mundial, y sólo el 2% de la mano de obra de Qatar.
Amnistía subraya, no obstante, que la población migrante que trabaja tanto en proyectos relacionados con la Copa Mundial como en otros proyectos sigue sufriendo abusos a gran escala en Qatar. Siguen estando sometidas a condiciones que constituyen trabajo forzoso; el personal doméstico trabaja entre 14 y 18 horas al día sin ningún día de descanso semanal, aislado en domicilios particulares. Al personal de seguridad también se le niega repetidamente sus días de descanso y se le obliga a trabajar bajo la amenaza de sanciones, como la deducción arbitraria de salario o, en ocasiones, la confiscación de sus pasaportes, a pesar de que estas prácticas infringen la legislación qatarí.
La muerte de miles de trabajadores y trabajadoras migrantes durante la última década o más —en proyectos relacionados con la Copa Mundial o en otros proyectos— sigue sin explicarse. Al menos cientos de estas muertes fueron probablemente consecuencia del trabajo en condiciones de calor extremo. La nueva legislación sobre el calor supone una mejora, pero se debe reforzar para que se ajuste a las normas internacionales y proteja adecuadamente a quienes trabajan al aire libre. A pesar de que hay pruebas claras de que los golpes de calor suponen un enorme riesgo para la salud, las autoridades qataríes han hecho poco por investigar, certificar o remediar las muertes de trabajadores y trabajadoras migrantes, en contra de las mejores prácticas internacionales.
Rubiales no contesta
La sucursal española de Amnistía también censura la posición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), al negarse a utilizar su influencia para "prevenir y mitigar los impactos adversos reales y potenciales sobre los derechos humanos, que causan, contribuyen o están vinculados, incluso en Qatar". La organización pide a Luis Rubiales por enésima vez que "reconozca públicamente la necesidad de reparar los abusos cometidos en el pasado en relación con la Copa del Mundo de 2022, y apoye la petición a FIFA para destinar como mínimo 440 millones de dólares estadounidenses (cantidad idéntica a la dotación en premios para la Copa Mundial) a proporcionar reparación a los cientos de miles de trabajadores y trabajadoras migrantes que han sufrido abusos contra sus derechos humanos en Qatar durante la preparación de la Copa Mundial 2022".
Al menos siete federaciones nacionales han apoyado públicamente este llamamiento a la indemnización, entre ellas, la belga; la francesa; la inglesa; la alemana y la holandesa.
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