El 10 de Downing Street lleva camino de anunciarse en Airbnb como lugar ideal para estancias exprés. El chiste circulaba en las redes desde que el miércoles el Partido Conservador convirtiera el lobby de Westminster en escenario de una batalla campal por una votación promovida por los laboristas que acabó retratando a sus rivales, los tories, convertidos en el partido del caos. ¿Cómo han llegado hasta aquí? Los detractores del Brexit lo tienen claro: desde que un grupo de conservadores se aferró a la salida de la UE como el bálsamo de Fierabrás para sus males han olvidado el interés nacional y lo han sustituido por un sálvese quien pueda.
El próximo viernes 28 de octubre estará en el cargo el sucesor de Liz Truss, la líder del Partido Conservador y primera ministra que ha presentado este jueves su dimisión después de tan solo 45 días en el cargo. Será el tercer primer ministro en seis semanas. Al igual que Liz Truss no será elegido en las urnas, sino en un proceso interno del partido, en el que participarán primero los diputados y si hay dos candidatos o más también dirán su última palabra los militantes.
Urge que sea rápido para que ya haya un nuevo líder cuando se presente el llamado fiscal statement (previsión de déficit, ingresos y gastos) el 31 de octubre. Los conservadores no quieren ni oír hablar de elecciones porque en las encuestas están hundidos como nunca antes, 30 puntos por debajo de los laboristas. Pero eso no debería ser la razón si de verdad pensarán en el interés nacional. Según una encuesta de OpiniumResearch, los británicos creen que el líder laborista, Keir Starmer, lo haría mejor como primer ministro que cualquiera de las opciones conservadoras. El mejor situado sería el ex primer ministro Boris Johnson.
"Lo mejor sería convocar elecciones. El Partido Conservador ha perdido toda credibilidad y capacidad de gobierno. No pueden ni gobernarse a sí mismos. Y tener así al país dos años más sería un suicidio nacional", afirma Víctor García de la Vega, técnico jurídico y analista, quien no ve a ninguno de los candidatos que están en la pista de salida, como Boris Johnson, Rishi Sunak o Penny Mordaunt, lo suficientemente fiables como para unir y revitalizar a los tories.
El último líder elegido en las urnas, en diciembre de 2019, fue Boris Johnson, quien obtuvo una holgada victoria con casi 14 millones de votos, que se tradujeron en 365 escaños. Su rival, el laborista Jeremy Corbyn, apenas logró superar los diez millones de votos, 202 diputados. Precisamente Boris Johnson, que tuvo que anunciar su dimisión en julio pasado por el escándalo del Partygate (las fiestas a las que acudió en el confinamiento) y sus continuas mentiras sobre el asunto, ahora figura entre los favoritos a suceder a Truss. Parece dispuesto "por interés nacional". Tendría que lograr el apoyo de más de 100 diputados cuando se inicie el proceso, el lunes próximo.
¿Por qué Boris Johnson tiene posibilidades de contar con suficiente apoyo? Porque está legitimado por las urnas. Aunque hay que decir que el Reino Unido de diciembre de 2019 poco tiene que ver con el Reino Unido de octubre de 2022. Además, es el favorito de las bases. Y cuenta con la ventaja frente a otros dirigentes que tiene más que ganar si vuelve y logra enderezar la nave en plena tormenta que otros políticos menos bregados.
El efecto del Brexit
"La salida decente sería convocar elecciones, pero no lo harán ni de broma. A consecuencia de la recesión de 2012, que acabó derivando en el Brexit, viven fuera de la realidad. Boris lo gestionaba bien porque no tiene escrúpulos ni moral, pero Liz Truss se creyó su propia fantasía", señala David Sarias, profesor de Historia del Pensamiento en la Universidad Rey Juan Carlos.
Hay en curso una iniciativa popular que ya ha superado las 700.000 firmas para que se convoquen elecciones anticipadas. La contestación del Parlamento ha sido: "El Reino Unido es una democracia parlamentaria y el Partido Conservador sigue siendo el partido de la mayoría. El primer ministro se ha comprometido a garantizar las oportunidades y la prosperidad para todas las personas y las generaciones futuras". El diario Daily Mirror demanda que se convoque a las urnas en su portada de este viernes.
El ex eurodiputado conservador Charles Tannock subraya el efecto nefasto del Brexit en la política británica: "El Brexit ha envenenado todo porque los mentirosos y poco capaces han sido encumbrados al poder".
El fracaso de Liz Truss, que aspiraba con emular a Margaret Thatcher y ha batido el récord de menor permanencia en el poder, impone a los menos experimentados. A ello se suma que la situación económica es la peor en décadas: la inflación supera el 10%, la deuda está en el 97% y los hogares afrontan un invierno con la energía a precio de oro.
Los partidos de la oposición, tanto laboristas como liberaldemócratas, verdes o los nacionalistas escoceses, demandan la convocatoria de elecciones anticipadas con el argumento de que ya no tienen mandato para seguir al frente del país al cosechar fracaso tras fracaso.
El daño que han hecho tardará años en arreglarse... Los ciudadanos británicos merecen poder opinar sobre el futuro del país"
keir starmer, líder laborista
"Tras 12 años de fracaso tory, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos. En los últimos años, los tories han establecido una fiscalidad récord, han destrozado nuestras instituciones y han creado una crisis del coste de la vida. Ahora, han hundido tanto la economía que la gente se enfrenta a 500 libras más al mes en sus hipotecas. El daño que han hecho tardará años en arreglarse". Según Starmer, "los ciudadanos británicos merecen poder opinar sobre el futuro del país".
Ed Davey, líder de los demócratas liberales, ha hablado de la necesidad de "un cambio real" y ha apelado al "deber patriótico" de los conservadores. "Pongan el país en primer lugar y den la palabra al pueblo".
El líder en Westminster del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Ian Blackford, ha subrayado: "Era inevitable que Liz Truss tuviera que marcharse después del daño que ha infligido, pero no basta con cambiar a los líderes de un gobierno tory fracasado. Ahora tiene que haber elecciones generales: la gente no aceptará nada menos".
El problema es que la gente está preocupada por las facturas, cada vez más y más elevadas, y necesita, sobre todo, un gobierno que sepa gestionar sin enredarse en politiquerías. Los conservadores llevan tiempo mirándose el ombligo y escondiendo sus errores tras la cortina de Bruselas. Pero ya no les sirve. Y a los ciudadanos la paciencia se les acaba cuando se tocan el bolsillo y lo encuentran vacío.
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