El XX Congreso del Partido Comunista de China ha concluido con la coronación de Xi Jinping y su séquito. La confirmación del tercer mandato como secretario general del PCCh por otros cinco años se daba por descontada, una vez eliminado el límite de los dos mandatos en 2018. A su vez, se han renovado cuatro de los siete puestos del Comité Permanente del Politburó con dirigentes leales a Xi Jinping. Xi se parapeta ante un equipo en el que ya no hay seguidores de otras corrientes, como los tuanpai o liga de la juventud, la corriente ligada a su antecesor Hu Jintao. Previamente ha desactivado al clan de Shanghái, asociado con Jiang Zemin.
Los llamados siete magníficos que forman el máximo órgano dirigente del PCCh son: Li Qiang, de 63 años; Zhao Leji, de 65; Wang Huning, de 67;, Cai Qi, de 66; Ding Xuexiang, de 60, y Li Xi, de 66. "He sido reelegido como secretario general del Comité Permanente del Politburó", ha dicho Xi al presentar a los otros seis miembros. También seguirá a cargo del Ejército de Liberación del Pueblo y renovará como presidente.
En su breve discurso del domingo, Xi Jinping ha dicho que China debe permanecer en alerta máxima ante los desafíos "como un estudiante que se presenta a un examen interminable". Xi se ha referido a que las "aguas están agitadas" y hay "tormentas peligrosas" en el horizonte. "El desarrollo de China no puede abandonar el mundo y el desarrollo del mundo también necesita a China", ha añadido.
Li Qiang, secretario del partido en Shanghái, es probable que sea nombrado el próximo primer ministro cuando Li Keqiang abandone el cargo en marzo tras dos mandatos. La salida de Li Keqiang ya estaba prevista por razones de edad. El límite serían 68 años para ascender pero no se aplica al cargo de secretario general y hay algunas excepciones.
De Shanghái proceden muchos líderes nacionales en China. Su ascenso confirma cómo Xi Jinping valora sobre todo la lealtad, ya que se puso en entredicho a Li Qiang por los problemas al abordar la lucha contra el Covid en Shanghái por el prolongado cierre de la urbe. Su elección su pone una confirmación de la política de Covid cero. Xi Jinping ha promovido a quien fuera su jefe de gabinete entre 2004 y 2007, cuando Xi era máximo responsable del partido en Zhejiang.
El clan de Zhejiang al alza
Es el llamado clan de Zhejiang, donde Xi Jinping estuvo a cargo del PCCh, el que ahora tiene el poder en China. En Zhejiang con Xi colaboró Cai Qi. Al igual que Xi, Cai pasó muchos años en la provincia de Fujian al principio de su carrera, y luego estuvo en Zhejiang. Fue quien supervisó los Juegos Olímpicos de invierno de 2022, y ha sido un destacado defensor de la política de Covid cero. Wang Huning, director de la Oficina de Investigación de Políticas, es otra figura en ascenso. Li Xi será el nuevo zar anticorrupción.
Hu Chunhua, delfín de Li Keqiang, del clan de Hu Jintao queda fuera de estos siete magníficos y no sucederá al primer ministro. Tampoco renueva en el Comité Central Wang Yang que podría haber optado a un segundo mandato. Y no hay mujeres tras la jubilación de Sun Chunlan. En el Comité Permanente del Politburó nunca ha habido mujeres.
La escena que dio que hablar a los medios internacionales la víspera con la salida inesperada de Hu Jintao, predecesor de Xi Jinping a quien apadrinó, del Gran Salón del Pueblo donde iba a concluir el Congreso anticipaba este giro. Los medios oficiales chinos aseguraron que se debía a un indisposición de Hu, de 79 años, con una salud frágil. Pero ahora hemos visto cómo los hombres de Hu salen de la foto, si bien es cierto que el pensamiento de Hu se reconoce en las conclusiones del XIX Comité que se aprobaron el sábado.
En la reforma de los estatutos queda claro que Xi es el núcleo y Xi es el líder. Y la lealtad es lo que cuenta"
xulio ríos, observatorio de política china
"En los últimos años, Xi había concentrado su artillería en la liquidación del clan de Shanghái asociado al ex presidente Jiang Zemin, de 96 años, quien no estuvo presente en el XX Congreso. Lejos de complementar esa victoria con un esfuerzo integrador con las huestes de Hu, Xi ha dado un golpe de mano que le permite establecer un máximo órgano dirigente totalmente afín. Es el fin de Hu y los tuanpai y del denguismo", señala Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de Política China. "En la reforma de los estatutos incluye los dos establecimientos y dos salvaguardias que van en la línea de que Xi es el núcleo y Xi es el líder. Y la lealtad es lo que cuenta", concluye Ríos.
Xi encabeza ese "espíritu de lucha", clave para el partido según este cónclave, que tiene como objetivo horizonte el año 2035, en el que Xi podría seguir al mando, dado que no se vislumbra ningún heredero.
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