Es un héroe de nuestro tiempo, que encarna el coraje de su pueblo, el ucraniano, al que el destino ha llevado a sufrir una guerra impuesta por su supervivencia. Volodimir Oleksandrovich Zelenski (Krivoi Rog, 1978) es un presidente en camiseta, que un día se desplaza al frente en Bajmut a animar a los combatientes y al siguiente se presenta ante el presidente de la nación más poderosa del mundo con el mismo objetivo en mente: la victoria de Ucrania frente a la Federación Rusa. Es el contrapunto de Vladimir Putin: representa esa luz que siempre evoca frente a la oscuridad. Los ucranianos han visto que está dispuesto a dar la vida por y con ellos, y por eso se ha convertido en un auténtico líder. Ha logrado que dentro y fuera de Ucrania vean su bandera azul y amarilla como un símbolo de libertad. Es un héroe tan inesperado como inusual. Tan auténtico como extraordinario. Es el hombre del año 2022 para El Independiente.
Hay una simbiosis entre Volodimir Zelenski y su pueblo desde que a los tres días de la invasión rusa de Ucrania, perpetrada el 24 de febrero de 2021, apareció en un video en sus redes sociales para decir a los ciudadanos: "Ya tut (Estoy aquí)". Aquel mensaje grabado con el fondo de la modernista Casa de Quimeras era un llamamiento a la resistencia frente al poderoso enemigo del Kremlin. "Estoy aquí. No entregaremos nuestras armas. Protegeremos nuestro país porque nuestra arma es nuestra verdad. Es nuestra nación, nuestro país, nuestros niños, y vamos a defenderlos. Es todo. Es lo que quería deciros. Slava Ukraini (Gloria a Ucrania)". La ubicación era relevante: todo el mundo sabe en Ucrania que la Casa de las Quimeras está en el centro del poder, en la calle Bankova 10.
Lejos de salir huyendo al ver el peligro, consciente de que su captura era el primer objetivo del Kremlin para convertir Ucrania en un Estado títere, Zelenski dijo a quienes le aconsejaban salir del país: "Necesito armas, no un taxi". Fue su bautismo como presidente en guerra, un Churchill con iPhone, en palabras del periodista británico Jonathan Freedland. Como todos los ucranianos, es consciente de que puede perder la vida de un día para otro. En algunos encuentros con dignatarios extranjeros, así lo constata: "Es posible que sea la última vez que nos veamos". La guerra está en todas partes y nadie se libra, quiere transmitir.
La garantía de su éxito es que tiene detrás al pueblo ucraniano. El equipo de Zelenski está formado por todos los ucranianos sin excepción"
serhii rudenko, biógrafo
La guerra, que el presidente Zelenski descartó hasta el último momento, confiado en que el Kremlin seguiría en su dinámica de conflicto latente en el este por lo irracional de esta salida, le ha transformado radicalmente. Y Zelenski, como buen actor, se adapta bien a los cambios de papel, más cuanto más exigentes sean. Y tiene una voz grave, profunda, que traspasa. "La garantía de su éxito es que tiene detrás al pueblo ucraniano. Podríamos decir que el equipo de Zelenski está formado por todos los ucranianos sin excepción. Es un equipo motivado y listo para llegar hasta el final", explica Serhii Rudenko, autor de la biografía Zelenskii. Un retrato al natural del hombre que se enfrentó a Putin (Editorial Pinolia).
El logógrafo de Zelenski es una de las personas que mejor conoce al presidente ucraniano. Dmytro Lytvyn es un antiguo periodista que ha convertido su Mac en un arma vital en la guerra de relatos con el Kremlin. En su último libro, Invasion, Luke Harding, corresponsal de The Guardian en Moscú describe cómo ve Lytvyn, disponible para Zelenski las 24 horas, al presidente: "No es solo un líder. Es un líder histórico. Siente su responsabilidad. Y tiene presencia. Sabes cuándo está en la sala, es de esas personas con magnetismo".
Y sabe cuando esa presencia es necesaria, como en Bajmut, donde los combates son los más encarnizados desde hace décadas en Europa. "Gracias por el valor, la resistencia y la fuerza que habéis demostrado al repeler los ataques enemigos. Vuestro valor demuestra que resistiremos y no renunciaremos a lo que es nuestro", les dijo. Le dieron una bandera firmada por los soldados que entregó en su histórica visita al día siguiente al Congreso de EEUU, que acaba de aprobar una nueva ayuda de 45.000 millones de dólares. Lo que reclamó Zelenski en persona.
Gracias por el valor, la resistencia y la fuerza que habéis demostrado al repeler los ataques enemigos. Vuestro valor demuestra que resistiremos y no renunciaremos a lo que es nuestro"
volodimir zelenski, presidente de ucrania
La escritora Anne Applebaum relata en un podcast de The Atlantic cómo fueron los entresijos de la entrevista que le realizó en Kiev, junto a Jeffrey Goldberg, director de esta publicación. Applebaum se refiere a la indumentaria de Zelenski, tan comentado en su reciente viaje a Washington. "Es comandante en jefe: podría ir de uniforme o de camuflaje, pero lleva camisetas casi siempre. Y lo hace porque así van los ucranianos, y es como van quienes sirven como voluntarios. Demuestra todo el tiempo que es uno de ellos. Es como ellos. Y siente como ellos. El mismo mensaje envía a Occidente".
Goldberg y Applebaum señalan que les llamó la atención su puntualidad y su cercanía. Cómo es la antítesis de Vladimir Putin. "Nos saludó con un ‘hola’ y nos hizo una broma. Lo primero que pensé es que no podía ser más diferente a Putin. Se mostraba ante nosotros como una persona normal. No quería ser ceremonioso, ni hacernos esperar. Nos hizo sentir como si estuviéramos charlando en una cafetería y como si él no fuera importante".
Nada más empezar la guerra The Economist destacaba su distancia con Putin: "Es todo lo que Putin no es. Es joven y carismático. Ha sido acogido por su propio pueblo y por el mundo. Y lucha por su país, no en nombre de una oscura fantasía imperial, sino por la convicción de que Ucrania es soberana e independiente".
Nosotros no esperamos un milagro, porque somos los que estamos creando el milagro... El mundo está viendo que combatimos la encarnación del mal"
volodimir zelenski, en navidad
A Zelenski le preocupa transmitir las emociones, y en este sentido también dicen que le ha servido de gran ayuda su esposa, Olena Zelenska. Una de las pruebas más recientes es su mensaje por Navidad (ahora los ucranianos tienden a celebrar la cristiana y no solo la ortodoxa, que asocian a la iglesia rusa, que se ha decantado por el Kremlin). Justo coincidía el mensaje con los diez meses de guerra. “Incluso en la completa oscuridad, nos encontraremos para abrazarnos fuertemente. Y si no hay calor, nos daremos calor unos a otros. Sonreiremos y seremos felices, como siempre. Con una diferencia, nosotros no esperamos un milagro, porque nosotros somos los que estamos creando el milagro”. Y sobre los ataques rusos en plena Navidad: "El mundo está viendo que combatimos la encarnación del mal".
En la entrevista en el metro de Kiev que le hace el presentador y comediante estadounidense David Letterman, que puede verse en Netflix, Zelenski combina reflexiones filosóficas con un agudo sentido del humor. Sobre la guerra dice: "Te pone a prueba como ser humano. Has de seguir siendo humano mientras te traspasa el odio. Hay quienes se convierten en terroristas o animales". Pero en otro momento cuenta un chiste: "Dos judíos de Odesa hablan sobre lo que está pasando. Es una guerra entre Rusia y la OTAN, dicen. Y Rusia ha perdido miles de hombres, armamento, está siendo un desastre. ¿Y la OTAN? La OTAN aún no ha aparecido".
De personaje de televisión a líder en guerra
En enero de 2022 su índice de popularidad apenas llegaba al 25%, mejor que cualquiera de la oposición, pero lejos de aquel 73% que logró en las presidenciales del 21 de abril de 2019 frente al entonces presidente Petro Poroshenko. Conocido en Ucrania como actor y humorista, sobre todo por su serie Servidor del Pueblo, Volodimir Zelenski había anunciado que competiría por la Presidencia en un mensaje emitido cinco minutos antes del 1 de enero de 2018 en el canal 1+1 de televisión. "Queridos ucranianos: os prometo que me presentaré a la Presidencia". A muchos les pareció otro de sus chistes o una campaña de promoción de su serie. El primer sorprendido fue el entonces presidente Petro Poroshenko.
Zelenski había hecho de presidente en Servidor del Pueblo, producida por su compañía Kvartal 95 Studio. El actor daba vida al profesor de Historia Vasily Holoborodko, a quien un alumno graba cuando les da un discurso de forma espontánea sobre la corrupción rampante en el país y cómo atajarla. Sus palabras se difunden por redes sociales y se convierte en un fenómeno social hasta que termina en la Presidencia. La serie fue un gran éxito y convirtió a Zelenski en un personaje popular en todo el país.
En la campaña presidencial, Zelenski también prometió acabar con el nepotismo y con la guerra en el este del país. Iban a transformar el "monstruo del estado" en un "estado al servicio" de los ciudadanos. Recibió, entre otros, el apoyo del oligarca Ihor Kolomoiski, que puso sus recursos mediáticos a su servicio. Sin embargo, Zelenski no se sometió a sus exigencias una vez elegido.
Con ingenuidad, aseguraba que estaba convencido de que si tenía ocasión de verse con Putin cara a cara le convencería de que tenían que terminar las hostilidades. Los ucranianos, hartos de vieja política, decidieron votar a Zelenski ¿o al profesor Holoborodko?
Una familia víctima del nazismo
Nacido en una familia de origen judío en Krivoi Rog (o Krivvy Rih), aprendió ruso antes que ucraniano. En la localidad, de unos 600.000 habitantes, situada en el sureste de Ucrania, hay carteles que recuerdan el origen de Zelenski. "Temed a Dios y a los chicos de Krivoi Rog", dicen algunos carteles, en una imagen que no gusta a todos los nativos porque asocia la localidad a la delincuencia. Con la guerra, es un guiño que apela al coraje de su hijo más ilustre.
Gran parte de su familia fue víctima de los nazis, de ahí que sea tan surrealista que Putin hable de desnazificar a un dirigente judío con antecesores víctimas del Ejército de Hitler. Su abuelo llegó a combatir con las tropas soviéticas. La familia, al contrario que muchos judíos de la zona, no emigró a Estados Unidos. Su padre, Oleksander, impartía matemáticas en la Universidad y su madre, Ryma, era ingeniera. Su progenitor soñaba con que Vovo hiciera una carrera científica pero desde el colegio estaba por su talento escénico. Participó con éxito en un concurso de entretenimiento de la televisión rusa.
Todos en su ciudad sabíamos que se iba a quedar... Muchos verán poco ortodoxa su forma de gobernar, pero es un estratega"
andrei shakan, rector de la universidad en krivoi rog, en 'the new statesman'
Estudió Derecho en la Universidad, donde conoció a su esposa Olena, pero pronto canalizó su interés por el espectáculo con la compañía Kvartal 95 Studio. Olena, con quien tiene dos hijos, Oleksandra y Kyrilo, también procede de una familia de intelectuales de Krivoi Rog, a escasos kilómetros de las regiones de Donetsk y Lugansk, dos de las cuatro anexionadas ilegalmente por la Federación Rusa. Reconoce que sus mejores días son los que puede disfrutar de una conversación con sus hijos. "La guerra les ha robado la infancia a nuestros niños. Hemos de sacrificarnos por ellos", confiesa el presidente a Letterman.
Quienes le conocen bien no se sorprendieron de que no saliera huyendo al ver el peligro. "Todos en Krivoi Rog sabíamos que iba a quedarse. No es así cómo hacemos las cosas. Muchos verán poco ortodoxa su forma de gobernar, pero por lo que sé de él y de su familia, es un estratega. Puede tomar decisiones inesperadas o incluso arriesgadas, pero siempre están bien pensadas", dice Andrei Shaikan, el rector de la universidad de Economía y Tecnología de Krivoi Rog, en The New Statesman.
Zelenski conoció el éxito con Kvartal 95 Studio y con el equipo formó lazos de amistad. La empresa, en la que también trabajaba su esposa como guionista, lleva el nombre de la plaza donde vivían Zelenski y sus amigos. Sus padres siguen teniendo ahí un apartamento.
Su talón de Aquiles
Cuando llegó a la Presidencia convirtió a gran parte de ellos en asesores o miembros del gobierno. Es una de las críticas que le hace Serhii Rudenko en su biografía: "Un año después de su elección había reemplazado a la familia de Poroshenko por la del Kvartal 95 Studio". A juicio de Rudenko, "esa lealtad inquebrantable hacia quienes consideren cercanos puede ser un defecto, ya que hay gente que no lo merece". Como virtud, destaca el biógrafo "su gran capacidad de aprender y de ser diferente".
Poco después de asumir la Presidencia, en 2019, Zelenski se hizo conocido por una conversación telefónica con el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En la llamada, Trump prometía a Zelenski que un paquete de ayuda militar a cambio de información sobre Hunter Biden, hijo de Joe Biden, con quien iba a disputarse la Presidencia y que había trabajado en una empresa gasística en Ucrania. El caso propició el primer impeachment a Trump y Zelenski no salía bien parado.
Ahí le faltó cintura política. Tampoco la tuvo al confiar durante más de dos años en la posibilidad de negociar con Putin. En vísperas de la guerra, también se quejaba de que EEUU asegurara que habría invasión, ya que eso dañaba económicamente al país. No lo negaba pero lo vivía como los ucranianos, que son conscientes de que llevan en guerra con el Kremlin desde 2014, aunque antes era en una zona acotada del país.
Su política de apaciguamiento con el Kremlin dura hasta febrero de 2021. Incluso promete facilitar el abastecimiento de agua a Crimea y pactan algún intercambio de prisioneros. Pero en esas fechas se da cuenta de que no habría avances sustanciales y Moscú empieza a tratar directamente con Washington. Poco después Putin comienza a dar forma a la idea de la invasión.
A la altura en las peores circunstancias
Y cuando estalla la guerra Volodimir Zelenski está a la altura. Lucha por la supervivencia de Ucrania, la víctima. Y en palabras del sociólogo Ivan Krastev adquiere el rango de "líder una constelación romántica". Periodistas antes críticos con el presidente, como señala Kristina Berdynskykh en Invasion, destacan su "auténtico liderazgo político y su tremendo coraje". También responden al desafío los ucranianos: un 80% cree que resistirán y vencerán.
Cada vez que habla al mundo, ya sea ante el Capitolio o en el Congreso español, Zelenski recuerda que Ucrania lucha por su supervivencia. Y siempre evoca algún evento histórico que resulta familiar a la audiencia: el 11S en EEUU, la guerra civil en España, la Segunda Guerra Mundial en Reino Unido. "Putin quiere aniquilarnos. Luchamos por nuestra libertad. Y por la vuestra. Porque si gana, no va a parar".
Reconoce que para los ucranianos, y también para él, la guerra se ha convertido en algo cotidiano. Las sirenas antiaéreas, la búsqueda de refugio, los destrozos por las bombas y la falta de luz, agua y calefacción de forma intermitente. En su conversación con David Letterman, el periodista estadounidense le pregunta qué hará cuando acabe la guerra. "Voy a ser presidente hasta que ganemos. Y prefiero no pensar cuándo será. De momento sigo vivo y ya dice mucho. Pero me muero de ganas de ver el mar y beber unas cervezas". Como dirían los combatientes del frente de Donetsk o Zaporiya. Es uno más. Y por eso es excepcional.
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