De un batallón de ultras ucraniano, los últimos de Azovstal, a la Z de Zelenski, el presidente de Ucrania que se ha convertido en héroe de la férrea resistencia del país. Bajo estas líneas los términos que explican doce meses de un conflicto devastador con amplias resonancias internacionales.

Azov

La milicia nacida de ultras del Dínamo de Kiev está en el corazón del conflicto de Ucrania y Rusia desde 2004. Con los años el Batallón Azov se fue profesionalizando, pero siempre ha servido al régimen de Putin como centro de su propaganda antinazi. Grupos de derechos humanos confirmaron los abusos de esta unidad entre 2014 y 2016. Desde la invasión rusa los Azov se han convertido en héroes nacionales, especialmente por su resistencia numantina en el complejo industrial de Azovstal en Mariupol, donde fueron los últimos en ser sometidos por las fuerzas rusas tras un largo asedio.

Bucha

Ciudad ucraniana situada a unos 24 kilómetros al noroeste de Kiev. Antes de la guerra su censo ascendía a unos 37.000 habitantes. Junto a Irpin, también en la región de la capital, representa los horrores de la guerra. En sus límites geográficos, ocupados por Rusia al inicio de la contienda, sus tropas perpetraron sendas masacres de civiles y militares ucranianos. En el caso de Bucha, tras la retirada de Moscú en abril, se localizaron 458 cuerpos, 419 con signos de haber sido asesinados, dejados en las calles o arrojados a fosas comunes que, en tiempo récord, equipos de forenses han logrado desenterrar y documentar. Organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos han denunciado la comisión de homicidios ilegítimos y ejecuciones sumarias. Ucrania ha solicitado al Tribunal Penal Internacional la inclusión de las masacres de Bucha e Irpin en la investigación de los crímenes de guerra y lesa humanidad que podría haber perpetrado el ejército ruso.

Un sacerdote ortodoxo ucraniano durante un funeral por las víctimas de Bucha este agosto. | EFE

Central nuclear de Zaporiya

Se trata de la mayor planta de energía nuclear en suelo europeo, legado de la extinta Unión Soviética. Desde el inicio de la invasión, su seguridad ha suscitado la inquietud internacional. Controlada por los rusos pero gestionada por técnicos ucranianos desde los primeros compases del conflicto en marzo, el pasado agosto la intensificación de los bombardeos en sus inmediaciones avivó la preocupación de los líderes mundiales, con la catástrofe de Chernóbil en el recuerdo. En septiembre el último reactor en funcionamiento fue desconectado. La situación actual resulta incierta. Sigue ocupada por Rusia, que ha declarado el control total de la provincia de Zaporiya, y varios de los empleados ucranianos de la central han sido arrestados por Moscú.

Drones

La tecnología de los drones ha protagonizado una auténtica revolución con el trasfondo de la guerra en Ucrania. Ambos bandos han difundido tomas aéreas de las escaramuzas o la destrucción que ha dejado la contienda. Cumplen la función de alimentar la propaganda pero también se han usado en tareas de inteligencia, ataque y reconocimiento. Los drones ucranianos son una herramienta letal con capacidad de realizar ataques desde una distancia segura, nos relataba en marzo pasado Wim Zwijnenburg, experto en drones. Especialmente eficaces se han demostrado del lado ucranianos los Bayraktar TB2 turcos.

Soldados frente a un tanque Leopard 2, el pasado mes de junio, en Lituania. | EUROPA PRESS

Electricidad

La frustración rusa ante los evidentes avances de Ucrania en su contraofensiva se han traducido en bombardeos dirigidos a destruir infraestructuras de electricidad y gas. El objetivo de estas acciones es castigar a la población y minar su moral con apagones y cortes energéticos que hace muy dura la vida los ciudadanos en especial durante el invierno. 

Fascismo

Ambos bandos en liza se han acusado de fascismo y de tener a elementos nostálgicos del nazismo entre sus filas. No es un cruce reciente. El ex presidente Viktor Yanukovych, prorruso, denunció en 2014 la presencia de movimientos fascistas como Svoboda y Pravy Sektor en las protestas de Euromaidan que exigieron el acercamiento del país a la Unión Europea. La "desnazificación" es una de las razones, la necesidad de erradicar los grupos de ideología nazi integrados en las fuerzas militares de Ucrania, esgrimidas por Vladímir Putin para lanzar la bautizada operación militar especial en febrero de 2022 (Veáse Azov). En el lado ucraniano, la acusación va dirigida a los movimientos de mercenarios que han nutrido el despliegue ruso. El máximo líder del Grupo Wagner, Dmitry Utkin, realiza apología pública del nazismo. Lleva tatuadas una esvástica nazi y un águila y usa el mismo modelo de botas de los escuadrones de las SS. También desempeña una función en la contienda el Movimiento de la Rusia Imperial, una entidad fundada en 2002 que opera campos de entrenamiento paramilitar para neonazis y supremacistas blancos llegados de toda Europa. Su brazo armado se denomina Legión Imperial Rusa. 

Un edificio de apartamentos destruido en Bajmut, donde se libran sangrientos combates. | EFE

Gas

La dependencia energética europea del gas ruso ha sido usada por el Kremlin como arma de guerra con un efecto contundente en las economías de los países europeos. La dependencia del gas ha limitado las posiciones políticas de países con peso en la UE como Alemania.  En este sentido el atentado en el gasoducto Nordstream II, prácticamente concluido, que tenía previsto ser una nueva fuente de gas entre Rusia y Alemania ha sido tan oportuno como misterioso. Oportuno porque empuja a Alemania a cortar vínculos con Rusia pero misterioso porque deja el aire la sospecha de que EEUU podría estar detrás, si bien la explosión del gasoducto ha sido utilizada por el gobierno ruso.

HIMARS

Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad, por sus siglas en inglés. Es el lanzamisiles enviado por Estados Unidos y en poder desde el año pasado de las tropas ucranianas, entre continuas llamadas de Zelenski a proporcionar artillería pesada. Tras el adiestramiento de los uniformados, se ha convertido en una herramienta clave en la contraofensiva de Kiev. Manufacturados por la armamentística estadounidense Lockheed Martin, los HIMARS son lanzacohetes ligeros con tecnología punta que entraron en servicio en 2005 y que pueden alcanzar objetivos a 80 kilómetros de distancia, lo que implica que las tropas ucranianas pueden desplegarlos fuera del alcance de la mayoría de la artillería rusa. Hasta ahora, Kiev contaba con los obuses M777, también proporcionados por EE.UU., con la mitad de alcance.

Iglesia ortodoxa

El conflicto ha escenificado con total crudeza el cisma que ha separado a las Iglesias ortodoxas rusa y ucraniana, con la comunicación rota entre los patriarcados de Moscú y Constantinopla. En enero de 2019 el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, reconoció y estableció oficialmente la Iglesia Ortodoxa de Ucrania y le otorgó autocefalia, la potestad de gobernarse autónomamente. La ruptura entre ambos patriarcados se había producido unos meses antes, con el anuncio de que otorgaría esa autonomía “a la Iglesia de Ucrania”, independizándola de la rusa. Como trasfondo, se hallan las polémicas que ha desatado el máximo líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el patriarca Kirill, un ferviente partidario de Vladímir Putin, a quien consideró en cierta ocasión “un milagro de Dios”. Sus sermones públicos han respaldado la estrategia del Kremlin. En las horas previas a la ofensiva sobre Ucrania, alabó “el responsable servicio al pueblo” del presidente y declaró que las fuerzas armadas “no debían albergar dudas de que habían escogido el camino correcto”. Una fidelidad que ha despertado las críticas de su propio clero y provocado la rebelión de algunas diócesis en el extranjero.

Jersón

Cuando las tropas ucranianas tomaron Jersón, el 11 de noviembre de 2022, era la única capital regional que habían conquistado los efectivos rusos desde el comienzo de la invasión. La derrota tenía gran valor simbólico, dado que Jersón es además uno de los oblast que el Kremlin se anexionó tras organizar unos referéndum farsa. En la ciudad resistieron unos 300.000 ciudadanos que festejaron con gran alegría la entrada de los ucranianos. Los rusos presentaron este movimiento como una retirada voluntaria, pero el dominio de la ciudad les permitía un mayor control sobre Crimea y el sur del país. Fue el comandante en jefe de las fuerzas rusas en Ucrania, general Surovikin, quien asumió la decisión. En enero Surovikin pasó a ser número dos del general Valeri Gerasimov, que ya era jefe del Estado Mayor.  

Varios ciudadanos juegan al ajedrez en pleno apagón en Kiev. | EUROPA PRESS

Kiev

La capital ucraniana ha sido objetivo de los bombardeos de Rusia desde el comienzo de la operación relámpago rusa. El invasor no pudo tomar la capital y desde ese momento se convirtió en símbolo de la resiliencia ucrania junto con Zelenski que tampoco la ha abandonado. Los ucranianos han conseguido que Kiev siga siendo la capital política a la que los líderes de todo el mundo van mostrar su solidaridad y asistencia a Ucrania. La ciudad que ya era la capital de proeuropea del país ha ido recuperando cierta normalidad, dentro del conflicto bélico.

Leopard

El carro de combate pesado de fabricación alemana se ha convertido en un símbolo de una nueva fase de la guerra, que sobre todo en el este del país, en torno a Bajmut, se está cobrando miles de vidas. Los ucranianos comenzaron a pedir Leopard en la primavera pasada, pero no ha sido hasta finales de 2022 cuando Alemania ha accedido a autorizar su exportación. Polonia, que ha liderado la asistencia a Ucrania, propuso crear una coalición de los Leopard, e incluso actuar sin el permiso alemán. Finalmente, el canciller Scholz accedió, una vez que EEUU aceptó enviar sus Abrams también, pero justificó sus reticencias por los peligros de escalada. Cuando se cumple un año de la guerra, los militares ucranianos están entrenándose para utilizar el centenar de Leopard prometidos, entre cuatro y seis españoles en una primera fase

Edificios destruidos por bombardeos rusos en Mariúpol. | EUROPA PRESS

Mariúpol

Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania Mariupol se convirtió en un enclave estratégico para los planes de invasión rusa ya que  para crear un corredor continental con Crimea. Por ese mismo motivo fue uno de los espacios que con más ímpetu resistió a los rusos. La ciudad sufrió virulentos combates y ha sido muy dañada. El Batallón Azov se instaló en la gigantesca acería de Azovstal que fue el lugar de la ciudad en ser tomado por parte de los rusos. 

No-fly zone

Zona de exclusión aérea, en inglés. Desde el inicio de la guerra el deseo de Ucrania fue que se creara una zona de exclusión aérea sobre su territorio de manera que se desmilitarizara y se igualara la partida entre los dos ejércitos. La OTAN no secundó la zona de exclusión, Rusia lo hubiera considerado un intromisión. Para sorpresa de todo el mundo Ucrania consiguió frenar a Rusia -incluso minimizó la superioridad aérea rusa derribando decenas de helicópteros y aviones-  tras hacerse con los tanques Leopard de países de la OTAN la ambición ucraniana se ha vuelto hacia el cielo, esta vez para reclamar aviones F16 con los que jugar una partida distinta por el cielo de su país.

Ñ/España

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, condenó desde el primer momento la agresión rusa a Ucrania, y se desplazó a Kiev el 21 de abril de 2022. En junio Madrid fue sede de la cumbre de la OTAN en la que se renovó el concepto estratégico que confirmó a Rusia como amenaza y a China como desafío latente a la seguridad aliada. Sus socios de gobierno, Unidas Podemos, insisten en clamar por la paz sin demandar a Putin que se retire de Ucrania. Al principio hubo resistencia a entregar armamento a Kiev, debido en parte a la presión de Podemos, los temores de escalada, y la limitada capacidad militar de nuestro país, a finales de año se había suministrado ayuda militar por valor de 300 millones de euros, de forma directa o a través del fondo de financiación de la UE. El Ministerio de Defensa ha entregado armamento pesado, munición de largo alcance y antitanque, además de generadores y material médico y equipamiento contra el frío. Entre el armamento entregado, destacan los lanzadores de misiles Hawk y Aspide. Finalmente, se ha unido a la coalición de los Leopard 2, y contribuirá con cuatro o seis tanques en una primera fase. En el Toledo Training Command se formará a 2.000 soldados ucranianos al año y también se ha empezado a formar a quienes manejen los Leopard. Acaba de anunciar el envío de un destacamento de misiles Nasams a Estonia para fortalecer la defensa del flanco oriental de Europa. A su vez, España ha otorgado 160.000 protecciones temporales a refugiados ucranianos. 

El monumento del Duque de Richelieu cubierto este domingo con sacos de arena en la ciudad ucraniana de Odesa. | EFE/ George Vitsaras

Odesa

Si una ciudad es objeto de deseo de Rusia es Odesa, la ciudad portuaria ucraniana tiene para los rusos un fuerte valor sentimental. Para los más nacionalistas sin duda sería un sueño conquistarla, para el resto su vinculación es sentimental y de admiración. La ciudad ha sufrido bombardeos pero se han cuidado mucho de dañar su patrimonio. Odesa tiene una ubicación estratégica para las ensoñaciones ultras de la Gran Rusia: se encuentra entre Crimea, la península ucraniana que Rusia se anexionó en 2014, y Transnistria, región separatista de Moldavia, controlada por políticos prorrusos. Odesa es además la salida principal para el resto del mundo del granero ucraniano que suma 50 millones de toneladas de cereales. Bloquear su salida, causar hambrunas en países africanos y provocar subidas de precios ha sido otro arma en los cálculos de Putin para querer imponer su invasión.

Putin

El líder ruso, Vladimir Putin, considera que el desmoronamiento de la Unión Soviética fue uno de los mayores fracasos de la historia de su país. Está convencido de que Estados Unidos, y sus aliados, traicionaron a Moscú al consumar la ampliación de la OTAN al Este y los Bálticos. Como dejó claro en un artículo publicado en el verano de 2021, considera que ucranianos y rusos son hermanos. Y lo certificó el 21 de febrero cuando dio un discurso a la nación en el que negaba a Ucrania el derecho a su soberanía. Putin, que lleva ya más de dos décadas en el poder, considera que la arquitectura de seguridad europea se ha transformado de tal forma que Rusia está amenazada. Su “operación especial” para “desnazificar” Rusia tenía como objetivo un cambio de gobierno en Kiev para contar con otro país a su servicio, como la Bielorrusia de Lukashenko. Ha conseguido lo contrario de lo que buscaba: los ucranianos están dispuestos a morir por defender su derecho a existir como nación y la OTAN va a incorporar a Finlandia y Suecia. 

Un soldado ucraniano espera en un pasillo del hospital de la localidad de Pokrovskoe | EP

Refugiados

Es una de las tragedias que ha provocado la invasión. Según el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU, hay más de ocho millones de refugiados llegados de Ucrania repartidos actualmente por Europa. Son alrededor de un 19 por ciento de la población ucraniana, a fecha de mediados de febrero. De ellos, 4,8 millones están acogidos al mecanismo de protección temporal aprobado a contrarreloj por la Unión Europea. El éxodo tuvo dimensiones mayores. Hasta 18 millones de personas abandonaron el país, pero más de 10 ya han retornado. 

Scholz

El canciller federal alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, anunció un Zeitenwende (nueva era) en el Bundestag el 27 de febrero de 2022, tres días después de la invasión rusa de Ucrania. Anunciaba una histórica inversión en Defensa de más de 100.000 millones de euros y un aumento del presupuesto en esta partida del 2%. Alemania había reducido sus Fuerzas Armadas en la posguerra fría al mínimo y la invasión rusa suponía el final de una época. Era un giro de 180 grados en política de seguridad y defensa. Pero el peso de la política de acercamiento a Rusia (Wandel durch Handel, es decir cambios a través del comercio), enraizada en la Ostpolitik que caló más allá de los socialdemócratas, unido a sus reticencias históricas a recurrir a la acción militar, han desdibujado el papel de Alemania, sobre todo de Scholz, en la guerra en Ucrania, en favor de Polonia, cuyas tesis sobre la Rusia de Putin han demostrado ser ciertas. 

Turquía

Se ha convertido en un país clave en el conflicto, un cotizado mediador entre Ucrania y Rusia que ha sabido mantener vínculos con ambos gobiernos. Miembro de la OTAN, albergó en marzo pasado un encuentro de ucranianos y rusos que concluyó sin progresos. El presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ha ejercitado un equilibrismo que ha resistido a presiones y tensiones. Estambul es hoy una de las escalas de los turistas rusos que viajan al exterior, tras la suspensión de las conexiones aéreas con Europa, y ha captado además inversores de la Federación Rusa. En verano, en mitad de la preocupación global por el incremento de la hambruna como consecuencia del cierre de los puertos ucranianos, su interlocución logró que Rusia aceptara la reanudación del tránsito de mercancías desde Ucrania, el principal granero para el norte de África y Oriente Próximo. 

USA

Estados Unidos ha sido el gran defensor de la causa de Ucrania frente a Rusia en esta guerra. Sin su ayuda económica, humanitaria y militar el curso de la guerra habría sido muy diferente. En total, hasta noviembre de 2022 ha aportado 48.000 millones de dólares a Kiev. El 48% corresponde a armamento, equipamiento y asistencia de seguridad. El último gesto ha sido el anuncio de que se enviaran carros de combate pesados Abrams, con el fin de que Alemania diera el visto bueno a la entrega de Leopard. En su primer viaje al exterior desde el inicio de la invasión rusa, Zelenski fue a Washington y habló ante el Congreso. Le agradeció su ayuda e insistió en que necesitaban más apoyo para ganar. En general, los dos principales partidos, demócrata y republicano, respaldan a Ucrania. La voz discordante es Donald Trump, y se teme que si vuelve al poder y la guerra sigue en marcha, habrá un giro de timón. La campaña electoral rusa de 2016 contó con la ayuda de Rusia, según investigaciones periodísticas. El Reino Unido ha ido en vanguardia en el continente europeo. Su ex primer ministro británico Boris Johnson es el que más veces ha ido a Kiev y es muy popular entre los ucranianos. 

Impacto de los bombardeos en Malyn (Ucrania). | EFE

Von der Leyen

La presidenta de la Comisión Europea ha defendido la contundente política de sanciones contra Rusia y ha condenado la invasión desde el principio. Recientemente, ha recibido al presidente ucraniano en Bruselas, junto a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola y el presidente del Consejo, Charles Michel. Con motivo del aniversario de la guerra, la UE prepara su décima ronda de sanciones, por la que se dificultará el acceso a componentes tecnológicos a Rusia. Se trata de que el Kremlin no acceda a tecnología que puede usar en drones, por ejemplo. Ha defendido el tope al petróleo, que ya le cuesta a Rusia unos 160 millones de euros al día. Y aboga por enjuiciar el crimen de agresión ruso y para ello fiscales europeos y ucranianos ya están recogiendo pruebas. Con Von der Leyen al frente, y con el impulso del Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, la UE afronta el reto en esta guerra, que es una guerra europea, de ser un actor geopolítico de peso. 

Wagner

La principal empresa rusa que ha proporcionado mercenarios a las tropas rusas. Nació en 2014, el año en el que hunde sus raíces la actual contienda ucraniana, marcado por las refriegas en la región del Donbás y la anexión de la península de Crimea. El Grupo Wagner toma su nombre del compositor alemán Richard Wagner, el músico predilecto de Adolf Hitler. Tras su fundación se halla Yevgeny Prigozhin, un oligarca que goza de lazos directos con Vladimir Putin. Es, por ejemplo, el dueño del servicio de catering que sirve al Kremlin. La empresa ha exportado mercenarios a la mayoría de los conflictos que han estallado en la última década, desde Siria y Libia hasta Mozambique.

Xi Jinping

El presidente chino ha ratificado su poder con un nuevo mandato en un momento en el que la superpotencia afronta tiempos complicados después de una pandemia, cuyos efectos se han visto pospuestos por la politica "Covid Cero" en el país donde surgió. Xi es un líder fuerte como lo es el líder ruso, Vladimir Putin, quien suele presumir de que entre ellos hay una relación cordial. Lo cierto es que China se ha mantenido al margen y no ha dado de lado a Putin, aunque también ha lanzado advertencias sobre el derecho a la soberanía e integridad de los Estados. Cualquier foco de desestabilización incomoda a China y por ello insiste en que se busque una solución pacífica, pero no insta al Kremlin a salir de Ucrania. A su vez, China es percibida como un desafío por EEUU y sus aliados, como quedó de manifiesto en la última cumbre de la OTAN, celebrada en junio en Madrid. Las fricciones entre EEUU y China se han multiplicado estos últimos meses: China no renuncia a Taiwán mientras EEUU defiende el derecho de Taiwán a ser independiente, debido a que cuenta así con un aliado más en Asia-Pacífico.

Z

Es la letra que adorna tanques y vehículos militares rusos. Según el Ministerio de Defensa ruso, la la Z significa «por la victoria» (За победу, en ruso, que se transcribe como za pobiedu, aunque la z como tal no existe en cirílico).

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ante el Consejo del Atlántico Norte. | EFE

Zelenski

El presidente de Ucrania, que ganó las elecciones de marzo de 2019 tras una carrera triunfal en el mundo del espectáculo. Cuando todos daban por hecho que Kiev caería rápido y Zelenski huiría, el presidente surgió ante la Casa de las Quimeras con su “ya tut” (aquí estoy) y aseguró, como ha hecho, que iba a resistir. Su lema “quiero munición, no un paseo” se convirtió en sinónimo de la resistencia frente al invasor ruso. Consciente de que la voluntad férrea de los ucranianos por defender su patria, no era suficiente, ha sabido trasladar su mensaje como pueblo que lucha por la supervivencia a los dirigentes y los ciudadanos de Estados Unidos y de la Unión Europea, sus principales aliados, que han respondido con armamento clave y ayuda económica. Las aportaciones han ido incrementándose más lentamente de lo que demandaba el gobierno ucraniano, pero han sido fundamentales para que Ucrania haga frente al Kremlin. La guerra ha transformado a Zelenski en una especie de Churchill con iPhone, en palabras de Jonathan Freedland. Ha estado a la altura en las peores circunstancias.