Con Ucrania jactándose de “invencibilidad” tras un año de escaramuzas y el frente de guerra estancado, las miradas se dirigen de nuevo hacia Vladímir Putin y el futuro de Rusia. En los últimos días el Kremlin y sus satélites mediáticos han redoblado una propaganda con un hilo argumental directo: el conflicto con Ucrania es existencial para el país agresor y determinará la supervivencia de la Federación Rusa.
En una entrevista televisiva el pasado domingo, fue el propio Putin quien compartió el argumentario, en puertas de una probable nueva campaña de movilización militar. El líder ruso aseguró desconocer si "un grupo étnico como el pueblo ruso puede sobrevivir en la forma en que existe hoy" si Occidente consigue "destruir la Federación Rusa y establecer el control sobre sus restos". Dijo tener pruebas de que existe un plan del “Occidente colectivo” para la destrucción de la Federación Rusa, desempolvando el recuerdo de la desintegración de la URSS.
En mitad de una invasión que ha dividido familias a ambos lados de la frontera y quebrado lazos históricos entre los dos países vecinos, ¿Qué le espera a Rusia? ¿Existe la amenaza que menciona Putin? ¿Qué destino le aguarda también a él? ¿Cómo puede responder la sociedad rusa a la prolongación del conflicto militar? Responden prominentes opositores rusos, algunos de los rostros que han ido abandonando la federación en los últimos años ante la creciente persecución de la disidencia política.
¿Cuándo acabará la guerra?
No será pronto, vaticinan los disidentes rusos consultados por El Independiente. “Es una dictadura militar y autoritaria brutal, una verdadera maquinaria de represión donde la gente vive con terror”, responde Fedor Krasheninnikov, un reputado periodista y analista político ruso que abrazó el exilio hace dos años tras las primeras multas administrativas por sus declaraciones. “Entendí rápido que aquello era el principio de mis problemas y decidí irme”, explica a este diario desde su refugio en Vilna, la capital de Lituania.
Mi única esperanza es que Putin fracase en la guerra
Comentarista de la emisora Echo of Moscow, que cesó sus emisiones tras el inicio de la invasión rusa hace un año, Krasheninnikov considera que es un régimen bregado en la resistencia. “Y se debe a la naturaleza del régimen de Putin. Rusia es hoy un Estado con poder nuclear gobernado por una banda de gánsteres que se conocieron en los círculos de la mafia de San Petersburgo en la década de 1990”, recuerda. “La UE debería entender que Putin no es un líder político al uso. Mi única esperanza es que Putin fracase en la guerra”, agrega. “Y la realidad es que el ejército ruso no puede ocupar la totalidad de Ucrania”.
¿Qué factores podrían cambiar el curso bélico?
Son múltiples y parten de un deterioro general de la situación política, social y económica derivada del conflicto y el aislamiento occidental. Así lo creen los periodistas de Mediazona, el medio de comunicación fundado en 2014 por el colectivo artístico de las Pussy Riot para combatir la propaganda del Kremlin y sus tentáculos mediáticos. “Desde 2014 hemos asistido a una degradación en la situación interna de Rusia y la guerra lo único que ha contribuido es a acelerarla”, opina uno de los reporteros, que exige anonimato. A las puertas de una segunda oleada de movilización, que podría reactivar la salida del país de las generaciones más jóvenes que no desean involucrarse en la guerra, la previsión es que “de un modo yu otro más gente se verá arrastrada a implicarse en el conflicto”.
Se quebrará así la distopía en la que ha vivido gran parte de la sociedad rusa desde febrero de 2022, donde a pesar del cierre de sucursales locales de empresas occidentales y las dificultades para viajar fuera del país han seguido disfrutando de su estilo de vida. “La situación económica también empeorará”, alertan. El pronóstico de los economistas es que la economía rusa sufra las consecuencias de la contienda a lo largo de 2023, con una pérdida cercana al 5% del PIB. “Son factores que van a alterar la vida diaria y a que muchos tomen conciencia de la guerra más allá de lo que cuentan los medios estatales. Es probable que a algunos les resulte incómodo e indignante. ¿A qué puede llevar ese estupor? Difícil de predecir todavía”.
Otro de los aspectos que puede decidir el destino de la contienda es la fatiga del ejército ruso, obligado a proveerse de nuevo armamento y en permanente busca de mano de obra, como muestra las tensiones crecientes con los mercenarios de Wagner. “Putin no tenía un plan cuando comenzó la guerra y no lo tiene ahora. Tiene un problema con su ejército y no puede arriesgarse a peder la contienda. A pesar de la represión político, la opinión pública ha comenzado a virar. Es real el deterioro de la popularidad del ministro de Defensa”, subraya Oleg Stepanov, ex coordinador de la campaña de Alexei Navalni en Moscú y exiliado tras sufrir meses en arresto domiciliario. También determinará la escalada militar la mayor involucración de China en el lado ruso. “¿Tiene Rusia suficientes misiles para seguir golpeando las infraestructuras básicas de Ucrania? Tiene el auxilio de Irán y China. Si la respuesta es afirmativa, esta guerra será larga”, admiten los periodistas de MediaZone.
De un modo u otro más ciudadanos rusos se verán arrastrados a implicarse en el conflicto. Ese puede ser un factor determinante
¿Qué futuro espera a Rusia?
“El principal problema de Rusia y su futuro es cómo digerir el legado de Putin”, indica Stepanov, “Los crímenes de Putin en Ucrania y la ruptura de relaciones con el país vecino complican el futuro. Habrá que demostrar que somos normales y civilizados y que somos capaces de crear instituciones civiles y una economía libre”, arguye el joven, quien considera que lo que sigue actuando como aglutinante entre los partidarios del presidente ruso es el odio inoculado desde el poder catódico.
“Se ha invitado a odiar a las feministas, los homosexuales, los occidentales… Putin es un error histórico que pagaremos caro. Antes de la guerra, pensábamos que era un cleptómano que había monopolizado el poder por el ansia de dinero. Ahora sabemos que su principal problema es que trata de ver el mundo con la mentalidad de la Guerra Fría y no entiende nada de la realidad actual”.
Para Krasheninnikov, uno de los posibles horizontes es el de la perpetuación del régimen de Putin. “Un aislamiento del país durante la próxima década. Sería catastrófico pero muy similar a lo que sucedió en el Irak de Sadam Husein. Tras la invasión de Kuwait, Sadam mantuvo su poder a pesar del aislamiento y los embargos internacionales. Su dictadura destruyó todas las estructuras del Estado iraquí y convirtió el país en un granero de terroristas”, desliza.
¿Qué pasará con Putin?
En una de sus últimas apariciones públicas, Volodímir Zelenski vaticinó que Putin sería asesinado “antes o después”. “Los depredadores se comerán al depredador”, auguró. Los periodistas que llevan años tratando de desentrañar las sombras del inquilino del Kremlin no lo tienen tan claro. “Lo más obvio es que antes o después morirá”, replican. Y que ésta es ciertamente una guerra existencial para su destino.
A sus 70 años, Putin ha resistido bien a un año de guerra, convertido en la diana de los líderes occidentales. “¿Un golpe militar? Sólo sería posible tras una gran cataclismo militar”, asevera Krasheninnikov, quien sí apuesta por cierta continuidad en el escenario post Putin. “La élite que rodea a Putin no es monolítica ni siquiera comparte su ideario al milímetro. Tras la muerte de Stalin, su círculo destruyó el estalinismo en cuestión de semanas. Y toda esa gente no eran ni liberales ni demócratas. Rusia no es Corea del Norte, que está gobernada por una dinastía”, explica.
Muchos de los mandos militares rusos estaban en contra de esta guerra por un sentido egoísta. La mejor vida de un general es la vida en tiempos de paz
¿Quién sucederá a Putin?
Krasheninnikov contempla dos posibles perfiles: “El sucesor podría proceder del estamento militar, tal vez algún general. A nadie se le escapa que muchos de los mandos militares estaban en contra de esta guerra por un sentido egoísta. La mejor vida de un general es la vida en tiempos de paz. Son, además, los que ven la situación real en el frente. Putin puede vivir de sueños y aislado en su búnker y pensar que van a ganar pero los militares rusos son conscientes del nuevo armamento ucraniano y entienden que el ejército ruso puede verse enfrentado a su final”.
El segundo retrato robot pasa por “burócratas de segundo nivel”. “Para la vieja guardia que rodea Putin, su futuro está ligado a él. Pero si tienes 30 o 40 años y un cargo de medio rango en el Gobierno, la derrota de Putin no puede arruinarte la vida”, añade. “Hoy viven en un estado de miedo porque siguen en Rusia pero tienen sueños y conocen bien la verdadera naturaleza Putin y su sistema”, concluye.
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