Mi problema reside en la entrevista publicada en El Independiente en la que el pasado octubre pedí al rey Mohamed VI que abdicara o demostrara públicamente que puede seguir reinando.

El hecho de haber concedido esta entrevista en castellano cosechó gran éxito por la simple razón de que está el antecedente del Rey Juan Carlos, que había abdicado en favor de su hijo, el actual Rey Felipe VI.

Para los ciudadanos hispanohablantes, la propuesta resulta normal y conforme a los usos actuales. El verdadero problema se halla en que en España ha conocido un enorme salto cualitativo en materia de derechos humanos cuando en Marruecos por mucho que se haga para convencer al mundo de que ha habido una mejoría, la realidad es la contraria.

La situación de los derechos humanos en Marruecos en 2023 es peor que la que existía en el país allá por 1999. El difunto Rey Hasán II llegó al convencimiento de que la alternancia era necesaria y comenzó a liberar a todos los detenidos que tenían relación con el mundo político y con las ideas progresistas humanitarias, aunque hubieran sido enviados a la cárcel en base a un expediente por tenencia de drogas como fue el caso de muchos militantes sindicalistas.

Marruecos logró colocar en los partidos de la oposición a agentes de la policía política

Al mismo tiempo, el consejo consultivo de derechos humanos se movilizó para convencer al más radical de los opositores, Mohammed Basri, también conocido como el Fqih Basri, [fundador de la Unión Nacional de Fuerzas Populares, partido izquierdista, y durante años acérrimo enemigo de Hasán II] con quien nos reunimos muchas veces en París en encuentros en los que participó también Moumen Diouri.

Cuando fui Ministro de Derechos Humanos me encargué de este expediente porque conocía los limites que no se podían sobrepasar con el difunto Rey.

Por desgracia, en Marruecos se quiso resolver el problema basándose en el concepto de indemnización y se estableció una comisión de reconciliación y justicia a imagen de que la hubo Sudáfrica y Chile.

Pero todo fue une caricatura de reconciliación y se concedieron indemnizaciones a militantes disidentes y agentes del gobierno que habían trabajado para la policía política.

De esta forma, Marruecos descubrió que tenía que cambiar su política de encuentro de los opositores. En lugar de enfrentarse cara a cara con las fuerzas del cambio, recurrió a otra forma de contener a la oposición: encabezando sus movimientos.

Y hay que reconocer que lo logró muy bien, tanto en el objetivo de encabezar los movimientos nacionalistas como en los partidos socialistas, incluido el antiguo Partido Comunista Marroquí. Se pudo imponer en la dirección a agentes de la policía política.

Hoy en día resulta posible concluir que la situación de los derechos humanos es peor que la que conoció Marruecos durante el fin del régimen de Hasán II.

La situación de los derechos humanos hoy en Marruecos es peor que la que conoció el país durante el fin del régimen de Hasán II

Y se pueden dar algunos ejemplos: la utilización de mujeres para derrumbar y desacreditar a todo pensador, militante político o sindicalista y, sobre todo, a las fuerzas religiosas, que continúan muy enraizadas en la sociedad marroquí.

La universidad se halla totalmente sometida al régimen y la mayoría de la prensa, así como los propios periodistas, han sido corrompidos por el sistema.

La universidad se halla totalmente sometida al régimen y la mayoría de la prensa, así como los propios periodistas, han sido corrompidos por el sistema

En la época de Hasán II, las elecciones fueron falsificadas. Hoy no, pero casi la mayoría de los diputados compran votos, lo que al final produce el mismo resultado.

Hay que comprender que el Marruecos de 2023 sufre un enorme retraso en materia de derechos humanos en comparación con el mundo de nuestros días. No sirve de nada comparar al Marruecos de 2023 con el país que existía en los años 70 u 80.

Hay que compararlo con el mundo de hoy para darse cuenta de que la diferencia es más profunda y sobre todo más peligrosa. Marruecos pertenece al mundo occidental y se encuentra, como los demás países del norte de África en la orilla sur, a las puertas de las naciones modernas y civilizadas del lado opuesto. Pero cuando la diferencia resulta más ancha aún que el mar que nos separa, existe un verdadero peligro de inestabilidad.


Mohamed Ziane (Málaga, 1943) es abogado marroquí y ex ministro de Derechos Humanos de Marruecos. Fue diputado y fundador del Partido Liberal Marroquí.