El senador republicano Jim Inhofe es uno de los más firmes defensores de la causa saharaui en Estados Unidos. Varias veces explicó a Donald Trump durante su mandato por qué había que apoyar la celebración de un referéndum. Si Trump había escuchado hablar del Sáhara es gracias a este veterano conservador, buen conocedor de la situación en los campamentos. Cuando Trump tuvo una discusión con Inhofe, sabía que tenía que hacer para causarle daño. El 10 de diciembre el presidente saliente de EEUU escribió dos tuits. En uno criticaba al senador Inhofe y en el siguiente reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.
Rabat había conseguido una victoria histórica de carambola. En la proclamación posterior, Donald Trump alude a la propuesta de Marruecos sobre la autonomía del Sáhara y la tilda de "la única base seria, creíble y realista". Son los mismos calificativos que se emplean en la carta difundida por el Reino de Marruecos el 18 de marzo de 2022 sobre la nueva posición del gobierno de España sobre el Sáhara. La única diferencia es que en la carta de Moncloa se habla de "la base más seria, creíble y realista".
Con ese giro de 180 grados, Sánchez pretendía cerrar la crisis diplomática desencadenada por el enfado de Rabat tras la acogida humanitaria en España del líder saharaui Brahim Gali, para un tratamiento médico por Covid-19 en abril de 2021. Marruecos usó el arma de la migración al provocar una llegada de unas 10.000 personas a Ceuta el 15 y 16 de mayo siguientes. Con la carta el gobierno de Sánchez puso fin a 47 años de neutralidad activa.
La declaración de Trump elevó el nivel de las expectativas marroquíes. Así Rabat aumentó la presión sobre Alemania, Francia o España"
irene fernández molina, rrii univ exeter
"El cambio de posición fue el resultado de una campaña de presión por parte de Marruecos. Empezó con la declaración de Trump y eso aumentó el nivel de las expectativas marroquíes. Pensaron que otros países occidentales iban a seguir a EEUU. Así Rabat aumentó la presión sobre Alemania, Francia o España dentro de la UE. Es España, después de Trump, la que ha ido más allá", indica Irene Fernández-Molina, profesora de Relaciones Internacionales, especializada en el Magreb, en la Universidad de Exeter.
Testigo de primera fila de aquel momento en Washington fue Mouloud Said, veterano representante del Frente Polisario en Estados Unidos. El diplomático saharaui, que conoce al senador Inhofe desde hace más de dos décadas, se enteró de inmediato. Y el propio senador le contó lo que había pasado.
"La decisión no se tomó en una reunión de la Administración Trump. La razón fue que el presidente de la Comisión de Defensa, el senador Inhofe, iba a presentar el voto del presupuesto de Defensa y poco antes Trump le llamó para introducir enmiendas de última hora. El senador le dijo que no podía hacerlo porque el resultado, fruto de negociaciones en la Cámara de Representantes y el Senado, y luego el comité mixto, era la única posibilidad de que fuera aprobado. Trump se empeñó y el senador Inhofe se enfrentó al presidente. La última llamada acabó mal. Y a renglón seguido Trump publicó dos tuits, uno contra Inhofe y otro sobre el Sáhara. Sin esa llamada, Trump no habría dado ese paso", explica Mouloud Said a El Independiente.
El presidente saliente quería que Inhofe incluyera disposiciones en el proyecto de ley para derogar las protecciones para las empresas de medios sociales y eliminar una disposición para cambiar el nombre de las instalaciones militares que llevan nombres de líderes confederados. Pero el senador republicano Inhofe no podía hacerlo aunque quisiera. Ya estaba todo cerrado. Trump le amenazó con vetar el presupuesto y en un tuit le acusó de amenazar la seguridad nacional. Estaba enfurecido porque el senador se había plantado.
La decisión fue fruto de una pataleta de Trump, que buscaba provocar la ira del senador Inhofe"
moulou said, representante del frente polisario en eeuu
"Trump sabía muy bien lo mucho que significa la cuestión del Sáhara para Inhofe. Varias veces le había explicado a Trump la situación. La decisión fue fruto de una pataleta de Trump, que buscaba provocar la ira del senador Inhofe. Cuando me lo contó, estaba muy disgustado", añade el diplomático. "Hasta ese momento”, según relata Mouloud Said, “las relaciones con la Administración Trump no tenían precedentes y había contactos al más alto nivel, con el Consejo de Seguridad Nacional”. Recuerda cómo fue la Administración Trump la que propuso en el Consejo de Seguridad de la ONU prolongar la misión de la MINURSO cada seis meses en lugar de un año, a lo que se oponía Marruecos.
Jared Kushner con Mohamed VI
El yerno de Donald Trump, el judío Jared Kushner, con el cargo de asesor especial en su Administración, junto a su mano derecha Avi Berkowitz, era partidario de la aproximación a Marruecos. El ex vicedirector del Mossad Ram Ben Barak y el empresario judío marroquí Yariv Elbaz pretendían lograr un acuerdo quid-pro-quo multilateral por el que Marruecos normalizaría las relaciones con Israel a cambio del reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara por parte de EEUU. Sin embargo, según el diplomático saharaui, Trump le había dicho a Kushner de buscar una vía alternativa.
En mayo de 2019 el yerno de Trump, se vio con el empresario judío marroquí Elbaz en Marruecos. En ese viaje Kushner tuvo ocasión de hablar con el rey Mohamed VI, quien le explicó la relevancia del Sáhara Occidental para Marruecos. Desde entonces se crea un hilo directo entre el equipo del ministro marroquí de Exteriores, Nassem Bourita, y el de Kushner. Según reveló Axios, Bourita mantuvo varias reuniones en las que trató sobre el Sáhara con Kushner y con Ivanka Trump, su esposa, y visitó la Casa Blanca.
El jefe de la diplomacia marroquí llegó a un acuerdo con Kushner pero se encontró con la firme oposición del entonces asesor de Seguridad Nacional John Bolton y del senador Jim Inhofe. Como Trump necesitaba el apoyo de Inhofe no movió ficha.
Pero el 10 de diciembre Trump, cuando escribió el tuit sobre la marroquinidad del Sáhara, estaba de salida, aunque se negaba a reconocerlo. De hecho, días después tuvo lugar el asalto al Capitolio. La embajada marroquí condecoró a Trump y a Kushner después de ese ataque, alentado por el presidente y perpetrado por sus seguidores enardecidos, a la sede del Legislativo en Washington.
Para Bolton, la decisión de Trump echaba por tierra y dejaba a los pies de los caballos a los saharauis, “después de tres décadas de apoyo de EEUU a la libre autodeterminación vía referendum del pueblo saharaui”. Incluso recuerda en un artículo en Foreign Policy, cómo el senador Inhofe ya dijo que “se podría hacer este acuerdo sin fallar los derechos de la gente sin voz”.
También subraya Bolton cómo Trump no consultó ni con el Frente Polisario ni con Argelia o Mauritania, los dos países más afectados por este cambio. Igual hizo Sánchez que tampoco habló con su socio de gobierno, la oposición, ni con Argelia, país con el que ahora España tiene un conflicto de graves repercusiones económicas.
El diplomático saharaui mantiene que tampoco lo hizo con su yerno, ni sus asesores, si bien la versión de Axios es que ellos aprovecharon la ocasión para impulsar sus tesis.
El papel de la Administración Biden
En Estados Unidos la causa saharaui cuenta con apoyos en los dos partidos. El diplomático saharaui señala cómo el senador Ted Kennedy fue uno de los primeros demócratas con quienes mantuvo contacto y defendió la autodeterminación. "Allí es una causa sin ideología, así se entiende que un conservador a ultranza como Inhofe fuera uno de nuestros grandes apoyos", añade.
El ejemplo de este respaldo bipartisano es la carta de 27 senadores demócratas y republicanos, entre ellos el entonces presidente del Senado Patrick Leahy, en la que piden que revierta la decisión de su predecesor sobre el Sáhara.
La Administración Biden no lo ha hecho de momento. Pero tampoco ha emprendido avances. "No ha aplicado los compromisos de Trump, como abrir el consulado en Dajla. Además, ha obligado a Rabat a aceptar un enviado especial de la ONU y han pedido en el Consejo de Seguridad de la ONU que se reactive el plan de Naciones Unidas", afirma Mouloud Said.
La transacción de Trump no ha culminado porque ni Marruecos abrió embajada en Israel ni Israel ha reconocido la soberanía marroquí del Sáhara"
haizam amirah fernández, r.i.elcano
Suscribe esta visión Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcano: "La Administración Biden habla de ‘un enfoque potencial’ para referirse a lo que propone Rabat y aboga por una solución en el marco de Naciones Unidas. Y no se olvidan de las aspiraciones del pueblo saharaui. La transacción de Trump no ha culminado porque ni Marruecos ha abierto la embajada en Israel ni Israel ha reconocido la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, para evitar conflictos con otros países que los apoyan".
El diplomático saharaui asegura que para la actual Administración de EEUU la decisión de Trump no es la solución. "En nuestros contactos, que los hay al contrario que con el gobierno español del que ya no nos fiamos, siempre nos aseguran que una solución que no acepte el Polisario no es una solución válida". Y añade: "Los estadounidenses están muy activos y quieren jugar un papel, algo que este gobierno español no ya no podrá hacer. Sánchez no ha contado ni con sus socios de coalición, ni con el Congreso, ni con el pueblo español. Es una cuestión de Sánchez y su ministro de Exteriores".
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