"Serviremos al país con sentido de la responsabilidad". Fueron las primeras palabras de Giorgia Meloni (Roma, 1977), líder de Fratelli d’Italia y aliada de Vox, cuando se convirtió en la primera mujer al frente del Consejo de Ministros hace 163 días. Este miércoles 5 de abril recibirá al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dentro de la gira que realiza el líder socialista para preparar la presidencia de turno del Consejo de la UE. Sánchez y Meloni están en las antípodas pero España e Italia tienen una sólida relación basada en intereses mutuos en la UE. Por ello Sánchez y Meloni están condenados a entenderse.
Al invocar ese sentido de la responsabilidad, Meloni estaba anticipando su transformación: de la protesta a la propuesta, dicen en Italia. "La Meloni de 2021 era una Meloni batalladora, después en la campaña en 2022 dio muestras de prudencia en la campaña electoral y una vez elegida como presidenta del Consejo de Ministros está demostrando ser una líder pragmática", dice Venezia Postiglione, subdirector del Corriere della Sera en un podcast del diario sobre sus primeros 100 días en el poder.
Atrás queda aquella crispada incursión en la campaña de Macarena Olona en junio de 2022, una muestra de la Meloni más radical. No es de extrañar que quienes creyeran que iba a gobernar siguiendo esa línea temieran por el curso de Italia a su llegada al poder tras ganar en las elecciones del 25 de septiembre al frente de Fratelli d’Italia. El bloque conservador (al que se suma la Liga y Fuerza Italia) se impuso claramente y en cabeza se situó la formación de Meloni. “¿Debería preocuparse Europa? Giorgi Meloni y la amenaza de la derecha italiana”, titulaba The Economist. Cuando cumplió 100 días en el poder, a finales de enero, el semanario británico señalaba que pocos gobiernos llegan a esta fecha en tan buena forma. En marzo la confianza en el gobierno está en el 40%, un punto por debajo del mes precedente.
En Italia hablan de draghización de Meloni. Ha mantenido el curso en economía, pero sin abordar las reformas pendientes como la fiscal, defiende un conservadurismo social y cultural, como se aprecia en política migratoria y educativa, aunque no se sale del guión en la UE porque necesita los fondos de recuperación. También es cierto que no ha acometido aún las reformas más relevantes como la del presidencialismo.
Lejos de presentarse como una ruptura radical con el gobierno de Draghi, Meloni ha marcado una fuerte línea de continuidad europeísta"
Jorge del palacio, profesor en la universidad rey juan carlos
“Meloni se sabe la gestora de un voto que en el pasado optó por Berlusconi, luego por Salvini y en las últimas elecciones por ella como caballo ganador para llevar a la derecha al gobierno. De este modo, Meloni, lejos de presentarse como una ruptura radical con el gobierno de Draghi, al que su grupo se opuso en el Parlamento, ha marcado una fuerte línea de continuidad europeísta. Su voto está concentrado en el norte, donde está el músculo económico italiano que no quiere poleas con la UE sino recibir y gestionar bien sus fondos”, señala Jorge del Palacio, profesor de Historia del Pensamiento Político en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Precisamente, la Comisión Europea acaba de dar un mes a Italia para completar todos los compromisos vinculados al tercer desembolso del fondo de recuperación que ascendería a 19.000 millones de euros. Italia, que es el mayor beneficiario del fondo europeo de recuperación con 192.000 millones hasta 2026, ha recibido ya 67.000 millones de este plan anticrisis. He aquí una poderosa razón que avala el continuismo de Meloni. Y es uno de los puntos de convergencia con España, segundo mayor beneficiario, con unos 140.000 millones de euros. Esta ayuda europea es vital en una Italia con una deuda pública del 154% del PIB y unos tipos de interés en el 3,5% y al alza. Es la gran amenaza para Meloni y para Italia.
Según Andrea Betti, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas, "ha de cumplir con los criterios de la Unión Europea sobre cómo gastar los fondos, algo que tiene que ver con la modernización de los Estados, no con líderes en concreto". Si bien en política doméstica, como en derechos sociales o migración, es ultraconservadora, "en política exterior no se han cumplido las expectativas pesimistas que algunos vaticinaron. Por ejemplo, decían que Italia tendría una postura más ambigua respecto a la OTAN. En se sentido ha sido muy clara y no se ha desviado un milímetro de la Alianza Atlántica. No es como el primer ministro húngaro, Viktor Orban, que es reacio a las sanciones al Kremlin o dice que no arrestara a Putin si pisa Hungría".
Sobre Ucrania, Meloni ha sido contundente en su apoyo al pueblo ucraniano y su presidente, Volodimir Zelenski, a pesar de la afinidad de sus compañeros de alianza, Berlusconi y Salvini, con Putin. Junto con la gestión de los fondos europeos, es uno de los puntos de confluencia con Pedro Sánchez. El presidente del gobierno español acaba de verse con el líder chino, Xi Jinping, a quien ha animado a encontrarse con Zelenski para escuchar directamente los detalles del plan de paz de Ucrania. Sánchez y Meloni denuncian la "agresión ilegal" de Putin. Por eso a Meloni le dolió que el presidente Macron no la invitara a participar en la cena en el Eliseo con Zelenski y el canciller alemán, Olaf Scholz, el 9 de febrero. Meloni luego pudo verse con Zelenski en Kiev. A Draghi le habrían invitado. Macron no quería que se interpretara como un guiño hacia Marine Le Pen, líder de Reagrupamiento Nacional, cercana a la jefa de gobierno italiana.
En política exterior lo está haciendo bien. Ha tenido una postura muy firme, propia de un gobierno conservador normal, nada extremista"
michele testoni, profesor rrii en el instituto de empresa
“En política exterior lo está haciendo bien. Ha tenido una postura muy firme, propia de un gobierno conservador normal, nada extremista. En Europa, está pagando el peaje de sus posiciones históricas y para compensar refuerza su activismo atlantista y su papel en el Mediterráneo y Asia. Fue una de las estrellas del G-20 en India, donde suscribió un acuerdo de partenariado e inversiones. Italia está creando una red de socios que son una válvula de escape para mitigar un posible aislamiento y así maquilla la perdida de peso relativo al desaparecer Draghi”, indica Michele Testoni, profesor de Relaciones Internacionales del Instituto de Empresa.
En este sentido, el gobierno de España trata de aprovechar la salida del Reino Unido, la marcha de Draghi y la presidencia de turno del Consejo de la UE, para ganar peso en Europa. Pero los lazos reforzados con Giuseppe Conte y Mario Draghi demuestran cómo la unión de Italia y España favorece a los dos países. Juntos suponen el 25% de la población y casi del PIB comunitario.
Cooperación reforzada en el flanco sur
"Entre Sánchez y Meloni el entendimiento político es cero, pero hay una inercia diplomática e institucional que se puso en marcha con el segundo gobierno de Conte y siguió con Draghi. Hay una interdependencia financiera, cultural y retos comunes en política exterior (energía, seguridad, migración). Es necesaria una cooperación bilateral reforzada en el flanco sur", señala Testoni.
Sánchez admiraba a Draghi. Así lo dejó por escrito en junio pasado, justo antes de que dejara el gobierno de Italia. "Necesitamos líderes como Mario. Sus reflexiones inteligentes, creativas y constructivas contribuyen siempre a que consigamos buenos resultados en un buen ambiente de consenso, tan necesario en estos tiempos de crisis", decía Sánchez en un artículo publicado en Politico. No es el caso con Meloni, a quien ve como aliada de Vox. De hecho, tardó 38 días en felicitar a Meloni por su victoria. Sin embargo, hay una gran diferencia: Meloni está en el poder y en su ejercicio se está transformando.
No se gustan. Sánchez la ve como una amenaza, más que al contrario. Pero evitarán los conflictos"
andrea betti, univ. pontificia comillas
"No se gustan. Sánchez la ve como una amenaza, más que al contrario. Pero los puntos de convergencia existen entre Italia y España: ellos lo saben y los diplomáticos también. Evitarán los conflictos y enfatizarán lo que hay en común como la gestión de los fondos, energía y cómo abordar la migración en la frontera de Europa", apunta Andrea Betti.
Coincide Jorge del Palacio, en que Sánchez y Meloni “pueden y deben, o deben y pueden, entenderse en materia de inmigración y seguridad para tener una sola voz en Europa. Aunque escenifiquen cierta distancia ritual, la relación de los gobiernos de Sánchez y Meloni (con un europeísta como Tajani al frente del Ministerio italiano de Exteriores) continuará las líneas de cooperación de los gabinetes anteriores”.
Como prueba acaba de celebrarse en Roma la 19º edición del Foro de Diálogo España-Italia, en el que ha estado presente la ministra de Defensa, Margarita Robles. El mensaje de fondo será parecido al que trasladen Sánchez y Meloni. "Somos de coaliciones políticas diferentes pero tenemos una total sintonía en nuestros objetivos comunes”.
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