El actual gobierno de Israel, que encabeza Benjamin Netanyahu por sexta vez y es el más extremista que ha conocido el Estado hebreo, prometió orden y seguridad a los ciudadanos. Sin embargo, Israel afronta una tormenta perfecta en la que se combina la crisis política interna, debido a la contestación por la reforma judicial, junto al estallido con los palestinos tras la irrupción en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén Este, y con los grupos afines a Irán desde el Líbano, Gaza y Siria. El régimen de los ayatolás, conocedor de la debilidad de su enemigo, está aprovechando para atizar el fuego desde varios frentes.
En el frente interno, Netanyahu ha intentado calmar a los opositores a las reforma judicial que promueve su gobierno posponiendo sus deliberaciones. Sin embargo, las movilizaciones siguen y ya van 15 semanas consecutivas. Incluso el primer ministro despidió al ministro de Defensa, Yoav Galan, por sus críticas a esta medida pero Yoav Galan sigue en el cargo.
Los dos fueron el viernes a ver la escena de un ataque en el que fallecieron en Cisjordania las hermanas Maia y Rina Dee, de 20 y 15 años. Lucy, la madre, de 45, murió este lunes. Aún se busca al autor de estas muertes. A su vez, un palestino de nacionalidad israelí atropelló intencionadamente a un turista italiano en el Paseo Marítimo de Tel Aviv. Más de 80 palestinos han muerto en lo que va de año, y 18 personas han perdido la vida en atentados palestinos. Es un balance que recuerda a los peores tiempos de la Segunda Intifada.
La obsesión de Netanyahu por acabar con la democracia representa una amenaza para nuestra seguridad"
moshe ya'alon, ex ministro de Defensa israelí
"Actuaremos juntos con el respaldo total de nuestras fuerzas", dijo Netanyahu en la televisión israelí. Pero son palabras que pocos creen en Israel, donde la unidad ha saltado por los aires. Incluso entre las fuerzas de seguridad hay muchos que respaldan las protestas por la reforma judicial. "Democracia" es la palabra más coreada en las manifestaciones. "Nunca he visto un comportamiento tan imprudente como el de Netanyahu ahora. Su obsesión por acabar con la democracia israelí representa una amenaza para la seguridad. Nuestros enemigos nos observan", dijo en una protesta el sábado por la noche Moshe Ya'alon, ex ministro de Defensa israelí.
A su vez, los miembros más extremistas del gobierno han participado este lunes en una marcha, junto a miles de colonos, en Evyatar, en Cisjordania. Es la primera vez que el Ejército permite a los colonos entrar en esta zona, de la que fueron expulsados hace dos años. La política del gobierno sobre los asentamientos ilegales, que promueve y ampara, es otro foco de tensión con la población palestina. Este lunes han dispersado a los manifestantes palestinos con gases lacrimógenos.
Al Aqsa y la respuesta múltiple
Esta Semana Santa, Pascua judía y Ramadán para los musulmanes, ha sido un polvorín para el gobierno de Netanyahu. En la noche del martes al miércoles la policía desalojó por la fuerza a los fieles concentrados en la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los discípulos de Mahoma. Este lunes el comisario jefe, Kobi Shabtai, ha reconocido abusaron de la fuerza. Aunque en las imágenes se ve a fieles sentado pacíficamente, el comisario justificó la intervención por la presencia de unos 400 alborotadores. "¿Estoy contento con las imágenes? No. Estamos investigando el incidente. Vamos a aprender de ello", ha dicho en una entrevista en la televisión israelí.
Estas imágenes del desalojo por la fuerza de la mezquita de Al Aqsa, que une al simbolismo religioso el político, ya que encarna la lucha por la soberanía de una zona ocupada por Israel desde 1967, se difundieron por las redes sociales del mundo árabe y tuvieron una respuesta contundente. Las milicias palestinas de Hamas lanzaron proyectiles desde Gaza.
El miércoles 5 de abril voló el líder de Hamas, Ismael Haniyeh, al Líbano, y un día después el Líbano lanzaba 34 misiles contra Israel. Hamas no podría haberlo hecho sin la aprobación de Hizbulá, que actúa desde el Líbano con ayuda de Irán. Incluso el sábado por la noche desde el sur de Siria se lanzaron seis cohetes, en dos tandas de tres, que no causaron víctimas. Aviones de combate israelíes respondieron con un ataque a un complejo militar en la zona de las Fuerzas Armadas sirias.
Estos ataques, desde el Líbano, Gaza y Siria, representan la manifestación de la estrategia iraní de confrontar Israel con amenazas múltiples en diferentes frentes"
seth j. frantzman, 'the jerusalem post'
Como escribe Seth J. Frantzman, en The Jerusalem Post, "estos ataques, con cohetes lanzados desde el Líbano, Gaza y Siria, representan la manifestación de la estrategia iraní de confrontar Israel con amenazas múltiples en diferentes frentes. Aunque sean diferentes grupos los que están detrás de los ataques en diferentes sitios, todos están vinculados con Irán. Incluyen Hamas, Hizbulá, Yihad Islámica, y otros, proxies de Teherán".
Irán ha apoyado financieramente a Hamas y le ha provisto de cohetes de largo alcance. Teherán está detrás de la Yihad Islámica, que no solo cuenta con miles de cohetes sino también pistoleros en Cisjordania.
Según Frantzman, "la idea de una guerra con múltiples frentes no es nueva, pero se ha retomado con fuerza en los últimos meses debido a los problemas internos de Israel.. Los enemigos de Israel pueden lanzar unos 1.500 cohetes al día". Israel cuenta con la Cúpula de Hierro, para protegerse, y gracias a ello el número de víctimas se minimiza.
Netanyahu siempre ha puesto de relieve la importancia de estar preparados para combatir a Irán. Sin embargo, forzar el fracaso del pacto nuclear que obligaba a Teherán a tener bajo control su arsenal sin un plan B no parece la mejor idea. Irán ha seguido enriqueciendo su uranio y no parece lejos de sus objetivos.
A ello se suma que la relación con la Administración Biden no está en su mejor momento. Biden pidió a Netanyahu que no siguiera adelante con la reforma judicial y el primer ministro israelí se limitó a posponerla. La recomposición de relaciones internacionales como consecuencia de la guerra en Ucrania ha hecho que Irán se ponga del lado de Rusia, y recientemente se ha acercado a Arabia Saudí gracias a la mediación de China.
Cuando acaban de cumplirse los 100 días de gobierno de Netanyahu, el 69% de los israelíes valoran negativamente su gestión. Si hubiera ahora elecciones, su partido, el Likud, pasaría a ser el tercero más votado, y perdería 12 escaños de los 32 actuales. No se descarta que el gobierno emprenda una huida hacia adelante con ataques militares a mayor escala en las próximas semanas.
Como señala Alon Pinkas en Haaretz, "Irán siempre ha sido el primer objetivo de Netanyahu y sigue siéndolo, así como librarse de las complicaciones derivadas del juicio por corrupción. Pero las dos son incompatibles. Para confrontar Irán y mostrar legitimidad necesita: contar con el Ejército; con la aprobación de Estados Unidos; y con los ciudadanos. A corto plazo no tiene nada de esto".
Tanto la polémica reforma judicial como la política de asentamientos ilegales obran en contra de Netanyahu, y de un Israel estable que pueda hacer de forma cohesionada a las amenazas externas. Si tiene que estar librando varias batallas dentro, Israel quedará expuesto a un enemigo implacable que cuenta con aliados en todos sus flancos.
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