Todas las miradas de Francia esta tarde se han dirigido a la sede blindada del Consejo Constitucional donde han deliberado los llamados nueve sabios sobre la reforma de las pensiones, la reforma estrella del presidente Emmanuel Macron. Nunca antes habían congregado tanta expectación. El suspense se ha mantenido hasta minutos antes de las 18h cuando la cadena BFMTV ha adelantado la noticia: el Consejo Constitucional avalaba el punto principal, es decir, elevar la jubilación a los 64 años en lugar de los 62 actuales. Es la esencia de la reforma, aunque rechaza seis de sus 36 artículos, dos de ellos parcialmente. Es una victoria para el presidente Macron, aunque el descontento social se mantendrá e incluso aumentará.
Los dos artículos más destacados que rechaza el Constitucional son el llamado "contrato senior", que consiste en que sea indefinido para los parados de larga duración con más de 60 años, y el "índice senior", que obliga a las empresas de más de 1.000 empleados a declarar a los mayores de 55 años. De acuerdo co el Constitucional, no responden a una ley financiera, la forma de tramitación de la reforma de pensiones.
De esta forma, la ley se ha promulgado en la madrugada del sábado, sin estas disposiciones, y se aplicará a partir de septiembre. Tras conocer el veredicto, representantes sindicales y diputados de La Francia Insumisa han pedido al presidente que pare el proceso y escuche a la calle. Pero Macron ha seguido su curso. De nuevo los manifestantes pacíficos se han visto ensombrecidos por los bárbaros fascinados por las fogatas en París, Rennes, Nantes, y Lyon.
La sorpresa ha sido que el Constitucional ha rechazado la celebración de un referéndum, aunque aún ha de pronunciarse sobre otra demanda de consulta a la población. Lo hará el 3 de mayo. Es la esperanza que les queda a los sindicatos y partidos que se oponen a la reforma.
"Mantener el rumbo es mi lema". En su visita a las obras de restauración de la catedral de Notre Dame, poco antes de conocerse el dictamen, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha dejado este mensaje que deja constancia de su perseverancia.
El texto llega al fin del proceso democrático. No hay vencedores ni vencidos"
élizabeth borne, primera ministra
La primera ministra, Élizabeth Borne, ha juzgado que el Constitucional ha ratificado la ley en forma y fondo. "El texto llega al fin del proceso democrático. No hay vencedores ni vencidos". Borne salva otro obstáculo, después de dos mociones de censura de la oposición, con esta luz verde a la reforma del Constitucional.
La líder de Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, ha dicho en su cuenta de Twitter que "el destino político de la reforma de las pensiones no está sellado". Según Le Pen, "el pueblo siembre tiene la última palabra, y le corresponderá preparar el relevo hacia un nuevo gobierno que dé marcha atrás a esta reforma inútil e injusta". Marine Le Pen tiene en mente las presidenciales de 2027.
La lucha continúa
El líder de la Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, ha escrito de inmediato en su cuenta de Twitter que la decisión muestra que el Consejo Constitucional "está más atento a las necesidades de la monarquía presidencial que a las del pueblo soberano. La lucha continúa y debe sumar fuerzas". Coincide con Mélenchon la intersindical: "Esto no está terminado".
El Consejo Constitucional francés se asemeja más al Consejo de Estado en España. La mayoría no son juristas, sino que son nombrados para un mandato de nueve años a propuesta de los presidentes de la República, de la Asamblea Nacional y del Senado. Son seis hombres (Laurent Fabius, Alain Juppé, Michel Pinault, Jacques Mézard, François Pillet, François Seners) y tres mujeres (Corinne Luquiens, Jacqueline Gourault, y Veronique Malbec).
De los nueve sabios actuales cinco son ex dirigentes políticos: dos macronistas, dos conservadores y uno socialista. Los más conocidos son el ex primer ministro socialista Laurent Fabius, actual presidente de la institución, y el conservador Alain Juppé, que también fue jefe del gobierno y titular de Exteriores.
A lo largo de su historia ha sido poco dado a censurar totalmente una ley. De las 744 que ha revisado desde octubre de 1958 tan solo en 17 ocasiones ha declarado la norma inconstitucional en su conjunto. Para hacerlo ha de tener claro que es irregular y no solo se trata de una cuestión de procedimiento.
La llamada reforma faro del presidente Emmanuel Macron, que eleva la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, se topó con obstáculos en su camino legislativo y por ello el gobierno la terminó aprobando invocando el artículo 49.3, es decir, sin voto en la Asamblea Nacional.
Los macronistas (Renacimiento y aliados centristas) no tienen la mayoría y necesitaban el apoyo de los conservadores (Republicanos), que se han dividido sobre este asunto. De hecho, una de las mociones de censura al gobierno vinculada a su proceder sobre la reforma no salió adelante por solo nueve votos.
Violencia en las calles
Junto a la batalla parlamentaria se ha librado un pulso a Macron y al gobierno Borne en las calles, encabezada por los sindicatos, que han hecho piña, y en el que han tenido gran protagonismo los jóvenes. Ya van 12 jornadas de movilizaciones y, aunque han perdido poder de convocatoria, la opinión pública sigue de su lado. Este viernes sindicatos y jóvenes contrarios a elevar la edad de jubilación se han concentrado ante el Ayuntamiento en París.
Tras conocerse la decisión del Constitucional, en la capital se han dirigido a la Concordia bajo gran presencia policial. Hubo tensión y han quemado contenedores y bicicletas eléctricas municipales. Hay más de un centenar de detenidos.
En Rennes varios alborotadores han quemado la puerta de una comisaría y de una iglesia. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha prometido "perseguir a los autores". También hubo tensión y violencia en Nantes y Lyon.
Un 62% de los franceses respalda las movilizaciones contra la reforma de las pensiones, aunque no la violencia que atribuyen a los radicales. A la par, la popularidad del presidente Macron está en declive: solo un 18% cree que el jefe del Estado entiende las demandas ciudadanas. El 58% considera a la líder de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen, más cercana a sus preocupaciones.
Antes de conocerse la decisión, el presidente Macron ha dicho que el martes recibiría a los portavoces sindicales y los representantes de la patronal,"fuera cual fuera la resolución del Constitucional". Quiere que se perciba otro talante, pero los sindicatos solo lo ven pertinente si se trata sobre la edad de jubilación.
Habrá pocas ganas de acercamiento por parte de la intersindical sobre todo después de que el presidente haya promulgado la ley de madrugada. El 1 de mayo el Día del Trabajo será un clamor contra esta reforma tan contestada por los franceses, según ha dicho la secretaria general de la CGT (comunista), Sophie Binet: "Todos a la calle, familias, mayores, niños, el 1 de mayo". Según Binet: "Macron no puede gobernar contra su pueblo".
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