El 23 de febrero de 2022, la víspera de la invasión rusa de Ucrania, el general sudanés Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, era recibido en el Kremlin gracias a la mediación de su socio Yevgueni Prigozhin, el creador del Grupo Wagner, los mercenarios que han llevado la iniciativa en la batalla de Bajmut contra las tropas ucranianas. El general Hemedti, el hombre más rico de Sudán, al frente de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, en inglés), dijo entonces que "el mundo entero ha de reconocer que Rusia tiene derecho a defender a su pueblo".
El general Hemedti se ha sublevado este fin de semana contra el presidente de facto, el general Abdel Fattah al Burhan, con quien dio un golpe en octubre de 2021. Compartían el poder pero tenían que ponerse de acuerdo sobre cómo impulsar la transición a la democracia.
"Son dos fuerzas militares paralelas, con privilegios, y ninguna quiere ceder. El Ejército quiere eliminar de raíz esta dualidad pero las milicias se niegan", afirma Baba Ahmed Mulay, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Alfonso X El Sabio.
De este modo, Sudán, el tercer país más extenso de África, fronterizo con el Mar Rojo, el Sahel y el Cuerno de África, se ha convertido así en escenario de una lucha fratricida entre el Ejército, fiel al general Al Burhan y las RSF, las milicias de las tribus janjaweed (hombre, arma de fuego y caballo, en árabe).
Hace 20 años el dictador Omar Al Bashir creó estas milicias para sofocar las protestas en Darfur, donde entre 2003 y 2008 acabaron con la vida de unas 60.000 personas. El Tribunal Internacional de La Haya pidió la captura de Al Bashir por estas matanzas. En 2020 Sudán aceptó su entrega pero más tarde las autoridades dijeron que se le juzgaría en el país.
Durante sus tres décadas en el poder Al Bashir se apoyó en estos paramilitares, pero en 2019 los dos generales ahora enfrentados se aliaron en un momento de debilidad del dictador, por las protestas que pedían un cambio democrático. En principio, hubo un primer ministro civil, Abdallah Hamdok, pero fue depuesto dos años después por los dos militares.
Han sido las discrepancias sobre cómo iban a integrarse en el Ejército las fuerzas paramilitares a mando del general Hemedti cuando se ha producido la sublevación. Cuando se creía que se estaba cerca de un acuerdo de transición, todo ha estallado por los aires.
No habrá negociación si no se disuelven las milicias"
general al burhan
El general Hemedti, al mando de 100.000 milicianos, ha prometido que el general Al Burhan acabará como "un perro" y el presidente de facto le ha acusado de ser "un criminal". "No habrá negociación si no se disuelven las milicias", ha dicho el presidente de facto Al Burhan.
Dos centenares de personas han muerto y dos millares han resultado heridas, principalmente en la capital, Jartum, como consecuencia de los sangrientos combates entre el ejército y los paramilitares. El Comité Central de los Médicos Sudaneses, un grupo no gubernamental prodemocrático, teme que el número real sea mucho mayor.
En Jartum los combates se han focalizado en lugares clave como el aeropuerto internacional, el palacio presidencial y el cuartel general donde se cree que estaría Al Burhan. A primera hora del lunes sobrevolaron la capital aviones militares, según ha informado The Guardian.
Las bases de las milicias rebeldes harían sido bombardeadas en Omdurman, al otro lado del Nilo. Se han registrando combates en Merowe, a 300 kilómetros de Jartum, en Darfur, y en las provincias de Kassala y Al Qadarif. Tanto el Ejército de Al Burhan como las milicias del general Hemedti han rechazado los llamamientos a un alto el fuego.
España ha cerrado temporalmente su embajada en Jartum, "al no reunir la ciudad en estos momentos condiciones mínimas de seguridad". Así permanecerá "hasta nuevo aviso", según ha anunciado en su cuenta de Twitter. El embajador, Isidro González, recomienda que los ciudadanos permanezcan en sus casas mientras sigan las explosiones y disparos.
El valor refugio codiciado por Rusia
El conflicto amenaza con desembocar en una guerra civil a una de las naciones estratégicamente más importantes de África. Es un emplazamiento estratégico, cuya evolución afecta a sus vecinos como Etiopía, Chad, Sudán del Sur y Egipto. También tienen intereses Rusia, Estados Unidos, Arabia Saudí y los Emiratos.
Sudán, país de 47 millones de habitantes, cuenta con reservas de oro de fácil extracción, de petróleo (sobre todo en el independiente Sudán del Sur), algo de cobre y cromo, así como madera, caña de azúcar, goma arábiga (se utiliza en los refrescos como la Coca-Cola) y reservas de agua. A ello hay que añadir una salida estratégica al Mar Rojo.
El oro que hay en Sudán es de fácil extracción... Los rusos obtienen mucho oro allí"
baba ahmed mulay, profesor de rrii en la universidad alfonso X el sabio
"El oro que hay en Sudán es de fácil extracción. Cuando llega a Sudán, desde el Nilo Blanco y el Nilo Azul, el río ya no lleva fuerza. Tienen reservas de oro el Nilo Azul, Kurdufán y zonas de Darfur. Los rusos obtienen mucho oro. La relación viene de la época en que Sudán sufrió sanciones de EEUU por su relación con Osama bin Laden. Rusia desde entonces les da armamento a cambio del oro", señala Baba Ahmed Mulay.
El Grupo Wagner entrena y provee de armas a las milicias leales al general Hemedti. A cambio Meroe Gold, empresa de Prigozhin, subsidiaria de M-Invest, extrae oro en las minas cercanas a Al Ibaidiya, en el norte, conocida por los locales como "la empresa rusa", según Denis Korotkov, investigador de Dossier Centre y autor del informe que difundió la CNN.
Esa visita a Moscú del general Hemedti demuestra que la relación es estrecha. El oro de Sudán era más necesario que nunca para financiar la guerra.
La CNN informó que al menos 16 vuelos con toneladas de oro de contrabando han llegado a Moscú procedentes de Sudán en el último año y medio. Los vuelos no se inspeccionan y recurren a un código militar para evitar e seguimiento. Rusia ha encontrado así alivio en la riqueza en recursos naturales de su aliado, Sudán, para compensar la imposición de sanciones occidentales.
También se transporta el oro por vía terrestre, por la República Centroafricana. A su vez, Meroe Gold importó a Sudán equipos de minería y construcción, así como camiones militares, vehículos anfibios y dos helicópteros de transporte.
La colaboración de Wagner con las milicias del general Hemedti permite a los mercenarios infiltrarse en sus bases en Darfur, y desde ahí cruzar a República Centroafricana, Libia o Chad. En Sudán el Grupo Wagner, que se expande por África desde 2017 tras su creación en 2014 para luchar en el este de Ucrania, no solo interviene militarmente sino también lograr recursos económicos y lleva a cabo operaciones de desinformación, como hizo en EEUU en 2016 con las granjas de trols.
Primera base naval rusa en África
Rusia ha dado recientemente un paso más en Sudán. Este año, en febrero, ha sido el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, el que ha viajado hasta Jartum donde se vio con el presidente de facto, general Al Burhan. Allí defendió la labor del Grupo Wagner, un grupo privado que se despliega "a demanda de los gobiernos", con el fin de estabilizar la situación "frente a la amenaza terrorista".
Lavrov en ese viaje logró un objetivo que ya empezó Rusia a perseguir en tiempos de Al Bashir. El Ejército encabezado por el general Al Burhan dio su visto bueno a la construcción de su primera base naval en África. La concesión es por 25 años y en la base puede emplazar hasta cuatro buques de guerra propulsados con energía atómica.
Según Baba Ahmed Mulay, "esta base para Rusia es estratégica porque al entrar en el Mar Rojo hay una base francesa, en Yibuti. Sirvió al Ejército de EEUU combo base del Africom. Los chinos recientemente han adquirido terreno para establecer una base de vigilancia de sus barcos. Así que a los rusos les puede dar muchas ventajas estar en el Mar Rojo, en Sudán".
Sudán es clave para la Federación Rusa. "Los rusos juegan a dos bandos. No van a perder en Sudán en ningún caso", señala Baba Ahmed Mulay. "El riesgo de que se imponga el Ejército, la vieja guardia, es que puede abrirse una caja de Pandora y haya territorios que quieran una ruptura, que beneficiaría a Sudán del Sur y Etiopía".
Para Baba Ahmed Mulay, Arabia Saudí, con buena relación con rebeldes y Ejército, podría mediar entre el Ejército y las milicias janjaweed. En Yemen han luchado con los saudíes frente a los houthies. Sin embargo, como Egipto resultaría dañado si el conflicto se prolonga, Arabia Saudí puede optar por dejar que los generales y sus leales continúen su deriva.
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