Serbios y albanokosovares viven un conflicto intermitente muy difícil de resolver con el que ya lidiaron Josip Broz Tito y posteriormente Slobodan Milosevic. Los serbios consideran a Kosovo el corazón de su patria, como escribió el tenista serbio Djokovic este miércoles en una cámara en este Roland Garros. Y los albanokosovares defienden la independencia de Kosovo, que proclamaron en 2008, bendecidos por Estados Unidos, después de que interviniera la OTAN en la guerra de los Balcanes en 1999 para proteger a los albanokosovares. Toda la UE, salvo cinco Estados entre ellos España, reconoce a Kosovo. Sin embargo, EEUU y la Unión Europea, hasta ahora protectores de Pristina, empiezan a dar señales de cansancio con el presidente albanokosovar, Albin Kurti. La estabilidad de los Balcanes es prioritaria.
Lo cierto es que en plena guerra en Ucrania la UE y EEUU no pueden permitirse abrir otro frente en los Balcanes y Serbia, que suele mirar a Moscú y quien Moscú mira, es un país clave en la región. Después de los últimos disturbios por la constitución de los ayuntamientos en cuatro localidades del norte de Kosovo, donde vive la minoría serbia, la OTAN enviará 700 soldados más, que se sumarán al contingente actual de 4.500 de la KFOR (Kosovo Force).
Son las fuerzas de la Alianza Atlántica las que actúan como muro de contención: 30 de sus efectivos, húngaros e italianos, resultaron heridos el lunes, al igual que 50 civiles. Un grupo de manifestantes intentó entrar en el ayuntamiento de Zvecan, en el norte de Kosovo, y los soldados se lo impidieron.
Veamos qué ha pasado y qué hay detrás de este nuevo episodio de violencia en los Balcanes.
¿Cómo empezó la actual crisis?
En noviembre pasado los alcaldes serbios del norte de Kosovo, junto a jueces y policías, dimitieron. En Kosovo la población serbia apenas supera ahora el 5%, pero en el norte representan el 90%. Ahí demandan que los municipios sean autónomos, lo que rechaza Pristina. El acuerdo de 2013, apadrinado por la UE, establecía la creación de estos municipios pero en una década no ha sido posible.
Los serbios de Kosovo no aceptan la autoridad de Pristina y están protegidos por Belgrado. Y los albanokosovares se niegan a aceptar ese grado de autonomía que demandan los serbokosovares. Estas circunstancias convierten la zona en un polvorín que unas veces estalla por la imposición de matrículas kosovares a los serbokosovares, como ocurrió el año pasado, y otras por la constitución de los ayuntamientos, como ha sucedido ahora.
En marzo, Serbia y Kosovo alcanzaron un acuerdo en Ohrid, Macedonia del Norte, cuyo objetivo era normalizar las relaciones. Sin embargo, el acuerdo nació muerto. Poco después se convocaron elecciones locales en cuatro poblaciones del norte (Zvecan, Zubin Potok, Leopsavic y Mitrovica Norte) que la Lista Serbia, el principal partido de la región, boicoteó por considerar el proceso "no democrático". Solo votó el 3,5% de la población, lo que convirtió las elecciones en ilegítimas. Por ejemplo, en Zvecan, con 16.800 habitantes (16.000 serbokosovares) el alcalde fue elegido por solo 100 votos.
Para asegurarse que los alcaldes pudieran tomar posesión el gobierno de Kosovo envió a las fuerzas de seguridad a la zona, una decisión criticada por Estados Unidos. El presidente serbio puso a las tropas en estado de máxima alerta. A Vucic este movimiento del líder kosovar le vino bien para aferrarse al nacionalismo justo después de que en Belgrado se dieran varias manifestaciones en su contra como consecuencia dos tiroteos en los que murieron varios niños. La población se levantó contra "la cultura de la violencia". Y entonces recordó aquello que dijo Milosevic: "No dejaré que nadie agreda a los serbios de Kosovo". El nacionalismo como salvación, ayudado por un cálculo erróneo de Albin Kurti, que no ha sabido leer las nuevas coordenadas geopolíticas.
Tras los primeros disturbios del viernes, el secretario de Estado, Antony Blinken, acusó al liderazgo albanokosovar de "escalar la tensión en el norte para crear inestabilidad". El embajador de EEUU en Kosovo, Jeff Hovenier, reprochó a Kosovo por no haber coordinado la acción con EEUU. Las maniobras conjuntas, Defender 23, se han suspendido, en una clara muestra de desconfianza de la Administración Biden hacia Pristina. Corre el riesgo de que se retrase la liberalización de visados. El presidente francés, Emmanuel Macron, responsabilizó a Kosovo por la creciente tensión en la zona.
Kurti busca garantizar la presencia de toda las instituciones de Pristina en el norte de Kosovo, pero Pristina no controla el territorio: el 90% son serbios"
Miguel roán, director de balcanismos
"No había necesidad de llevar a los alcaldes a estos edificios que tienen un simbolismo importante. Así se invita a la provocación. Pero la reacción de los serbokosovares es injustificable. Entre los manifestantes había gente del crimen organizado, hooligans... y Kurti los llamó fascistas, algo que duele especialmente en Serbia", explica Miguel Roán, director de Balcanismos y autor de Belgrado Brut. "Kurti busca garantizar la presencia de todas las instituciones de Pristina en el norte de Kosovo, pero Pristina no controla el territorio: el 90% son serbios. Y se escuda en que se cumplió el proceso electoral pero el boicot lo hizo ilegítimo".
¿Qué pretende el líder kosovar?
Albin Kurti es un líder sin contestación en Kosovo y con una trayectoria muy combativa. "Con este tipo de estrategias cumple con su compromiso de buscar el reconocimiento y la independencia de Kosovo, aunque los costes sean enormes como el aislamiento internacional. Conoce bien a su sociedad y está acostumbrado a moverse en inclemencias políticas", dice Miguel Roán. Kurti ha conversado con el Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, y ha elogiado el papel de las fuerzas de la OTAN en un intento de moderar su pulso. Para Kosovo la relación con EEUU y la Unión Europea es vital.
Y la UE sabe que la inestabilidad en los Balcanes es un problema gravísimo en su vecindad, de ahí que mantenga la perspectiva de la ampliación, aunque vaya a pasos de tortuga. En el caso de Kosovo, no sería posible plantearlo mientras no sea reconocido por todos los Estados miembro. Será un reto para la presidencia española del Consejo de la UE ver cómo aborda crisis como la actual, debido al no reconocimiento, si bien el Alto Representante lleva la batuta de las negociaciones con Pristina y Belgrado.
¿Puede perder Kosovo el apoyo de EEUU?
Según Marc Casals, escritor y traductor especializado en los Balcanes, "Estados Unidos está dando señales claras de hartazgo. Perciben que Kurti es inflexible y por eso dan un aviso de cara al futuro. ¿Hasta qué punto Kosovo es sostenible como Estado sin el apoyo estadounidense?". Hay irritación de EEUU y la UE con Kurti, según Casals, autor de La piedra permanece.
EEUU está dando señales de hartazgo. ¿Hasta qué punto es viable Kosovo sin la ayuda de EEUU?"
marc casals, autor de 'la piedra permanece'
"Para Pristina este episodio resulta dañino para sus intereses porque la percepción es que está intentando instaurar a la fuerza gobiernos municipales ilegítimos que han obtenido una cantidad exigua de votos. Creo que el motivo de esta crisis es más bien la negativa de Pristina a plegarse a los términos sugeridos por EEUU y la UE para un acuerdo", añade Casals.
¿Cómo incide la guerra en Ucrania?
La estabilidad es prioritaria en los Balcanes, y Serbia es una pieza clave para que el polvorín no estalle. Por ello, hay acercamiento de la OTAN a Serbia, que condenó la invasión rusa de Ucrania en la ONU, si bien no se ha unido a la política de sanciones. "Serbia puede movilizar a los serbios de la region y ese escenario no lo quieren ni la UE ni EEUU", señala Miguel Roán.
Para la UE y para EEUU es importante que el nacionalismo serbio no se convierta en factor desestabilizador en los Balcanes"
miguel roán, autor de 'belgrado brut'
"La guerra en Ucrania ha cambiado los parámetros de seguridad de la región, de tal modo que para la UE y para Washington es importante que el nacionalismo serbio no se convierta en un factor de desestabilización en los Balcanes que pueda ser instrumentalizado por Putin y su paneslavismo eslavo. Es más relevante que garantizar la independencia de Kosovo. Desde febrero de 2022 se sacrifican principios de democratización por la seguridad y la estabilidad", indica el director de Balcanismos. Kosovo apenas está reconocido por una veintena de Estados y superpotencias como China y Rusia están radicalmente en contra de su independencia.
¿Qué papel desempeña la OTAN?
El factor de seguridad entre serbios y albaneses es la OTAN. Y a la vez la OTAN, aunque no está implicada directamente en la guerra en Ucrania sí lo hace a través de la mayoría de los aliados, y no quiere que haya más frentes abiertos. "Si el conflicto no va a más es porque la OTAN está presente", remarca Miguel Roán. La Alianza Atlántica que intervino en 1999 durante 78 días para defender a los albanokosovares de los bombardeos serbios, ahora protege a las dos partes.
¿Cómo observa Rusia la crisis?
El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, acusó a EEUU y Occidente de la tensión actual, pero a Rusia todo lo que sea inestabilidad en los Balcanes le favorece. Cualquier estallido de violencia servirá a los intereses de Putin. "Aunque Rusia intenta desestabilizar y proyectar imagen de potencia capaz de desestabilizar Kosovo, ahora mismo los actores principales de las tensiones son intrabalcánicos. El debate ahora mismo está en si quienes se enfrentaron a las tropas de la KFOR eran jóvenes serbios del norte de Kosovo o matones controlados por el gobierno de Serbia, pero, salvo operaciones encubiertas, de momento Rusia no aparece en la ecuación", señala Marc Casals.
¿Qué pasará ahora?
Las severas llamadas de atención de la UE y EEUU, respaldadas por medidas punitivas en el caso de Kosovo, pueden tener su efecto a corto plazo. Pero la tensión seguirá latente. El conflicto se mantendrá congelado y sin perspectiva de resolución de fondo. Las dos partes deberán ceder, pero ninguno de los dos líderes, Kurti y Vucic, está dispuesto a hacerlo. Para Kurti, Serbia tendría que reconocer la independencia de Kosovo, impensable para Vucic. "El no reconocimiento de Kosovo forma parte de la vertebración política de Serbia", indica Roán.
Los dos líderes tienen posiciones maximalistas, de modo que solo la contención que ejerce la OTAN, combinada con la diplomacia europea, con sus medidas de presión, impedirá que estos estallidos intermitentes deriven en algo aún más grave.
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