El sumergible Titan ha seguido la estela del Titanic, el transatlántico que se hundió hace 111 años en las aguas del Atlántico Norte. La Guardia Costera de EEUU, a cargo del dispositivo de búsqueda, ha confirmado que los restos encontrados por el robot (ROV) del Horizon Arctic corresponden al sumergible, que sufrió una "implosión catastrófica". Los cinco expedicionarios murieron. El más joven, Suleman Dawood, tenía 19 años.

El contralmirante John Mauger ha confirmado que el ROV halló el cono de cola del sumergible a 1.600 pies de la proa del pecio del Titanic. Hay otros cuatro restos adicionales. La tesis es que hubo una pérdida de presión en la cabina y la nave sufrió una implosión, probablemente cuando se perdió la comunicación. El ruido habría alertado al dispositivo de búsqueda de producirse más tarde.

Según ha publicado The Wall Street Journal, un sistema secreto de la Marina de EEUU, que tiene desplegados sensores subacuáticos en el Atlántico para estar alerta de ataques enemigos, detectó en un sonido que podría ser "una implosión o una explosión" el domingo poco después de que se perdiera la comunicación con el Titan.

Paul Hanken, experto submarino, ha dicho que los equipos de rescate encontraron "cinco grandes restos diferentes que nos indicaron que se trataba de los restos del Titan... Lo primero que encontramos fue el cono de ojiva… después hallamos un gran campo de restos, entre ellos la campana frontal del casco de presión. Ese fue el primer indicio de que hubo un evento catastrófico". En otro grupo de restos estaba el casco de presión.

"Tras el hallazgo, notificamos inmediatamente a las familias en nombre de la Guardia Costera de los Estados Unidos y de todo el mando unificado. Ofrezco mi más sentido pésame a las familias", ha dicho el contraalmirante Mauger, quien ha insistido en que están asistiendo a los parientes de los cinco expedicionarios.

La empresa OceanGate, propietaria del sumergible Titan, ha dado por muertos a los cinco ocupantes poco antes en un comunicado. "Hemos perdido a nuestro CEO Stockton Rush, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, Hamish Harding, y Paul-Henri Nargeolet. Estos hombres eran auténticos exploradores que compartían un marcado espíritu de aventura y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo. Nuestros corazones están con estas cinco almas y con todos los miembros de sus familias en estos trágicos momentos. Lamentamos la pérdida de la vida y la alegría que aportaron a todos los que conocieron", dice el texto de la empresa organizadora de la inmersión.

Los cinco ocupantes del sumergible contaban con 96 horas de oxígeno que ya habían llegado a término al mediodía del jueves, hora española. Su inmersión empezó el domingo a las ocho de la mañana, hora local, cinco horas en España, el mediodía de este jueves. "Necesitamos un milagro", ha dicho a la CNN David Gallo, experto en este tipo de expediciones. "Lo bueno es que los milagros existen". Pero son excepcionales. Y esta vez no hubo milagro. Los equipos de rescate mantuvieron la esperanza hasta el final.

Sulaiman Dawood, tan solo 19 años

Son cinco las personas que participaban en esta expedición: el CEO de OceanGate, el piloto Stockton Rush; el buceador Paul-Henri Nargeolet, conocido como Monsieur Titanic, porque es la persona que más veces ha visto los restos del transatlántico; el aventurero británico Hamish Harding, con varios récords Ginness por viajes al límite en su haber; y el empresario de origen paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Sulaiman, estudiante de 19 años. Los Dawood y Hamish Harding pagaron 225.000 euros para financiar la inmersión.

Curiosamente la esposa del piloto y CEO de OceanGate, Stockton Rush, uno de los fallecidos, es descendiente de una pareja que perdió la vida en el Titanic. Los tatarabuelos de Hollings Rush, de soltera Weil, directora de comunicación de OceanGate, eran Isidor e Ida Straus, pasajeros de primera clase.

Isidor, junto a su hermano Nathan, era propietario de los almacenes Macy's. Se negó a subirse en una barca salvavidas hasta que no hubieran subido todas las mujeres y niños. Su esposa, con quien había cumplido los 40 años de matrimonio, se quedó con él. Les recuerdan abrazados mientras el barco se hundía. Hollings Rush ha participado tres veces en las incursiones al pecio del Titanic.

El ministro británico de Exteriores, James Cleverly, ha expresado sus condolencias a las familias de los fallecidos. Tres de ellos, los Dawood y el millonario Harding, eran ciudadanos británicos.

Gran despliegue internacional

La última esperanza la encarnó la embarcación francesa L'Atalante, que ha llevado hasta la zona el Victor 6000, el robot submarino operado por control remoto (ROV) que puede sumergirse hasta los 6.000 metros de profundidad. El pecio del Titanic, adonde se dirigía el Titan, está a 3.800 metros. Al final ha sido un ROV similar, el del Arctic Horizon el que ha encontrado los restos que han confirmado la catástrofe sufrida por el sumergible.

El despliegue para rescatarlos ha implicado a varios países: EEUU, Canadá, Francia y el Reino Unido. En 24 horas se desmantelará el operativo de búsqueda, pero seguirá la investigación en remoto.

Magellan, la primera empresa en proporcionar un escaneado completo en 3D de los restos del Titanic, se ha movilizado a petición de OceanGate. Y la Marina de EEUU puso a disposición del equipo de búsqueda el sistema de elevación de cargas pesadas Fadoss. Reino Unido ha enviado un submarinista experto de la Royal Navy, el capitán de corbeta Richard Kantharia, con experiencia en "guerra submarina y operaciones de inmersión".

Además de L'Atalante y Polar Prince, varios barcos han ayudado a la búsqueda: el Deep Energy, un buque comercial de tendido de cables con dos ROV que llegan a los 3.000 metros; el Atlantic Merlin, buque canadiense de suministro en alta mar; el Skandi Vinland: buque de apoyo submarino con dos ROV; Horizon Arctic: buque comercial con equipos de apoyo; Glace Bay, buque naval canadiense con cámara de descompresión y asistencia médica; el John Cabot: buque de investigación científica con capacidad de búsqueda por sonar operado por la Guardia Costera canadiense.

Sumergible "experimental"

Todos aquellos que han tomado parte en expediciones al Titanic con OceanGate, que ha operado varias veces en 2021 y 2022, han de firmar un contrato por el que reconocen los riesgos a los que se exponen. El periodista de CBS David Pogue ha confirmado que en el documento se decía que era un aparato "experimental". En su caso, la inmersión tuvo que abortarse por problemas de funcionamiento.

El empresario alemán Arthur Loibl ha descrito su experiencia a la agencia AP como "una operación kamikaze". Ha recordado que has de estar sentado en una plancha de metal, cerca o encima de los demás. Imposible tener claustrofobia" y que la inmersión y la subida se hacen a oscuras prácticamente.

Ha dicho que nadie le dijo qué pasaría si el sumergible perdía la comunicación. "Nadie va pensando en eso". Según el empresario alemán, habría que poner fin a estos viajes.

David Lochridge, ex director de operaciones marinas de OceanGate, alegó haber sido despedido en 2018 por cuestionar la seguridad de sus expediciones. La empresa le acusó de filtrar información confidencial.

Esta última inmersión del Titan empezó a las ocho de la mañana del domingo, hora local, y la comunicación se cortó una hora y 45 minutos después, antes de que llegaran a los restos del Titanic. La única certeza sobre este accidente es que se interrumpió la comunicación con el Polar Prince, la embarcación en la que se desplazaron desde St John's de Terranova a la zona de la inmersión.

La Guardia Costera recibió la información sobre la desaparición ocho horas después de perderse la comunicación. Aviones canadienses detectaron "sonidos submarinos" el martes y se repitieron al día siguiente, pero correspondían al sonido del mar. Desde el primer momento se ha librado una carrera contrarreloj para localizar el sumergible y salvar a sus cinco ocupantes. Todo indica que murieron en el momento en que se perdió la comunicación. Al menos no hubo una angustiosa agonía, como los más pesimistas temían.

En declaraciones a la cadena de televisión ABC, el director de la película Titanic, James Cameron, se mostraba sorprendido por la similitud con lo que sucedió con el transatlántico. "Mucha gente de la comunidad estaba muy preocupada por este submarino. Varios de los principales miembros de la comunidad de ingenieros de inmersión profunda incluso escribieron cartas a la empresa, diciendo que lo que estaban haciendo era demasiado experimental para transportar pasajeros y que era necesario certificarlo..." Y añadía: "Me llama la atención la similitud con el propio desastre del Titanic, en el que el capitán fue advertido repetidamente de la existencia de hielo delante de su barco y, sin embargo, navegó a toda velocidad hacia un campo de hielo. Es asombroso y surrealista".