El general ruso Serguei Surovikin ha sido arrestado, según confirmaron dos fuentes del Ministerio ruso de Defensa a The Moscow Times. "Surovikin eligió de qué parte estaba durante la rebelión y lo agarraron", ha dicho una de las fuentes. Previamente el bloguero militar Vladimir Romanov había escrito que Surovikin fue arrestado el 25 de junio, un día después de la rebelión del líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin. Surovikin estaría en el centro de detención preventiva de Lefortovo.
Putin está poniendo orden en las fuerzas de seguridad, buscando quién fue leal y quién no. Surovikin, a quien no se ha visto desde el fin de semana, estaba al tanto de los planes del jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, de rebelarse contra el Ministerio ruso de Defensa, según fuentes informadas por la Inteligencia estadounidense a las que ha accedido en exclusiva The New York Times. Prigozhin puso en marcha el mayor desafío al poder del líder ruso, Vladimir Putin, en sus 23 años al mando de la Federación Rusa.
Fuentes de la Inteligencia estadounidense investigan si el general Surovikin ayudó a preparar el motín o hasta qué punto estaba implicado y si había más oficiales implicados. El general Surovikin estuvo a cargo de las tropas rusas en Ucrania hasta enero y ayudó a apuntalar las defensas tras la contraofensiva ucraniana de otoño de 2022. Es popular entre las tropas y tenía buena relación con Prigozhin.
Por el contrario, Viktor Zolotov, un viejo aliado de Putin y ex guardaespaldas del presidente, ha sido recompensado con un ascenso para su cuerpo de policía, la Guardia Nacional. Zolotov, que estuvo en contacto con durante la rebelión, recibirá artillería pesada y tanques y desempeñará un papel más importante en la invasión de Ucrania, según informa el Financial Times.
Hay indicios de que otros generales habían prometido su ayuda a Prigozhin, que pretendía con su revuelta que Putin relevara al ministro de Defensa, Serguei Shoigu, y del jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov. La enemistad de Prigozhin con Shoigu se remonta a la participación de Wagner en Siria. Shoigu no le avisó de un ataque de los yihadistas en el que murieron varios mercenarios.
La tesis de la Inteligencia de EEUU es que Prigozhin no habría organizado la marcha hacia Moscú si no hubiera creído que contaba con apoyos en la élite militar rusa. La implicación de Surovikin confirmaría la existencia de luchas intestinas en el Kremlin.
El general Surovikin está considerado como un "héroe" por su participación en la guerra de Siria. Ahí se ganó el apodo de Armagedón por las acusaciones de brutalidades contra civiles.
Los mercenarios de Wagner entraron sin problemas en Rusia procedentes del este de Ucrania y establecieron el control sobre Rostov al Don. Desde ahí avanzaron hasta llegar a 200 kilómetros de Moscú sin encontrar apenas resistencia. A última hora de la tarde del sábado dieron marcha atrás después de haber pactado con el presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko, que no sufrirían represalias y Prigozhin se exiliaría en Bielorrusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, trata desde el lunes de recuperar su imagen, muy dañada por el motín. Ha quedado claro que su poder tiene serias grietas. Y si hay militares de alto grado implicados en el motín, sería aún más grave. Por ello ha empezado la limpieza.
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