Es junto al monarca alauí y Dios uno de los tabúes de Marruecos. El Sáhara Occidental se ha colado en los servicios de transporte urbano que opera la española Alsa en Casablanca. La bandera y su denominación, conforme al derecho internacional, aparecía en un desplegable del formulario necesario para conectarse al servicio de wifi a bordo. La polémica ha obligado a los responsables locales de la compañía española a reunirse con las autoridades de la ciudad, divulgar un comunicado público lamentando “el error informático” y declarar su respeto a "la integridad territorial del país", incluido el territorio del Sáhara Occidental.
Fuentes de la compañía, en manos de la familia Cosmen, reconocen a El Independiente la controversia pero la dan por zanjada después del encuentro mantenido por directivos de Casabus, la empresa propiedad de Alsa que gestiona el transporte urbano de Casablanca, con funcionarios de la wilaya de la región Casablanca-Setta -incluido el alcalde de la villa- para dar explicaciones de lo que los medios marroquíes han denunciado como “la inclusión de la bandera del separatista Frente Polisario en el sistema WIFI a bordo de los autobuses de la empresa de transporte público”.
Según la prensa marroquí, las autoridades locales trasladaron a Alsa durante la reunión su indignación por "un grave error, que obliga a la compañía a dar todas las explicaciones" a propósito de un acto que consideraron "incompatible" con el país.
Apoyo a "la integridad territorial" de Marruecos
Las citadas fuentes explican que se trata de “un error informático” que achacan a la empresa externa contratada para suministrar acceso de internet a bordo. El servicio exigía al usuario registrarse previamente, tal y como sucede en otros servicios de wifi ofertados en aeropuertos internacionales o servicios de transporte. El desplegable de los países de origen del usuario incluía el Sáhara Occidental en virtud de la legalidad internacional y de las resoluciones de la ONU, que consideran la ex colonia española -ocupada parcialmente por Marruecos desde 1976- como un territorio no autónomo pendiente de descolonización.
La presencia del Sáhara como país en las opciones del desplegable ha alimentado durante los últimos días la polémica en las páginas de la amordazada prensa marroquí. Fuentes de Alsa aseguran que, en cuanto la empresa tuvo constancia del "hecho involuntario", se procedió a su eliminación. También se ha rescindido el contrato que tenían suscrito con el proveedor del sistema de acceso a internet.
En una declaración pública dirigida a los usuarios del transporte urbano de Casablanca, Alsa asegura haber completado “la actualización que llevó al error de la aparición de la bandera del llamado Frente Polisario en la lista de lugares enumerados”. “Tan pronto como se supo esta brecha de información, resultante de una actualización por parte de la empresa internacional que posee y opera la plataforma de acceso, la empresa detuvo rápidamente el trabajo de dicho sistema hasta que se corrigiera este defecto involuntario. El error ya se ha corregido y el nombre se ha eliminado de la lista de forma permanente. Se han tomado todas las medidas para evitar que este error vuelva a ocurrir”, explica la empresa española.
La compañía insiste, además, que la bandera saharaui no apareció en su página web, tal y como mencionó uno de los medios de comunicación locales que abordó el asunto. Los medios marroquíes han subrayado, además, que durante la reunión los representantes de la empresa española pidieron disculpas y "afirmaron explícita y claramente su pleno respeto a la integridad territorial del Reino, desde Tánger hasta Lagouira" así como su adhesión "a los principios, la santidad y los valores de la nación marroquí".
Alsa, primer operador privado en Marruecos
Desde su entrada en el país en 1999, Alsa ha ido ganando terreno en las calles de las principales ciudades del país. En la actualidad es el primer operador privado de transporte urbano del reino. Gestiona el transporte urbano en las urbes de Marrakech, Agadir, Tánger, Khourigba, Rabat y Casablanca.
La red de Casablanca, la capital económica y comercial del país, fue adjudicada a Alsa en 2019 por un periodo de explotación de diez años. Según los datos publicados por la empresa en 2020, la española gestionaba entonces una flota de 1.700 vehículos con 350 millones de viajeros al año y una facturación de 174 millones de euros anuales. Alsa, con negocio también en Portugal y China, considera Marruecos como “un país con un enorme potencial de desarrollo y crecimiento” y subraya “la estabilidad y seguridad jurídica que ofrece”.
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hace 1 año
Muy buen artículo, además pone de relieve las contradicciones de este mundo en el que vivimos…
hace 1 año
Marruecos, en contra de la legalidad internacional y sólo con el respaldo explícito de Trump, Pedro Sánchez y Netanyahu, considera que el Sahara Occidental forma parte de sus fronteras. Ante este posicionamiento, las empresas españolas y de cualquier país que quieran obtener pingües beneficios en Marruecos o en el propio Sáhara ocupado tienen que reconocer y apoyar «de facto» una ilegalidad.
Este posicionamiento de Rabat contrasta abierta y vergonzosamente con la permisividad del Gobierno de Sánchez cuando su homólogo marroquí incluye en sus mapas de la embajada en Madrid y en su página web las ciudades de Ceuta y Melilla como marroquíes, e incluso se atreve a protestar ante la Unión Europea por considerar ambas ciudades frontera propia por ser españolas.
Ante esta disparidad radical cabe preguntarse si Pedro Sánchez está tan convencido de que Ceuta y Melilla son españolas como Mohamed VI lo está de que el Sahara Occidental forma parte de sus dominios.
Los hechos evidencian que a Pedro Sánchez la españolidad de las dos ciudades africanas le preocupa tanto como el derecho de los saharauis a la autodeterminación y la independencia.