Al amanecer de este viernes Arabia Saudí ha cruzado el umbral del centenar de ejecuciones desde el inicio de 2023. La cifra, comunicada por un despacho de la agencia estatal saudí de noticias, se halla aún lejos de los 196 ajusticiados el pasado año, récord en tres décadas.
Al mismo tiempo que el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman trata de diversificar su economía y su apertura internacional, con operaciones como la firmada esta semana por la operadora nacional STC en la española Telefónica, la represión no cesa. Amnistía Internacional ha denunciado este viernes que “Arabia Saudí sigue siendo uno de los principales verdugos del mundo”.
"En claro contraste con las reiteradas promesas de Arabia Saudí de limitar el uso de la pena de muerte, las autoridades saudíes ya han ejecutado a 100 personas este año, lo que revela su escalofriante desprecio por el derecho a la vida”, advierte Heba Morayef, directora del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de la organización internacional.
Delitos de drogas y comentarios críticos en Twitter
Amnistía subraya, además, que las autoridades judiciales han dictado penas capitales “por cualquier motivo”. “Desde unos cuantos tuits hasta delitos relacionados con las drogas, tras juicios manifiestamente injustos que distan mucho de cumplir las normas internacionales de derechos humanos”, agrega la organización, preocupada además por la situación de quienes fueron enviados al corredor de la muerte por supuestos delitos cometidos cuando aún eran menores de edad.
"Sólo en agosto, Arabia Saudí ejecutó a una media de cuatro personas a la semana, entre ellas a un paquistaní por contrabando de drogas. El derecho internacional prohíbe la pena de muerte por delitos relacionados con las drogas, que no entran en la categoría de 'delitos más graves'”, recuerda Amnistía. En noviembre de 2022 las autoridades saudíes reanudaron las ejecuciones por delitos relacionados con drogas, poniendo fin a una moratoria sobre este tipo de ejecuciones que, según la Comisión Saudí de Derechos Humanos, estaba en vigor desde enero de 2020.
Desde la llegada al trono de Salman se han contabilizado más de 1.100 ejecuciones
La organización advierte de que la cifra real de ejecuciones en lo que va de este año podría ser aún más elevada. En 2022 el país árabe ejecutó a 196 personas, el mayor número de ejecuciones que Amnistía Internacional ha registrado en los últimos 30 años. Los datos son tres veces superiores a los de 2021, y al menos siete veces superiores a los de 2020.
Los tribunales siguen dictando condenas a muerte. En julio de 2023 el Tribunal Penal Especializado de Arabia Saudí -empleado para perseguir a la disidencia- condenó a muerte a Mohammad al Ghamdi únicamente por unos tuits en los que criticaba a las autoridades saudíes. Su hermano, Nasser, asegura que la condena a muerte era un acto de represalia contra sus propias opiniones políticas.
Según organizaciones de derechos humanos saudíes, el número de ejecuciones desde que el rey Salman bin Abdelaziz llegó al poder en enero de 2015 supera ya las 1.100, "lo que revela claramente la cara sangrienta de Arabia Saudí que intenta ocultar con inversiones y eventos deportivos y celebraciones".
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