El tiempo juega a favor de Rusia en la guerra de agresión que desencadenó el 24 de febrero de 2022 contra Ucrania. La ayuda occidental, junto a la resistencia del ejército y la población ucraniana, ha sido vital hasta ahora para impedir que el Kremlin lograra conquistar el país vecino. Y la victoria de Ucrania, que ya sufre 579 días de invasión, solo será posible si se mantiene la unidad y el apoyo de las potencias occidentales. Los procesos electorales a la vista en EEUU, y otros países como Polonia y Eslovaquia, por ejemplo, enturbian el horizonte. Por ello, el presidente ucraniano insiste en sus demandas como los misiles estadounidenses ATACMS (se lee attack'em, atacadlos).

Los ucranianos han conseguido que EEUU y sus aliados les proporcionen desde sistemas de defensa antiaérea a tanques de combate como los Leopard, e incluso aviones F-16, que llegarán antes de fin de año. Los ucranianos se están formando para pilotarlos.

Los F-16 fueron una demanda que parecía imposible de lograr. EEUU, Países Bajos y Dinamarca los enviarán este año. Ahora el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, asegura que EEUU finalmente enviará sistemas de misiles tácticos (ATACMS, en inglés). "Confiad en mi como lo hicisteis con los F-16. Llegará el momento de recibirlos", ha dicho Zelenski.

La contraofensiva ucraniana en el este y sur avanza lentamente pero no ha alcanzado su momentum. Sin embargo, el ataque al cuartel general de la Flota rusa en el Mar Negro, en Sebastopol, con misiles de crucero Storm Shadow británicos y Scalp EG franceses del pasado viernes subraya la relevancia que tiene para Kiev la recuperación de Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014. Al menos una treintena de oficiales perdieron la vida, entre ellos, el máximo responsable, el comandante Viktor Sokolov, según fuentes ucranianas.

Con los ATACMS de mayor alcance que los Storm Shadow y los Scalp EG franceses, el puente de Kerch, que comunica la península de Crimea con la Federación Rusa, estaría en el punto de mira de las tropas ucranianas. Así sería en el caso de que recibieran los de mayor alcance, 300 km, pero hay otra versión de un alcance menor, de 165 km. Aún así, los ATACMS tienen un gran valor simbólico para Kiev en un momento que necesita señales de que cuenta con el apoyo de EEUU y sus aliados.

Después del encuentro en la Casa Blanca entre el presidente de EEUU, Joe Biden, y el ucraniano, Volodimir Zelenski, no se hizo pública la entrega de los ATACMS. Pero Biden sí que se refirió a sistemas de defensa antiaérea Hawk y los carros de combate Abrams, también muy deseados por los ucranianos. Los Abrams han empezado a llegar este lunes, según ha confirmado el propio Zelenski. "Buenas noticias del ministro (de Defensa) Umerov. Los Abrams ya están en Ucrania y se están preparando para reforzar nuestras brigadas", dijo en Telegram Zelenski. EEUU prometió 31 unidades.

Ideales para objetivos en movimiento

Los ATACMS son misiles tierra tierra de largo alcance guiados por un GPS incorporado con un margen de error de unos diez metros. Están fabricados por la empresa estadounidense Lockheed Martin. Miden cuatro metros de largo y pueden pesar más de dos toneladas.

Su alcance máximo es de 300 kilómetros, pero hay versiones de menor alcance. Ucrania ya cuenta con lanzaderas MLRS y HIMARS, desde las que se operan estos misiles. Los HIMARS marcaron un punto de inflexión al principio de la guerra.

A diferencia de los Storm Shadow y los Scalp EG, los ATACMS vuelan alto en el aire antes de descender a velocidades supersónicas. Alcanzan el objetivo tres veces más rápido que los misiles de crucero, de modo que es más útil para atacar todo aquello que está en movimiento. Supone un desafío para las defensas rusas.

Hay cinco variantes del misil: M39, de 165 km de alcance, y los M39A1, M48, M57 y M57E1, todos de 300 km de alcance.

Los ATACMS pueden tener una sola carga explosiva, o bien una ojiva con bombas de racimo. EEUU las usó en la Guerra de Irak. Estas ojivas de racimo pueden atacar objetivos dispersos en una zona más amplia.

Finalmente, la NBC filtró que sí habría ATACMS en Ucrania, si bien será un número pequeño y no serán los de mayor alcance. Probablemente sean los que están cargados con bombas de racimo, munición prohibida por más de un centenar de países. Aún así servirán para reforzar sus avances en el sur, con éxitos como la ruptura de la defensa rusa en Verbove, que tienen como objetivo final recuperar Crimea.

Washington teme que si Ucrania llega a territorio que Rusia considera suyo con estos misiles haya una escalada imparable. De ahí que no se anuncie a bombo y platillo en la Casa Blanca y se pretenda hacer paso a paso. Zelenski se habría comprometido a no lanzarlos en territorio ruso, lo que no incluye Crimea, aunque para el Kremlin lo sea.

"No hay game changers. Todas las armas revolucionarias se diluyen en un esfuerzo de guerra colectiva. Los drones marítimos han negado el uso del espacio marítimo a Rusia. Los sistemas de defensa antiaéreo occidentales han ayudado a proteger el espacio aéreo. Aunque llegue una versión de menos alcance que los 300 km, una de 165 km con una ojiva con bombas de racimo, se pondrán a tiro de los ucranianos más objetivos rusos", señala Jesús Manuel Pérez de Triana, analista militar y creador de OsintSahel.

Un número pequeño

Los militares ucranianos reclaman más de un centenar de misiles de largo alcance. A juicio del teniente general Kirilo Budanov, no habrá un cambio de situación a menos que lleguen unos cientos, lo que es improbable.

Lockheed Martin señala que ha producido unos 4.000 ATACMS. La mayoría se dedica a la exportación. Alrededor de 1.750 unidades están pendientes de entrega a 13 naciones. En el presupuesto de 2023 el Pentágono contempla reemplazar su arsenal, que ha mermado por los envíos a Ucrania. Incluye 1.700 ATACMS, 700 HIMARS y más de 100.000 GMLRS.

Independientemente del alcance, Ucrania se está quedando sin misiles británicos y franceses. Según señala Fabian Hoffmann, un experto de la Universidad de Oslo, en The Economist, Ucrania se quedaría sin misiles de largo alcance entre octubre y enero. Está lanzando una media de 75 al mes.

"Ucrania necesita ATACMS para conseguir capacidades de largo alcance de las que actualmente carecemos. Así podremos alcanzar objetivos que hasta ahora no podemos destruir. Se trata de objetivos sensibles, como las reservas temporales de mando y control, logística o municiones, o algo que se encuentra en la retaguardia profunda u objetos de infraestructura que están mejor protegidos con defensa aérea. También ayudarán a reducir los índices de gasto de misiles Storm Shadow y Scap EG ya suministrados", apunta Tetiana Shevchuk, analista en International Center for Ukrainian Victory.

De esta manera, es relevante el envío por el hecho de que Ucrania precisa misiles de largo alcance para mantener el avance contra la Federación Rusa y prolongarlo lo máximo posible, dado que la ofensiva por tierra sufrirá un parón en el invierno. De hecho, Francia ha dicho que va a tener que parar las entregas porque se está quedando sin reservas.

La insistencia de Ucrania es comprensible. Como ha remarcado Zelenski: "Sin misiles de largo alcance es difícil llevar a cabo una misión ofensiva y también tener éxito en la defensa".