En un hecho insólito para la diplomacia marroquí, el país vecino ha optado por un perfil bajísimo en la Asamblea General de la ONU, el foro anual más destacado de la diplomacia mundial. Ha rebajado su intervención, la última de todos los países que han intervenido, al nivel de embajador. Solo seis países han escogido esta vía en un acontecimiento por el que desfilan jefes de Estado y Gobierno. En el caso español, fue Pedro Sánchez el que protagonizó la intervención.

Rabat ha dejado la responsabilidad en manos del veterano diplomático Omar Hilale, el embajador marroquí ante la ONU desde hace quince años, quien tomó la palabra, siendo el último país en hacerlo en la sesión de este año, tras los otros delegados que optaron por el mismo nivel, informa Efe.

Solo cinco países más -Vanuatu, Canadá, San Marino, Benin y Corea del Norte- optaron por estar representados por sus embajadores, y en el caso de Canadá, ello no ha impedido que su primer ministro, Justin Trudeau, participara la pasada semana en varios eventos paralelos y mantuviera una intensa agenda de contactos.

Es la primera vez en muchos años en que Marruecos opta por una representación tan baja, desperdiciando así la plataforma que supone la Asamblea General para practicar la diplomacia de alto nivel: este año ha habido 137 jefes de Estado o de Gobierno presentes en Nueva York.

El año pasado, fue el jefe de Gobierno marroquí, Aziz Ajanuch, quien representó a su país, y lo mismo sucedió desde al menos 2018, regla que rompió solo en 2021, cuando fue su ministro de Exteriores, Naser Burita, quien tomó la palabra por su país.

Mohamed VI estuvo por última vez en 2014

Por su parte, el rey Mohamed VI -cada vez más reacio a participar en foros internacionales-, estuvo por última vez en la ONU en el año 2014, y no ha regresado desde entonces.

Se desconoce la razón por la que Marruecos haya optado este año por rebajar su representación, máxime cuando es un país que tiene abierto un conflicto territorial por el Sáhara Occidental, que la propia ONU reconoce como "territorio no autónomo", el mayor del mundo en tener un estatuto "pendiente de descolonización".

Al respecto, el embajador Hilale reiteró su postura de que la autonomía del Sáhara "como parte de la integridad territorial del Reino de Marruecos es la única solución a este conflicto regional fabricado".

Solo sobre esa base, dijo que cabe imaginar la posible celebración en el futuro de "mesas redondas" entre las partes en conflicto, pero subrayó que en ellas debe estar Argelia como "la principal parte de este conflicto".