El ex primer ministro Robert Fico, de 59 años, ha ganado las elecciones en Eslovaquia con la promesa de dejar de ayudar militarmente a Ucrania, una crítica clara a las sanciones contra Rusia y una campaña contra los derechos LGTBQ+. El húngaro Viktor Orban ganaría un aliado en la Unión Europea, si finalmente Robert Fico logra formar gobierno, ya que necesitará aliados. En el Kremlin deben de estar celebrándolo.
El partido de Fico, Smer-SSD, cuenta con el 23% de los votos, con más del 98% del escrutinio realizado. En segundo lugar queda Eslovaquia Progresista (PS), de Michal Simecka, con más del 18%, seguido de cerca por Hlas, de Peter Pellegrini, con el 15%
Todo apunta a que será el Hlas-SD de Peter Pellegrini, antiguo aliado de Fico, quien puede ser clave en la formación del nuevo gobierno. Hasta ahora se ha negado a revelar a qué partido apoyaría, pero está más cercano al Smer-SSD. El PS es más liberal socialmente.
Pero es posible que necesiten a otros partidos. Lograron representación en el Parlamento (más del 5%): OĽaNO (9,2 ); los Cristiano Demócratas (7%); y el liberal Libertad y Solidaridad (5,9%). Es decir, su gobierno estará lejos del dominio que tiene el Fidesz de Orban del Parlamento, así que tendrá menos opciones de seguir la senda iliberal.
Si finalmente el gobierno está encabezado por Robert Fico, Eslovaquia se sumaría a Hungría, los dos en la OTAN, en sus reticencias sobre el apoyo a Ucrania. Fico ve la guerra en Ucrania como un conflicto entre EEUU y Rusia, y considera que Putin reaccionó a las provocaciones de Washington. Rechaza la entrada de Ucrania en la OTAN.
Orban y Fico pondrán en peligro la unidad necesaria en un momento crítico en la guerra de agresión rusa contra Ucrania. La contraofensiva ucraniana avanza lentamente pero Kiev necesita más ayuda militar mientras crecen los favorables a que se busque una salida entre los republicanos estadounidenses. Es un daño más simbólico que real, ya que Eslovaquia ocupa el número 19 en los suministradores de material bélico a Ucrania.
El caso del periodista Jan Kuciak
Fico tuvo que dimitir como primer ministro en marzo de 2018 por la indignación ciudadana debido al asesinato del periodista Jan Kuciak y su novia Martina Kusnirova. Un sicario les acribilló en su domicilio. El reportero seguía la pista de las conexiones entre la Ndrngheta calabrea y empresarios afines al partido de Fico, Smer-SSD.
Fico, que llevaba en el poder desde 2012 y ya había estado entre 2006 y 2010, accedió a retirarse si seguía al frene del gobierno el Smer-SSD. Su salida abrupta de poder ha transformado a quien fuera un líder pragmático y campechano en un dirigente escéptico con Occidente que se deja querer por el Kremlin
Peter Pellegrini le sucedió y estuvo en el poder hasta marzo de 2020, cuando perdió las elecciones frente al movimiento conservador OLaNO, de Igor Matovic, con una campaña anticorrupció. Pellegrini fundó un nuevo partido, Hlas-SD. Matovic dimitió en marzo de 2021 por su fracaso en la gestión de la pandemia y le sucedió Eduard Heger, de OLaNO, que apenas duró 20 meses. Así se adelantaron las elecciones medio año.
Desinformación prorrusa
La campaña de Fico ha atizado la preocupación de los eslovacos por la llegada de inmigrantes que pasan por Eslovaquia en su camino a otros países de Europa occidental.
Ha prometido poner fin al envío de suministros militares a Ucrania y defiende que se entablen conversaciones de paz, al igual que Orban, sin incidir en que tendrían que basarse en el plan del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que parte de la retirada de las tropas rusas de todo el territorio ucraniano, incluida Crimea.
En Eslovaquia hay un sentimiento de cercanía hacia Rusia. Las redes sociales han fomentado ese discurso prorruso, según señala The Guardian. La desinformación ha sido intensa: más de la mitad de la población cree que Occidente es responsable de la guerra, según el estudio de un think tank de principios de año. El apoyo a la OTAN ha caído al 58%.
Simecka, la opción europeísta
Frente a Fico se presentaba Michal Simecka, de 39 años, uno de los vicepresidentes del Parlamento Europeo, ex reportero y con estudios en Oxford, quien prometía mantener el apoyo a Ucrania y los vínculos del país con la UE y la OTAN. Defiende políticas ecologistas y los derechos del colectivo LGBTQ+.
La Unión Europea, sin embargo, tiene un arma poderosa para moderar el discurso de Fico: el dinero. El déficit presupuestario de Eslovaquia, de 5,5 milones de habitantes, es el mayor de la zona euro (7%). Su PIB per cápita la sitúa en la parte baja de la clasificación de la zona euro, con países como Letonia y Croacia.
Como apunta Matthew Kartnitschnig en Politico, "Fico promete a sus votantes un giro económico y más gasto social. No será posible sin la ayuda de la UE, incluidos los 6.000 millones de euros de fondos de recuperación que Bruselas ha destinado al país. Si Eslovaquia se apartara de la corriente dominante en materia fiscal, los inversores reaccionarían negativamente y aumentarían sus costes de endeudamiento. Como miembro del euro, los dirigentes del país no pueden recurrir al banco central en busca de alivio".
De este modo, el giro prorruso será más de palabra, y con actos con escasa repercusión, pero es cierto que en este momento cualquier grieta sobre el apoyo a Ucrania es peligrosa y puede agrandarse.
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