Dalia Fishman sigue en shock. Jazmin, su hermana gemela, sus sobrinas y su cuñado siguen desaparecidos. “No sabemos si están secuestrados o desaparecidos”, señala Dalia en conversación con El Independiente. La angustia le carcome desde que a primera hora del sábado milicianos de Hamás irrumpieran en el kibutz Be'eri, cerca de la franja de Gaza. El complejo fue uno de los objetivos de los ataques terroristas. Los servicios de emergencia israelíes han hallado hasta ahora más de un centenar de cadáveres en su interior.

“Estaban en el refugio. Le escribieron a su hijo, que no estaba con ellos y se encontraba en otro lado del kibutz [asentamiento comunal en Israel]. Le dijeron que los terroristas estaban en la casa y que querían entrar en el refugio. Y después mi sobrina llamó a mi sobrino, que escuchó gritos y escuchó ruidos”, relata Dalia, que junto a su hermana emigraron desde Argentina en los años 90 y se establecieron en Israel. “Después se escucharon cosas en árabe y se acabó la comunicación. No sabemos si están secuestrados o asesinados. Todavía no sabemos nada”, desliza. Jazmin, su marido Oron Bira -de nacionalidad portuguesa- y dos de sus hijas siguen en paradero desconocido. También se halla en la misma situación uno de los hermanos de Oron.

Más de un centenar de muertos en el kibutz

El asalto al kibutz Be'eri arrancó alrededor de las 6 de la mañana del sábado, según captaron las cámaras de seguridad en la entrada del recinto. La vigilancia capta a dos hombres armados intentando entrar. Cuando un automóvil se detiene en la carretera, los dos hombres disparan a sus ocupantes y luego entran en el kibutz. Una hora más tarde, al menos ocho hombres armados de Hamás habían logrado acceder al kibutz.

A partir de entonces los vídeos que han circulado por las redes sociales muestran los cuerpos sin vida que dejan a su paso los atacantes. El balance provisional de víctimas supera las 100 personas. Hamás asegura tener más de 130 rehenes, capturados en la serie de ataques firmados el sábado después de que los escuadros de su brazo militar lograran romper fragmentos del muro que rodea Gaza, neutralizar las torres de vigilancia y penetrar en territorio israelí.

Tahir Bira, de 22 años, una de las hijas de Jazmin en paradero desconocido.

“Lo que ha sucedido en el kibutz es una masacre, un auténtico holocausto”, comenta Dalia, que reside en Tel Aviv. “Somos gemelas y tenemos 51 años. Siempre hemos estado muy unidas. Ella tiene, como yo, tres hijos. Nos llevamos muy bien. Somos inseparables. Mi hermana es una persona súper buena que ayuda a todo el mundo. Mi cuñado también. Son personas que siempre pensaba que no todos los árabes son iguales. Ahora después de esta masacre no sé qué va a pasar”, agrega.

Vivían en un kibutz y tenían una buena vida. No les faltaba nada

Dalia cuenta las horas que pasan con angustia. “Todavía no sabemos porque en ese kibutz había lucha y la situación sigue siendo poco clara. Estamos esperando a que nos informen”, replica. Dalia llegó a Israel a principios de la década de 1990. “Vinimos acá con 19 años. Llevamos toda la vida acá”, confirma. “Vivían en un kibutz y tenían una buena vida. No les faltaba nada. Mi hermana trabajaba en la parte de contaduría y mi cuñado trabajaba en la parte de computación en la fábrica. Era una vida perfecta. Sufría cada cierto tiempo misiles pero nunca pensaron en irse de ahí”.

Tras casarse en 1999, Jazmin se estableció en el kibutz atacado este sábado. Be'eri se halla a unos cuatro kilómetros de la franja palestina de Gaza. “Confío en el ejército israelí. El problema será si son prisioneros de esos asesinos”, añade. “Ya no me interesa esta gente [militantes de Hamás y palestinos]. Que hagan lo que quieran. Ellos les votaron. Si quieren, que se rebelen contra esos asesinos de Jamás. Se llevaron a niños, viejos, mujeres, todos civiles. Los sacaron y los torturaron”, concluye.