"Vivimos en el peor de los tiempos". Martin Griffiths, responsable para Asuntos Humanitarios de la ONU, está desolado al ver cómo cada hora que pasa la situación de los ciudadanos de la Franja de Gaza se deteriora. Unos 600.000 gazatíes han dejado sus hogares en el norte de la Franja una vez que las Fuerzas de Defensa de Israel pidieron que desalojaran la zona al norte de Wadi Gaza, que incluye la capital y se han dirigido al sur. La ONU y Estados Unidos están presionando para que Egipto, Israel y Hamás abran un corredor humanitario en el cruce de Rafah por el que entren los cargamentos de alimentos, agua y medicinas y puedan salir los palestinos con doble nacionalidad.
Al paso de Rafah llegan cada vez más familias, cargadas con lo que han podido salvar de sus pertenencias, con la esperanza de que en algún momento logren dejar la Franja. Son los afortunados con doble nacionalidad, porque para los otros será aún más difícil salir de Gaza. Hay unos 500 gazatíes con pasaporte de EEUU. Y un centenar con documentos españoles. Sin embargo, la mayoría de los gazatíes nunca ha salido de los 365 km2 del territorio de la Franja. También es imprescindible que el centenar de camiones con ayuda de Jordania y Turquía pueda pasar a la Franja para paliar la escasez que ya está haciendo estragos.
"Es fundamental que se permita el paso sin demora de la ayuda vital a través del paso fronterizo de Rafah", señala la agencia humanitaria de la ONU en un comunicado. Griffiths viaja a El Cairo este martes. Israel está aplicando un bloqueo total a Gaza en represalia por los ataques de Hamás, que el 7 de octubre lanzó una oleada de cohetes y entró en territorio israelí para matar y secuestrar civiles. Han muerto más de 1.400 israelíes y Hamás tiene 199 rehenes, incluidos ciudadanos de otras nacionalidades.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, estaba convencido de haber logrado la luz verde de Egipto para abrir Rafah y un alto el fuego de Israel y Hamás, pero las dos partes enfrentadas en una guerra que está a punto de pasar a una fase aún más extrema con la invasión por tierra del Ejército israelí de la Franja lo negaron. Varios miembros del gobierno de Netanyahu expresaron su rechazo a que pase la ayuda.
Egipto controla el paso en virtud de un acuerdo de 2007 con Israel, pero los suministros que llegan a Gaza a través de Rafah requieren la aprobación israelí. El Cairo acusa a Israel de no cooperar. El paso se encuentra en el extremo sur de Gaza, en la frontera con la península egipcia del Sinaí, escenario de combates entre el ejército egipcio y militantes yihadistas durante la última década. La situación en el Sinaí ha llevado a Egipto a restringir los movimientos a través del paso fronterizo.
Egipto mantuvo cerrado el paso durante los bombardeos israelíes de Gaza en 2021, 2014 y 2008. Los palestinos acusan a Egipto de reforzar el bloqueo israelí, al cerrar esta vía de salida. Egipto, solidario con la causa palestina, no quiere que su país se convierta en un receptor de desplazados. Serían miles, dada la gravísima situación económica de la Franja, y no solo en momentos tan críticos como el actual.
El presidente de Egipto, Abdelfatah Al Sisi, ha sido muy claro: "Egipto no permitirá que se liquide la cuestión palestina a costa de otras partes. No pondremos en riesgo nuestra seguridad nacional".
24 horas decisivas
La Organización Mundial de la Salud ha señalado que en 24 horas la Franja se quedará sin agua, electricidad y combustible. "Será una auténtica catástrofe", señala la OMS. En la ciudad de Gaza incluso falta el pan.
Tanto los funcionarios de la ONU como de las ONG sobre el terreno insisten en que se agotan los suministros en Gaza, tanto los alimentos como el agua, las medicinas y el combustible. La situación en los hospitales es dramática, y en las morgues no cabe un muerto más. En los bombardeos de Israel han muerto más de 2.800 palestinos, más que en toda la operación del verano de 2014.
Los generadores de los hospitales pueden quedarse sin electricidad por falta de combustible, con el que hacen funcionar los generadores. Muchos de los heridos más graves perecerán. Pero Israel se opone a que pase el combustible por el riesgo a que Hamás se haga con él.
Martin Griffiths ha hablado con los responsables de Egipto e Israel para que hagan lo posible para que llegue la ayuda a Gaza. El funcionario de la ONU ha elogiado la labor de Blinken, también comprometido en que se abra un corredor humanitario. EEUU ha nombrado un diplomático veterano, David Satterfield, como enviado especial para cuestiones humanitarias en Oriente Próximo. A su vez, el presidente, Joe Biden, viaja este miércoles a Israel y Jordania.
Los titubeos de la UE
La Unión Europea se ha visto superada por la situación en Israel con unas muestras de descoordinación preocupantes. Mientras Estados Unidos, gracias al empeño de su secretario de Estado, Antony Blinken, de origen judío, se ha preocupado por la cuestión humanitaria sin desatender su solidaridad con Israel, la UE ha tenido tantas voces que no se sabía a quien atender. Primero el comisario de Ampliación, el húngaro Olivér Várhelyi, anunció que se suspendía la ayuda a la Autoridad Palestina, cuando ni era su competencia ni era cierto. Después el Alto Representante para la Política Exterior Josep Borrell, condenaba la masacre cometida por Hamás pero decía que Israel tenía que respetar el derecho internacional y no bombardear a civiles en Gaza.
Sin embargo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto a la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, se presentaba en Israel para solidarizarse con el gobierno de Israel, sin mencionar los ataques sufridos por los palestinos. El sábado triplicó su ayuda humanitaria a Gaza, justo lo contrario que dio a entender el comisario húngaro.
El domingo acordó un comunicado en el que condenaba "en los términos más fuertes posibles a Hamás y sus ataques brutales e indiscriminados en Israel". Y a la vez destacaba la importancia de la "provisión urgente de ayuda humanitaria" y la necesidad de ayudar a los ciudadanos necesitados en la Franja.
Ha anunciado este lunes que lanzará una operación humanitaria de puente aéreo consistente en "varios vuelos" a Egipto con el objetivo de llevar suministros a las organizaciones humanitarias sobre el terreno en Gaza. Los primeros vuelos tendrán lugar esta semana y llevarán medicinas, kits de higiene y cargamento de Unicef. Este martes el presidente de Consejo Europeo ha convocado una reunión extraordinaria sobre Oriente Próximo.
A las puertas de una guerra que se prevé que dure semanas, ya hay una catástrofe humanitaria en ciernes. Y solo es el principio.
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