Las imágenes son espeluznantes y han provocado una ola de ira anti israelí que parece imparable. Decenas de cadáveres envueltos en sábanas por todas partes en los restos de lo que se creía que era un lugar seguro, el hospital Al Ahli en Gaza, donde se habían refugiado unas 5.000 personas. Hay al menos 500 muertos. Hamás y la Autoridad Nacional Palestina atribuyen el bombardeo a Israel, que está atacando la Franja desde que Hamás cometió la peor matanza de su historia en Israel el 7 de octubre. Sin embargo, el Ejército israelí asegura que ha sido la Yihad Islámica, que lo niega. La ola de indignación recorre el mundo musulmán y el objetivo de la ira es Israel y sus aliados, sobre todo Estados Unidos, pero también Francia y el Reino Unido.

En el hospital de Gaza baptista Al Ahli había miles de personas, ya que pensaban que era un lugar seguro. El ataque a un hospital es considerado "crimen de guerra", según la Convención de Ginebra. El centro sanitario está situado en la zona norte, que Israel ordenó evacuar. La OMS ha registrado al menos 58 agresiones a instalaciones sanitarias.

En un comunicado, el primer ministro israelí responsabiliza a Hamás: "Los que asesinaron a nuestros hijos también asesinan a los suyos". Según el Ejército israelí, se lanzó una andanada de cohetes hacia Israel que pasó por el hospital cuando fue alcanzado.

Hamás, sin embargo, acusa a Israel. En un comunicado, señala: "La horrible masacre llevada a cabo por la ocupación sionista en el hospital Al Ahli de la ciudad de Gaza... es un crimen de genocidio que revela una vez más la fea cara de este enemigo criminal y de su gobierno fascista y terrorista".

El comisario de la ONU para Derechos Humanos, Volker Turk, al igual que el secretario general, Antoniio Guterrees, ha calificado de "horrible" el ataque al hospital. "Los responsables tendrán que rendir cuentas. Los hospitales son sacrosantos", ha dicho Turk. Guterres ha pedido un alto el fuego humanitario.

Las protestas contra Israel y EEUU se extienden cada hora que pasa por Oriente Próximo y más allá. Hizbulá ha convocado este miércoles un "día de la ira sin precedentes" justo cuando llega a Israel el presidente estadounidense, Joe Biden.

La Yihad Islámica Palestina (YIP) ha convocado manifestaciones en las embajadas israelíes de todo el mundo y en las embajadas de los países que apoyan la ocupación israelí de tierras palestinas y la masacre del pueblo palestino.

"Nuestro mensaje a nuestros pueblos árabes e islámicos y a los pueblos libres del mundo: Todo el mundo tiene el deber de participar en manifestaciones masivas, no abandonar las calles y enfrentarse a las embajadas de la ocupación y a los países que la apoyan", ha difundido la YIP en sus redes sociales.

Cientos de personas, que coreaban "muerte a EEUU" y "muerte a Israel" se enfrentaron a las fuerzas de seguridad frente a la embajada de EEUU a las afueras de Beirut. También hubo ataques contra la representación diplomática de Francia en la capital libanesa. EEUU recomienda no viajar al Líbano a sus ciudadanos.

Europa Press

Críticas a Mahmud Abbas

En cuanto se conoció la masacre las calles ardieron en Cisjordania. En Ramala se concentraron manifestantes que clamaban consignas en favor de Hamás y críticas con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad palestinas en las ciudades cisjordanas de Naplús, Tubas y Yenín.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, canceló su asistencia a la cumbre en Amán con el estadounidense Joe Biden. Finalmente, el ministro jordano de Exteriores, Ayman Safadi, anunció que se suspendía la cumbre, ya que ahora solo tenía sentido reunirse para hablar de "parar la guerra". Y parece más lejos que nunca este objetivo. Biden finalmente no viaja a la capital jordana.

En la capital de Jordania, donde se encuentra el secretario de Estado, Antony Blinken, de gira por la región, los manifestantes intentaron asaltar la embajada israelí. Pedían al gobierno la clausura de la delegación diplomática y que se anule el acuerdo de paz con Israel.

En Teherán, los objetivos fueron las embajadas de Francia y el Reino Unido. Varios miles de personas se congregaron también en la plaza de Palestina, en el centro de Teherán, para expresar su indignación por la masacre en Gaza.

Las autoridades iraníes han sido muy beligerantes con Israel, que acusa a Teherán de haber sido clave en la Operación Inundación Al Aqsa, el ataque de Hamás contra Israel en el que fueron asesinadas al menos 1.400 israelíes.

Los bombardeos sobre Gaza han provocado más de 3.000 muertos palestinos. Israel ha advertido a los gazatíes que han de desplazarse hacia el sur de la Franja. Los gazatíes no pueden salir de la Franja y el paso de Rafah, en la frontera con Egipto, sigue cerrado. Falta agua, alimentos y combustible. La situación humanitaria es desesperada.

El ministro de Exteriores de Irán, Hossein Amir Abdollahian ha advertido de que el Eje de la Resistencia, sus aliados en la región, como Hizbulá que bombardea el norte de Israel estos días, estaban dispuestos a actuar. "Los líderes de la resistencia en la región están extremadamente unidos, contemplan todos los escenarios, están preparados y tienen los dedos en el gatillo listos para disparar", dijo el ministro. Tras la última masacre en Gaza, ha ido más allá. "Se acabó el tiempo", ha declarado.

En Libia, cientos de manifestantes de todas las edades, enarbolando banderas palestinas y algunos cubriéndose el rostro con pañuelos palestinos, recorrieron las calles de Trípoli coreando consignas de apoyo a los gazatíes. También se han registrado protestas en Taz, en Yemen, El Cairo, Túnez y en Bagdad. En Rabat se quemaron banderas israelíes.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dicho que el bombardeo en el hospital de Gaza era "el último ejemplo de los ataques israelíes carentes de los valores humanos más básicos", mientras grandes multitudes de manifestantes se congregaban ante la embajada israelí en Ankara y el consulado en Estambul.

Todo apunta a que este tsunami de odio es imparable.