La Franja de Gaza está plagada de trampas. Hamás lleva años preparando el terreno no sólo para sobrevivir como organización, sino también para poder imponerse en una batalla urbana como la que ahora les enfrenta a Israel. Y en ese sentido el mejor arma que tienen es el 'Metro de Gaza', los túneles subterráneos que les sirven para esconderse y lanzar ataques sin ser vistos.
Según el Financial Times se trata de una red de 400 kilómetros que llevan levantando desde 2007, cuando Israel impuso un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo sobre la región. Se cree que en total está compuesta de 1.370 túneles, y cada uno de ellos ha costado una media de tres millones de dólares. Es decir, que en 16 años Hamás habría invertido más de cuatro mil millones de dólares en construirlos. Una cifra que demuestra que para ellos juegan un papel estratégico clave.
Precisamente por eso el gran objetivo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) es destruirlos. Y parece que ya se han puesto en marcha. Según el portal hebreo Walla iniciaron este jueves una maniobra a gran escala para derribarlos o inutilizarlos, empleando un amplio abanico de armas, robots y artefactos explosivos. La operación, conocida como la "Guerra de los Pozos", ha conseguido ya dejar inoperativos cerca de 100 túneles (sin contar aquellos que han sido bombardeados). Pero parece que es solo el principio.
"Vamos a colapsar los pozos y túneles. Se convertirá en un campo de exterminio. Cometieron un error, eligieron un territorio del que es imposible escapar. Morirán en los túneles", aseguró un alto cargo del Ejército israelí al mismo medio. Sin embargo, la operación entraña grandes riesgos. El ex segundo jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el general Yair Golan, ha advertido de que "bajo ninguna circunstancia" los soldados hebreos deben entrar en los túneles. Y ha apuntado que lo más oportuno sería "encontrar las entradas y sellarlas", o en su defecto "lanzar humo que haga salir al enemigo o le perjudique".
Precisamente en ese sentido apunta el diario The Telegraph, que afirma que Israel utilizará por primera las "bombas esponja" en la Franja de Gaza. Se trata de una novedosa arma, que no contiene explosivos pero se puede utilizar para sellar los túneles e inutilizarlos. Las FDI las pusieron a prueba en 2021 en la llamada 'Mini Gaza', la ciudad que construyeron en medio del desierto para entrenar a sus soldados. Pero no han querido hacer ninguna declaración sobre ellas, y jamás las han utilizado en una guerra real.
El peligro de las 'bombas de esponja'
Tal y cómo explica el rotativo británico, las bombas de esponja crean una "repentina explosión de espuma" que se expande rápidamente y luego se endurece. Esto permitiría que los soldados israelíes también pudieran protegerse de las emboscadas de Hamás o atrapar a los milicianos palestinos creando callejones sin salida, si finalmente deciden adentrarse en la red.
Las bombas están envueltas en un recipiente de plástico, y poseen un tabique metálico que separa los dos líquidos que provocan una reacción química cuando se mezclan. Pero la emulsión también puede llegar a ser peligrosa para los propios soldados israelíes. De hecho, algunos ya se han quedado ciegos por manipular mal la mezcla.
Pero el repertorio de las FDI para atacar las red de Hamás es amplio. Tienen sensores -terrestres y aéreos- y radares para localizarlos, así como tecnología térmica y de visión nocturna que les permite ver en el interior de los túneles. También disponen de potentes radios para poder mantener la comunicación en todo momento. Y cuentan con robots y drones no tripulados, que pueden manejar a distancia y que permiten incluso incorporar armas para neutralizar enemigos.
Pero ni siquiera una tecnología tan avanzada como la israelí responde a la perfección bajo tierra, donde las conexiones son mucho peores. Por eso a lo largo de los años el Estado hebreo no ha logrado destruir la red, que los palestinos se han encargado de ir rehabilitando cuando sufría daños. Además, el hecho de que Hamás pueda estar utilizando los túneles para esconder a los rehenes israelíes, como apuntan muchas informaciones, hace que las FDI no puedan actuar con la dureza que les gustaría.
El interior de los túneles
Según The Telegraph la media de profundidad a la que se ubican los túneles está entre los 10 y los 20 metros bajo tierra, y un túnel "estándar" mide unos dos metros de alto y un metro de ancho. Pero pueden variar mucho de uno a otro. El ex general israelí Amir Avivi aseguró, en declaraciones recogidas por el canal de noticias indio Wion, que hay "una ciudad entera debajo de Gaza, a una profundidad de hasta 40 o 50 metros".
En esa enorme red subterránea, que algunos medios apuntan a que comenzó a construirse mucho antes de 2007, hay búnkeres, cuarteles generales y almacenes, pero también lugares donde Hamás coloca sus cohetes para lanzarlos. Muchos están colocados justo debajo de lugares atestados de civiles, y tienen sus entradas y salidas en viviendas comunes, algo que disuade a Israel de atacarlos directamente.
Pero con el paso de los días tanto Hamás como el Ejército israelí han ido publicando más fotos y vídeos de los túneles. Y hemos podido ver que algunos son enormes y sofisticadas infraestructuras militares por donde pueden circular motos y automóviles, y cuentan incluso con redes ferroviarias. De hecho, el acceso a su interior es a veces tan complejo que sólo puede efectuarse realizando rápel.
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