La red de túneles de Hamás es el principal objetivo de Israel. Para aniquilar al grupo terrorista necesita destruir los 1.370 canales subterráneos donde se refugian y almacenan armamento y donde llevan una vida paralela. Las Fuerzas de Defensa de Israel aseguran que en la llamada Guerra de los Pozos han destruido 130 túneles desde que empezaron los combates. Así lo asegura el portavoz militar, Daniel Hagari, en sus redes sociales. Han sido los combatientes y las fuerzas de ingeniería de la 460ª Brigada los que han participado en algunas de estas operaciones.

El portavoz militar explica que en las estancias subterráneas hay conexiones de agua y oxígeno, lo que confirma que están preparadas para permanecer bastante tiempo en ellas. En las imágenes de los videos difundidos por Daniel Hagari se ve ropa y armamento de los terroristas.

A su vez, ha confirmado que Hamás "ha perdido" el control del norte de la Franja, como probaría el hecho de que en los últimos días se hayan ido hacia el sur unos 50.000 gazatíes. En la Franja hay entre 170 y 190 españoles, según fuentes de Exteriores y Defensa, que no ponen fecha a su marcha de la zona de guerra. Por el paso de Rafah en el sur en los últimos días han salido unos cientos de extranjeros, muchos de ellos estadounidenses, y unos 80 enfermos graves.

En los túneles también podrían estar escondidos gran parte de los rehenes que tiene en sus manos Hamás. Una de las secuestradas que fueron liberadas contó que habían estado en una red de subterráneos. Israel afirma que Hamás tiene bajo su poder a 241 rehenes israelíes y de otras veintena de nacionalidades.

Según el portavoz de las Brigadas Al Qassam, Abu Obeida, ha dicho que la prioridad es el intercambio de rehenes por prisioneros palestinos. Israel se niega a este canje. En 2011 aceptó liberar a más de un millar de encarcelados palestinos por el soldado israelí Gilad Shalit. Uno de los excarcelados entonces es Yahya Sinwar, líder de Hamás en Gaza y creador de su Inteligencia. Es uno de los cerebros de la matanza del 7 de octubre.

Este miércoles se ha sabido que el español Iván Illarramendi y su pareja de origen chileno, Lorena Garcovich, fueron asesinados en el ataque de Hamás el 7 de octubre y no fueron secuestrados, como se había dicho hasta ahora. Sus restos, que acaban de ser identificados, están en la morgue de Tel Aviv.

Hamás lleva desde 2007 construyendo su red de túneles, especialmente densa en la ciudad de Gaza, de ahí que se hable del metro de Gaza. Con esta infraestructura se burlaban del bloqueo impuesto por Israel. Habría unos 1.370 túneles y cada uno habría costado unos tres millones de dólares. En la operación contra Hamás de 2014 Israel desmanteló una buena parte pero muchos los han vuelto a reconstruir.

Una de las nuevas armas que ha desarrollado Israel para acabar con estos refugios de su enemigo es la llamada bomba esponja. Se ensayaron en su campo de entrenamientos, la llamada mini Gaza. Provocan una explosión de espuma que se expande y luego se endurece. Hay cierto riesgo en su uso, ya que la emulsión resultante de los líquidos que forman la espuma puede ocasionar ceguera. El Ejército israelí cuenta con más medios para destruir los subterráneos, desde drones a robots, pero la misión es muy compleja.

Una red más allá de lo imaginable

Ni siquiera los mejores conocedores de la Franja de Gaza se habían hecho a la idea de la extensión de la red de túneles. En una entrevista en The Times of Israel, Avi Issacharoff, coguionista de la serie Fauda, asegura que la infraestructura subterránea de Hamás en la Franja es algo que va más allá de lo imaginable. "Es muy denso, un sistema enorme de túneles por los que Hamás transporta a sus terroristas y a rehenes, pero incluso pueden pasar motocicletas y misiles o piezas de artillería", señala Issacharoff.

La táctica de Hamás, según relata Issacharoff, consiste en salir de su escondite, disparar un RPG a un tanque o blindado israelí en las inmediaciones y volver bajo tierra de inmediato para escapar.

Debido a su excelente conocimiento del árabe, durante su servicio militar, este periodista israelí formó parte de la Brigada Duvdevan o Unidad 217, especializada en operaciones encubiertas y contraespionaje, lo que le sirve de inspiración para crear la conocida serie de Netflix. Como periodista, estuvo en la Franja en repetidas ocasiones antes de 2007, cuando tomó el control Hamás.

Después de la matanza del 7 de octubre, en la que Hamás mató a más de 1.400 israelíes, "todos los terroristas huyeron por el subsuelo, bajo las casas de la Ciudad de Gaza. Hamás se esconde bajo un escudo humano". Según Issacharoff, el hospital Shifa, el mayor de la ciudad de Gaza, está al lado del cuartel general de Hamás, que está bajo tierra. Allí almacena Hamás combustible. "Hasta los niños saben en Gaza que el cuartel general del Hamás está bajo el hospital Shifa", sostiene el guionista.

El Ejército israelí ya está combatiendo en el corazón de la ciudad de Gaza, según confirmó el ministro de Defensa, Yoav Gallant, el martes. Después de haber cercado la ciudad por los cuatro flancos, queda por delante la parte más difícil de la operación terrestre: tomar la ciudad, aniquilar a Hamás y acabar con la infraestructura subterránea.

Los gazatíes salen con banderas blancas

Aún siguen en la zona norte de la Franja unas 100.000 personas y antes había más de un millón. En los últimos cuatro días han salido de la zona norte de la Franja unos 50.000 gazatíes. Llevan banderas blancas porque temen ser objetivo de los bombardeos, a pesar de que se abrió un corredor unas horas por una de las principales arterias, la carretera de Saladino, que corre la Franja de norte a sur. Muchos no se atreven a dejar sus hogares porque no tienen a dónde ir y porque tampoco es seguro que en el trayecto o en el sur se libren de un ataque aéreo.

"Llegan a pie, con pocas pertenencias", informan en la ONU. El número de desplazados internos en Gaza supera los 1,5 millones. De ellos, 725.000 se refugian en instalaciones de la ONU.

Muchos desplazados padecen condiciones de hacinamiento. En Jan Yunis, al sur de Gaza, hay unos 22.000 refugiados y solo hay un baño para cada 600 personas, según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Desde que empezó la guerra, hace más de un mes, Israel ha atacado más de 14.000 objetivos de Hamás. La ONU denuncia que los ataques contra centros médicos, como el Hospital Indonesio, continúan. Según el Ministerio de Salud de la Franja, han muerto más de 10.500 gazatíes y los heridos superan los 25.000. También hay cientos de desaparecidos. Cerca de 200 trabajadores sanitarios han perdido la vida en acto de servicio, y al menos 89 empleados de Naciones Unidas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha dicho en una entrevista en Reuters que el número de civiles asesinados en Gaza "indica que hay algo claramente erróneo en la operación militar de Israel".

Tanto el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como los portavoces militares aseguran que haya un alto el fuego hasta que Hamás no libere a todos los rehenes. Sin embargo, cada vez son más las voces de la comunidad internacional que claman por treguas humanitarias. El jefe de la diplomacia de EEUU, Antony Blinken, que acaba de volver de la región, no ha logrado avances. Y Netanyahu incluso sorprendió al asegurar que Israel controlaría la Franja durante un tiempo indeterminado al finalizar la guerra. Washington rechaza esta opción.

Sigue sin estar claro el plan para el día después de una guerra, que todo indica que será larga y muy dura, con muchas más víctimas civiles. En Gaza todo indica que a los que queden les espera un asedio implacable.