Desde el 7 de octubre Emad Ismail Hegazi, hispano-gazatí de 57 años, vive angustiado en Linares, donde ejerce como profesor de matemáticas y química. Por su esposa y tres de sus hijos, todos españoles, que están en Gaza. Por sus hermanos y primos. Por su pueblo. A diario sufren bombardeos después de que Israel declarara la guerra a Hamás.

Ese shabat negro Hamás invadió territorio israelí y mató a 1.200 israelíes, según el último balance, y secuestró a 241 ciudadanos de varias nacionalidades. En la Franja ya han caído bajo los bombardeos israelíes más de 11.000 palestinos, la mayoría niños y mujeres, según el Ministerio de Sanidad, en manos de Hamás. Emad y su hija Nur, desde la ciudad de Gaza, piden al Gobierno de Pedro Sánchez que garantice la salida de los españoles, como ellos. Son unos 190, entre ellos numerosos menores. "No hay españoles en las listas y nos extraña", dice Nur desde la ciudad de Gaza. Finalmente, a partir de este lunes empezarán a salir los primeros españoles desde Rafah, según ha confirmado a El Independiente Salah Awad El Sousi, cónsul español honorífico en Gaza.

"Paso mucha angustia, sobre todo, por el pequeño. Ismail tiene ocho años y es quien peor lo está pasando. Tuvo fiebre hace unos días y solo podían ponerle paños fríos, porque no hay medicamentos. Me pide que vaya a salvarle, así que yo le reclamo al gobierno de Pedro Sánchez que dé garantías a mi familia para salir de Gaza", cuenta Emad Ismail Hegazi.

La familia se dividió cuando estalló la epidemia de coronavirus. La esposa de Emad, Reem, originaria de Gaza se quedo en la principal ciudad de la Franja con sus dos hijas mayores, Huda, periodista, y Nur, estudiante de enfermería, y con el pequeño Ismail. Emad tenía trabajo como profesor en Linares, donde vive con su hijo Ahmed. Regresaron de la Franja el 29 de agosto para incorporarse al nuevo curso y el plan era reunirse todos en España en Navidades.

El problema es cómo salir de la ciudad de Gaza con garantías de seguridad. Si vas por tu cuenta, te juegas la vida"

emad ismail hegazi, profesor hispano-gazatí

Emad vino a España a estudiar en 1985 y cuando terminó la carrera se casó con Reem, que también es de Gaza. "Todos mis hijos nacieron en Linares. Son españoles y hablan español mejor que yo", relata Emad, quien dio los nombres de todos al consulado en Jerusalén. "El problema es cómo salir de la ciudad con seguridad. Si vas por tu cuenta, te juegas la vida, Para ir al sur necesitan unas garantías que ahora no existen", señala.

Hasta el momento solo han salido dos españoles de Gaza: el médico Raúl Incertis, de Médicos sin Fronteras, que pudo cruzar el paso de Rafah el 1 de noviembre, y al día siguiente lo hacía Jesús Sánchez, trabajador de la Oficina del Coordinador especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Paz de Oriente Próximo (UNSCO). Los primeros en dejar la Franja fueron uos 80 heridos de gravedad y luego pudieron pasar unos centenares de ciudadanos de países como Estados Unidos, Austria, Reino Unido, Jordania, Arabia Saudí, Italia y Japón.

La ministra española de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha asegurado que "todo el equipo que está en Egipto, tanto desde el punto de vista de Exteriores como de Defensa, están pendientes de que se autorice la salida de los ciudadanos españoles".

Desde la ciudad de Gaza, Nur Hegazi, hija de Emad, nos confirma que la familia se quedará mientras no haya un dispositivo que les permita desplazarse con garantías. "Lo que pedimos los españoles es que se hagan todos los esfuerzos necesarios para que podamos salir. Hay diferentes países que ya han sacado a sus civiles y se nos hace muy raro que un país como España, con todos los recursos que tiene, todavía no haya podido conseguir nada", afirma Nur.

La joven comenta que un diplomático español se puso en contacto con ellos una semana después de empezar la guerra. Entonces les dijeron que tenían que ir al sur por sus propios medios. "El miedo nos llevó a quedarnos. Hubo gente que se acercó a la frontera pero no han podido salir. ¿Qué hacemos allí? ¿Dónde nos quedamos? Y lo peor: en el camino han bombardeado camiones y ambulancias", añade Nur. "Siempre nos dan esperanzas pero no salen españoles".

El miedo nos llevó a quedarnos. Hubo gente que se acercó a la frontera pero no han podido salir"

NUR HEGAZI

Un antes y un después del 7-O

El sábado 7 de octubre la vida de la familia dio un giro de 180 grados. Dejaron de ir al colegio, a la universidad, o de salir de casa, salvo para cambiar de una residencia a otra. Ese mismo día tuvieron que dejar su edificio porque bombardearon justo enfrente y su vivienda quedó dañada. De ahí fueron a casa de los abuelos, pero tampoco era un emplazamiento seguro.

Hay noches que mi hermano pequeño dice que será la última, que vamos a morir todos"

nur hegazi

"La tercera vez fuimos a casa de mi tío. Estamos unas 40 personas. Hay gente mayor, personas en silla de ruedas y niños, como mi hermano pequeño. Es un niño y se asusta y llora con el ruido de los bombardeos. Hay noches que dice que será la última, que vamos a morir todos. Llora porque quiere estar con su padre, quiere volver a hacer una vida normal, ir al colegio y jugar. Intentamos entretenerlo pero es muy difícil que se abstraiga de todo este horror", cuenta Nur a través de mensajes de audio de WhatsApp. Hay problemas de conexión y es la vía más fácil para comunicarse con la ciudad de Gaza.

Toda las familias gazatíes cuentan con víctimas entre los suyos. Nur nos relata cómo lamentan la pérdida de su primo, el periodista y cineasta Rushdi Sarraj. "El 22 de octubre estaba en su casa a primera hora de la mañana. Empezó el bombardeo en la zona y cayó un misil en la casa donde estaba. A mi primo le cayó una puerta de metal encima. Aún sobrevivió al principio. Pero ninguna ambulancia pudo trasladarle por el bombardeo. La familia le llevó a pie. Primero estuvo en Al Quds, y luego a Al Shifa. Tenía una hija, Dania, que cumplió un año días después de la muerte de su padre", recuerda Nur. 

Emad se pasa el día pendiente del teléfono. Necesita saber cómo están los suyos. La muerte de Rushdi fue una tragedia. El primer día que hablamos estaba preocupado por una cuñada que había perdido su casa. Le estremece hablar con su hijo pequeño porque sabe cuánto le necesita. "Nunca habíamos visto algo como lo que está haciendo ahora Israel. Hace dos años hubo lanzamientos de misiles, pero nunca habíamos visto tanto daño a los civiles", señala el profesor.

No apruebo lo que hizo Hamás, pero Israel no lo puede pagar con la gente en Gaza"

emad ismail hegazi

Según Emad, "Hamás actúa así porque llevamos mucho tiempo viendo cómo mataban a palestinos en Cisjordania y Jerusalén. Y cómo entraban los ultranacionalistas y ocupaban las casas de palestinos. Ha sido una venganza de Hamás. No la comparto. Sabíamos que Israel respondería. Pero lo que estamos viendo va más allá de lo imaginable. No apruebo lo que hizo Hamás, pero Israel no lo puede pagar con la gente en Gaza. Ni los alemanes se portaron así con los judíos. Por eso, digo al gobierno español y a la UE, a la comunidad internacional que paren esta masacre, este genocidio".

Muchos creen, como Emad, que esta guerra lejos de eliminar a Hamás, van a reforzarlos. "Si han eliminado a tu familia, ¿qué vas a hacer? ¿Cómo vas a decirles a los niños de ahora que hay que construir la paz con Israel, con el que está bombardeando su casa? Están sembrando el odio en las nuevas generaciones".