Con la banda sonora de Rocky, Eye of the Tiger como música de fondo, el ultraderechistas Geert Wilders (Venlo, 1963) se ha dirigido a sus partidarios en un café de la costa holandesa feliz con los resultados que vaticinaban los sondeos y se confirmaron después. "Los electores están hartos. Vamos a asegurarnos de que los votantes holandeses vuelvan a ser lo primero", ha destacado a la vez que prometía frenar "el tsunami del asilo". El Partido de la Libertad (PVV), del que es único miembro, ha logrado 37 de los 150 escaños del Parlamento holandés, más del doble de lo que consiguió en 2021.
La alianza laborista-verde del ex comisario Frans Timmermans ha quedado en segundo lugar, con 25 escaños, un gran salto desde los 17 actuales. Dilan Yeşilgöz, sucesora del primer ministro saliente Mark Rutte al frente del partido de centro-derecha VVD, ha logrado 24 escaños, diez menos de los que tenía. El partido Nuevo Contrato Social, del diputado Pieter Omtzigt, tendría 20 escaños.
Wilders, que ha celebrado la victoria envuelto en una bandera de Israel, ha tendido la mano a otros partidos, a los que necesita para ser primer ministro, algo que no tiene asegurado, ya que hasta ahora tanto los liberales como los centristas, y por supuesto la izquierda, le habían descartado. Una vez conocida la victoria del Partido de la Libertad, se han limitado a recordar que le corresponde la iniciativa a Wilders.
Las negociaciones serán incluso más complejas que en 2021 cuando se prolongaron 271 días. Finalmente, renovó como primer ministro el liberal Mark Rutte, quien deja el poder después de 13 años. Rutte tuvo que dimitir en julio por dificultades a la hora de encontrar acuerdos sobre migración, una de las cuestiones clave en la campaña electoral.
"El resto de partidos no nos pueden arrinconar. Entiendo muy bien que los partidos no quieran estar en un gobierno con un partido que quiere medidas inconstitucionales. No vamos a hablar de mezquitas, coranes y escuelas islámicas", ha apuntado Wilders, que ha moderado su islamofobia por cuestiones pragmáticas, no así su política antimigratoria ni su euroescepticismo.
Nunca formaremos una coalición con un partido que excluya a los holandeses... Vamos a defender la democracia"
frans timmermans, líder de la alianza de laboristas y verdes
El socialista Frans Timmermans ha admitido que estaba decepcionado con el resultado. "Nunca formaremos coalición con un partido que excluya a los holandeses... En Países Bajos nunca soltamos a nadie. Ahora es cuando vamos a defender la democracia". La liberal Yeşilgöz, que llegó a los ocho años a Países Bajos desde Turquía, ha reconocido su sorpresa también. "Creo que hay grandes lecciones para los políticos en este asunto. No se escuchó lo suficiente a la gente y no se ofrecieron suficientes soluciones viables. El liderazgo no está ahora con nosotros", ha señalado.
Wilders sabe que su agenda sería imposible con la izquierda pero mantiene que hay posibilidades de encontrar acuerdos con VVD de Yeşilgöz y el Nuevo Contrato Social (NSC), del democristiano Pieter Omtzigt. También se muestra abierto al partido de los campesinos BBB, con siete escaños.
Euroescéptico defensor de un Nexit
Propone Wilders un referéndum sobre la salida de la UE, un Nexit, algo que no tiene apoyo en Países Bajos, uno de los socios fundadores del club comunitario. Aún así, aboga por que su país recupere el control de las fronteras del país para reducir la inmigración, pide que se recorten drásticamente los pagos al presupuesto de la Unión y rechaza cualquier nueva ampliación de la UE. También ha exigido que Holanda deje de enviar armas a Ucrania.
La victoria del líder ultraderechista se une al triunfo de Hermanos de Italia de Giorgia Meloni en Italia, hace algo más de un año. Uno de los primeros en felicitar a Wilders ha sido el primer ministro húngaro, Viktor Orban. "¡Los vientos de cambio han llegado!"
Geert Wilders es el político más amenazado de los Países Bajos por sus feroces críticas al Islam. Equipara el Corán al Mein Kampf de Hitler. En 2020, la Justicia holandesa le condenó por "insultos a un grupo" por su campaña contra los inmigrantes marroquíes.
En 2010, durante la primera legislatura de Rutte, Wilders fue socio en el gobierno, pero dos años después le retiró su apoyo en plena crisis financiera y obligó a convocar nuevas elecciones. Rutte desde entonces le guarda rencor.
Defiende una política de derechas implacable con la inmigración y defensora de la ley y el orden. Apoya que se suprima el IVA en los alimentos, mejorar el poder adquisitivo de los holandeses y mejorar la asistencia sanitaria. Defiende reducir la edad de jubilación y para ello dedicar el dinero dedicado a la lucha contra el cambio climático.
Su victoria, como dice Politico, es la peor de las pesadillas para Bruselas. Las elecciones europeas de junio de 2024 se caldean cada vez más.
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