Los intensos bombardeos israelíes que desde primera hora de este viernes han vuelto a carcomer la geografía de la Franja de Gaza han dejado al menos 200 muertos y 589 heridos, según datos del ministerio de Sanidad de Gaza. Un balance sangriento para la primera jornada desde el fin de una tregua que durante una semana abrió la puerta a la liberación de decenas de rehenes israelíes y extranjeros y trajo una precaria calma que alivió ligeramente las necesidades humanitarias.
"El infierno en la Tierra ha vuelto a Gaza", reconoció amargamente Jens Laerke, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU en Ginebra. El cielo gazatí volvió a reconciliarse este viernes con el ruido y los destellos de los ataques aéreos que desde el ataque de Hamás del 7 de octubre se han cobrado 15.000 vidas, más de 6.000 de ellas menores de edad. Los últimos hospitales en funcionamiento de la Franja recuperaron las imágenes de los heridos y cadáveres llegando a sus instalaciones.
La aviación israelí bombardeó norte, centro y sur de Gaza después de que fracasaran los intentos qataríes de extender la tregua, tras las cuatro jornadas iniciales y dos adicionales. El ejército dijo haber atacado hasta 200 "objetivos terroristas". "Los resultados son impresionantes. Hamás sólo entiende de fuerza y por eso seguiremos actuando hasta conseguir los objetivos de la guerra", manifestó el ministro de Defensa Yoav Gallant.
Hamás volvió a lanzar cohete sobre el sur de Israel y las sirenas resonaron de nuevo en sus calles. Israelíes y el movimiento islamista palestino se cruzaron acusaciones de haber malogrado las conversaciones para ampliar el cese de hostilidades. Fuentes israelíes alegaron que Hamás “se había negado a liberar a 10 mujeres israelíes y, en cambio, ofreció empezar a discutir la liberación de varones de edad más avanzada”.
Un funcionario palestino citado por Reuters dijo que la ruptura se produjo por las soldados israelíes. "Llegó a su fin por culpa de Hamás. Hamás incumplió los compromisos que había contraído", aseguró el secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken tras concluir su viaje por la región. Doha ya había advertido previamente que la prolongación dependía de la capacidad de Hamás para localizar a más rehenes. La llegada de ayuda humanitaria también cesó este viernes.
110 rehenes y 240 presos liberados
Hasta ahora Hamás ha liberado a 110 rehenes: 78 rehenes israelíes y con doble nacionalidad en virtud del acuerdo de la última; tres israelíes-rusos en un pacto con Rusia; y 24 extranjeros -23 tailandeses y un filipino- al margen de la tregua. Antes del acuerdo, fueron liberados al menos cinco rehenes: cuatro por Hamás y uno rescatado en una operación israelí. Hasta el jueves, Israel había liberado a 240 presos palestinos, todos ellos mujeres o adolescentes.
El portavoz del gobierno israelí, Eylon Levy, declaró este viernes que 137 rehenes permanecen en Gaza. De ellos, 126 son israelíes o tienen doble nacionalidad y 11 son extranjeros. La mayoría de los rehenes, 117, son hombres. Se calcula que hay unas 20 rehenes mujeres en el grupo. 10 rehenes tienen más de 75 años, entre ellos, maridos de ancianas que han sido liberadas. Menos de 10 estadounidenses permanecen cautivos en Gaza, según John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Entre los 11 extranjeros restantes figuran ocho ciudadanos tailandeses, un nepalí, un tanzano y un franco-mexicano, según Levy.
Evacuación y hacinamiento en el sur
Las organizaciones que mantienen su asistencia en Gaza denunciaron este viernes la reanudación de las operaciones militares. El ejército israelí ordenó a primera hora la evacuación de la zona de Jan Younis y algunas áreas del centro de Gaza y e instó sus residentes a buscar refugio más al sur, cerca del paso fronterizo egipcio de Rafah. Una de ellas, Médicos Sin Fronteras, pidió un alto el fuego duradero. "Basta ya de bombardeos indiscriminados y de violencia. Exigimos un alto al fuego permanente y continuado", exigió el grupo.
La Franja de Gaza es una de las zonas más densamente pobladas del mundo, con más de 2 millones de personas viviendo en un área de apenas 365 kilómetros cuadrados. "El desplazamiento forzoso de casi toda la población de Gaza a un espacio más pequeño y delimitado en el sur, ha hecho que la densidad haya alcanzado cotas totalmente insostenibles", avisan desde Médicos Sin Fronteras. Con la Franja desconectada de la energía eléctrica por las Fuerzas israelíes y con las reservas de combustible agotadas, todos los servicios esenciales, como los de salud, se han ido viendo obligados a cerrar. "El asedio total impuesto por el Gobierno israelí ha privado a toda la población de Gaza de suministros esenciales como alimentos, agua, refugio y ha cortado de manera intermitente las comunicaciones", explican.
Los hospitales están completamente saturados
"El sistema de salud no tiene la capacidad para hacer frente a la situación actual", clamó Marie-Aure Perreaut, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras en Gaza. "Los hospitales están completamente saturados desde hace semanas por la afluencia de heridos", agregó. En el sur de Gaza, según la ONU, solo operan ya 8 de los 11 centros sanitarios. En ellos, el personal médico se enfrenta a la falta de suministros y medicamentos. La falta de espacio también es problemática porque, al igual que sucedió en el norte, los hospitales del sur se han convertido en refugio para miles de desplazados. El personal médico que trabaja en ellos está agotado, tanto física como mentalmente.
"Los medicamentos y suministros médicos son totalmente insuficientes en comparación con las necesidades, lo que a menudo obliga a los médicos a realizar amputaciones u otros procedimientos, normalmente bajo sedación, sin un tratamiento adecuado del dolor. Las necesidades son enormes: la gente no tiene suficientes alimentos, ni agua, ni gas para cocinar, ni combustible, ni artículos para protegerse del frío (mantas, ropa de abrigo para los niños, etc.). Tampoco disponen de material de limpieza, por lo que la higiene en los refugios de desplazados internos es totalmente inexistente", detallan desde la organización.
Una situación extrema que vuelve a agravar la reanudación de los combates en Gaza, censurada por las organizaciones de derechos humanos. "Sin un alto el fuego, el espeluznante número de víctimas mortales se disparará y la población civil de Gaza se verá obligada una vez más a soportar los horrores inimaginables de las últimas semanas sin un lugar seguro al que ir, sin refugio y sin ayuda humanitaria. Los rehenes aún retenidos por Hamás y otros grupos armados en Gaza corren aún más peligro. La población civil de Israel también está expuesta a sufrir daños como consecuencia del lanzamiento indiscriminado de cohetes desde Gaza. Esto debe terminar", pidió Amnistía Internacional con los peores augurios.
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