"El infierno ha vuelto a Gaza", reconoció con amargura el viernes un funcionario de la ONU cuando los ataques aéreos volvieron a agujerear la Franja de Gaza, tras siete días de tregua. Los intensos bombardeos que la aviación israelí ha firmado desde el 7 de octubre, en represalia por las acometidas de Hamás en el sur de Israel que se cobraron 1.200 vidas, han provocado una catástrofe humanitaria: más de 15.000 personas han muerto, entre ellas más de 6.000 niños; más de 40.000 han resultado heridos; y hay hasta 6.000 desaparecidos bajo los escombros.
También ha causado el desplazamiento forzoso de 1,8 millones de habitantes. La Franja de Gaza es una de las zonas más densamente pobladas del mundo, con más de 2 millones de personas viviendo en un área de apenas 365 kilómetros cuadrados que, además, ha sido sometido a un feroz bloqueo desde que hace 16 años Hamás llegara al poder tras su victoria en las elecciones, las últimas celebradas. Un territorio del que no se puede escapar porque tanto Israel como Egipto, los dos países limítrofes, mantienen cerradas las fronteras.
Más de la mitad de las viviendas de Gaza, destruidas
Los civiles no son los únicos damnificados de la operación militar israelí, que promete "eliminar Hamás" ante los recelos de la comunidad internacional y los analistas de que tal objetivo pueda materializarse con un movimiento enraizado en el tejido político palestino. El plomo ha sembrado la destrucción en la Franja, escenario de sucesivas ofensivas militares israelíes en las últimas décadas. Según los últimos datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el gobierno palestino, los ataques israelíes han causado la destrucción o daños en más de la mitad de las viviendas de Gaza.
Se necesitaron cuatro años de guerra en Siria para una destrucción similar a la provocada por Israel en cuestión de semanas
Según un cálculo sencillo, se necesitaron cuatro años de conflicto en Siria para destruir una proporción comparable de lo que Israel ha borrado del mapa en cuestión de semanas. Las imágenes por satélite y las grabaciones de drones exhiben un paisaje lunar donde antes hubo calles y distritos bulliciosos.
En total, unas 278.000 unidades residenciales han sido destruidas o dañadas; 311 centros educativos han sufrido daños; 26 de los 35 hospitales no funcionan; 87 ambulancias y 167 lugares de culto han resultado dañados. Obligados a desplazarse hacia el sur, los gazatíes son ahora víctimas de refugios precarios, la propagación de enfermedades y el hambre.
Un estudio publicado esta semana por la cadena británica BBC en base a imágenes satelitales confirman lo que muestran las instantáneas de drones y vídeos llegados desde Gaza: edificios y barrios enteros han sido reducidos a escombros tras los ataques aéreos israelíes y los combates sobre el terreno. Las estimaciones económicas de lo que necesitará la reconstrucción son imposibles de calcular mientras se mantiene la enésima espiral de destrucción en Gaza.
El norte de Gaza, epicentro de los bombardeos
La destrucción resulta especialmente seria en el norte de Gaza, incluida la ciudad de Gaza, lo que Israel ha calificado del "centro de gravedad de Hamás". El mapa que acompaña estas líneas rubrica, con las zonas más afectadas por los bombardeos, ese hecho. Los bombardeos se han cebado con el callejero de la zona norte de la Franja, incluidos campos de refugiados como el de Nuseirat, en el centro de Gaza, que servía de residencia para 85.000 personas, según la ONU.
Desde el satélite, tal y como captan las imágenes difundidas por empresas como Maxar, se percibe el cambio que ha provocado la campaña de ataques aéreos en las últimas siete semanas, con zonas residenciales convertidas ahora en bases del ejército israelí.
Destrucción de lugares históricos
Los ataques aéreos han destruido más de un centenar de monumentos culturales y lugares históricos, según un informe preliminar de la ONG Heritage for Peace publicado a principios de este mes. Según el documento, se han destruido lugares históricos religiosos, museos y yacimientos arqueológicos. Gaza ha sido un centro cultural para todas las civilizaciones que han conquistado la región, desde Egipto a principios del siglo XV a.C., pasando por los griegos bajo Alejandro Magno, hasta los imperios romano y bizantino.
Las declaraciones de los diplomáticos de la ONU que han logrado acceder a Gaza son una sucesión de gritos de desolación. El jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Martin Griffiths, describió la situación en Gaza como "la peor de todas" que ha presenciado en su larga carrera como funcionario humanitario. Uno de sus últimos destinos fue Yemen, un país arrasado por una guerra civil y enfermedades como el cólera. "Nadie va a la escuela en Gaza, nadie sabe cuál es su futuro. Los hospitales se han convertido en lugares de guerra, no de curación. No, no creo haber visto nada igual antes", confesó.
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