Camino del segundo aniversario de la guerra rusa contra Ucrania, el 24 de febrero de 2024, son varios los frentes abiertos: el bélico, el diplomático y el mediático. Sobre el terreno la situación está estancada. La ayuda internacional es más necesaria que nunca para que Ucrania resulte victoriosa en un conflicto que se ha alejado de los focos mediáticos, más pendientes ahora de la inestabilidad en Oriente Próximo. En Ucrania la mayoría de su población sigue convencida de que la única salida es la victoria frente a Rusia, y que no solo es vital para su país sino también para toda Europa. Las elecciones en Rusia, en los Veintisiete para elegir el Parlamento Europeo y, especialmente, en Estados Unidos serán cruciales en un 2024 que puede ser decisivo.
La mejor descripción de cómo está el balance de fuerzas después de que Ucrania lanzara su contraofensiva en junio de 2023 es obra de Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las tropas ucranianas, quien ha dicho en una entrevista en The Economist: "Como ocurrió en la Primera Guerra Mundial hemos alcanzado un nivel de tecnología que nos coloca en punto muerto. Lo más probable es que no haya avances cruciales". En su contraofensiva, Ucrania apenas ha logrado retomar 17 kilómetros, debido a que Rusia reforzó sus defensas y a que cuenta con carne de cañón suficiente: ha perdido 150.000 efectivos. "Eso habría parado la guerra en cualquier otro país", añade Zaluzhny.
Las palabras del comandante en jefe ucraniano no gustaron al presidente Volodimir Zelenski, que cree que la controfensiva que se inició en verano despertó demasiadas expectativas, lo que luego ha trasladado sensación de fracaso. De hecho, hay rumores sobre la inminente salida de Zaluzhny. En la última rueda de prensa multitudinaria este mes de diciembre, Zelenski reconocía que estudiaban reclutar medio millón más de soldados, e insistió en que la ayuda occidental es y será vital para el resultado en Ucrania. No renuncia a recuperar toda la soberanía territorial de Ucrania, incluida Crimea.
Si el mundo se cansa, simplemente nos dejará morir"
olena zelenska, primera dama de ucraia
Lo dejó claro la primera dama en una entrevista reciente en la BBC: "Si el mundo se cansa, simplemente nos dejará morir". En breve pueden empezar a recibir F-16. Ahora se acerca la fase más complicada por las bajas temperaturas del invierno y Rusia aprovechará para atacar infraestructuras y poner a Ucrania a la defensiva.
La victoria más simbólica de Rusia en 2023, la toma de Bajmut, una localidad de apenas 40 kilómetros cuadrados, solo fue posible tras diez meses de lucha encarnizada. Fue posible gracias a los mercenarios de Wagner, comandados por el oligarca Yevgueni Prigozhin. Gran parte de las operaciones las llevó a cabo este peculiar ejército en el que habían sido reclutados presos que combatían a cambio de su liberación, junto a experimentados combatientes de fuerzas especiales.
Este triunfo llevó al llamado cocinero del Kremlin, enemistado con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, a creerse invulnerable y a desafiar a Putin con una marcha hacia Moscú a mediados de junio. Cuando faltaban pocos kilómetros para llegar a la capital, Prigozhin ordenó a sus hombres que dieran media vuelta. La imagen de Putin como líder invencible y respetado por los suyos se había resentido. Con ese fin Ucrania también ha recurrido a atacar con drones dentro del territorio ruso, incluso en Moscú, para lanzar una señal de inseguridad a los ciudadanos que ven lejos la guerra.
Si hay algo que no perdona el presidente ruso es "la traición", como confesaba él mismo en Putin, el documental del periodista Andréi Kondrashov. Aparentemente, Prigozhin había sido perdonado por el zar, que le permitió establecerse en Bielorrusia con una pequeña parte de su ejército. Sin embargo, el 23 de agosto Prigozhin y el número dos de Wagner, Dmitry Utkin, murieron en un accidente aéreo cuando se desplazaban de Moscú a San Petersburgo. El Kremlin mantiene que el avión estalló porque alguien del pasaje hizo explotar una granada de mano.
Putin va ganando tiempo
La desaparición de Prigozhin libró a Putin de un problema interno. Para el líder ruso la guerra, que concibió con una incursión rápida porque infravaloró la resistencia de los ucranianos, la férrea voluntad del presidente, Volodimir Zelenski, y el apoyo internacional, se ha convertido en una batalla contra el tiempo.
En la rueda de prensa anual, que el año pasado se canceló, Putin se mostró firme: "La operación especial tiene los mismos objetivos: desnazificar y desmilitarizar Ucrania". Ni rastro de cesiones, ni de retirada. Y con las presidenciales en marzo, a las que se presenta como candidato para seguir en el poder hasta 2020, es previsible que prepare una extraordinaria muestra de fuerza.
Rusia ha resistido las sanciones mejor de lo esperado, gracias a que China y los BRICs no se han sumado a la política defendida por EEUU y la UE. También cuenta con los proscritos, Irán y Corea del Norte, como suministradores de armamento.
Pero el objetivo de Putin es resquebrajar la unidad europea y frenar la asistencia de Estados Unidos. Mientras tanto, y a pesar de las bravatas en su comparecencia de prensas, lanza insinuaciones sobre su disponibilidad a negociar una salida que le permitiese aparecer como vencedor, según ha publicado The New York Times. El Kremlin detecta que hay arenas movedizas en EEUU y en la Unión Europea y quiere aprovechar el momento.
Las elecciones presidenciales en EEUU serán clave con Donald Trump como favorito en los sondeos. De ahí que el presidente Zelenski haya remarcado que su prioridad es "garantizar que el país mantiene suficiente apoyo internacional para 2024".
Desde EEUU la Administración Biden quiere mantener sus compromisos, pero se ha encontrado obstáculos por el bloqueo legislativo del Partido Republicano. Cada vez más republicanos se quejan de que Ucrania ha gozado hasta ahora de un costoso "cheque en blanco" del gobierno de EEUU a lo que se suma que ahora EEUU se siente comprometido en la ayuda a Israel en su guerra contra Hamás.
Es solo un anticipo de lo que vendrá en un difícil año electoral marcado por la sombra de Trump, el candidato favorito de Vladimir Putin. Si a finales del año próximo Ucrania no ha logrado la retirada de Rusia de sus territorios y Trump vuelve a la Casa Blanca, los ucranianos se quedarán sin su más firme aliado.
En la Unión Europea, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, pretende vincular en un referéndum la ayuda a Kiev con los fondos europeos pendientes de percibir. Es una señal. En la última cumbre del Consejo Europeo permitió que empezaran las negociaciones de adhesión de Ucrania pero bloqueó los fondos de ayuda.
Las guerras no se deciden por cuestiones tácticas sino por las capacidades industriales"
radek sikorski, ministro polaco de exteriores
La esperanza es el nuevo gobierno polaco, firmemente partidario de ayudar a Kiev. Son quienes más claro tienen que Putin no se detendrá en Ucrania si ve que le va bien. El nuevo ministro polaco de Exteriores, Radek Sikorski, ha recordado que "las guerras no se deciden por cuestiones tácticas sino por las capacidades industriales". Alude a cómo la UE debería volcarse aún más porque Rusia, 20 veces más pobre, está poniendo gran parte de su presupuesto al servicio de la guerra. Lo más probable es que el apoyo a partir de 2024 se canalice sobre todo por vía nacional más que europea.
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Recientemente, Zelenski ha explicado al presidente de la cadena Fox, Lachlan Murdoch, su plan de paz y lo que precisa para conseguirlo con el fin de ganarse el respaldo de la audiencia de Fox, la mayoría votante de Trump. Es la batalla de los medios y de la opinión pública.
Zelenski ha demostrado ser un maestro a la hora de defender los intereses de Ucrania ante los líderes internacionales, aunque el Sur Global se resiste y se desmarca de Occidente. El líder ucraniano aprovecha toda ocasión para demandar defensas antiaéreas para proteger las ciudades y pueblos ucranianos, misiles de largo alcance, carros de combate como los Leopard y Abrams, que finalmente logró, o aviones como los F-16.
En la cumbre de la Comunidad Política Europea del 5 de octubre en Granada fue la estrella. Allí insistió en que Ucrania está luchando contra Rusia por los valores europeos y que merece un puesto en la Unión Europea. Ya es país candidato y está realizando esfuerzos en la lucha contra la corrupción, la peor de sus lacras durante años. Zelenski ha sido implacable y por sospechas de prácticas corruptas han caído incluso varios cargos de Defensa. Las conversaciones sobre la adhesión empezarán en 2024 aunque llevará años concluir el proceso. Será un aliciente para la Ucrania de la posguerra. De cómo termine esta guerra dependerá el futuro de la Unión Europea.
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