La escalada del conflicto palestino-israelí ha puesto en el radar al grupo rebelde chií de los hutíes. Uno de los principales exponentes del Eje de Resistencia que patrocina Irán, los hutíes controlan desde 2014 importantes partes de Yemen, incluida la capital Saná. Sus ataques contra buques que se adentran en el mar Rojo, en represalia por la ofensiva israelí en la Franja de Gaza, ponen en jaque una ruta vital del comercio mundial.
El nuevo capítulo de una contienda que amenaza con seguir extendiendo las hogueras en Oriente Próximo arroja luz sobre la guerra civil yemení, un conflicto olvidado que en la última década ha dejado cientos de miles de muertos y ha convertido al país en territorio de hambruna y enfermedades como el cólera o la difteria. Los hutíes han sobrevivido a todas las calamidades consolidando su poder frente a potencias regionales como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos. Y se enfrentan ahora a los bombardeos de una coalición liderada por Estados Unidos y Reino Unido.
El control hutí de Yemen
Los hutíes o Ansar Alá (“Los partisanos de Alá”, la denominación oficial del grupo) es un movimiento islamista chií nacido en la década de 1990 que desde 2014 controla amplias zonas de Yemen. Están adscritos al zaidismo, una rama del islam chií que venera a Zaido ben Ali, el bisnieto del imam Ali que se levantó contra los omeyas en el 740 -cuando su capital aún residía en Damasco, años antes de que su último superviviente escapara hacia Córdoba- y pagó su osadía con el martirio.
Desde noviembre los hutíes han lanzado una veintena de ataques contra buques que inician su tránsito por el mar Rojo, camino del Canal de Suez. Aseguran que sus ataques están dirigidos contra buques comerciales y militares con posibles vínculos israelíes con el propósito de que Israel ponga fin a su guerra contra Gaza. El 18 de noviembre el grupo se apoderó de un carguero llamado Galaxy Leader, convertido desde entonces en una atracción turística para los yemeníes.
Yemen, la nación más pobre de la península Arábiga, lleva más de una década instalada en una guerra civil. El gobierno oficial de Yemen tiene su sede en la sureña Adén y está dirigido por el presidente Rashad al Alimi. La contienda ha sumido al país en lo que Naciones Unidas califica como "la peor crisis humanitaria del mundo".
Una ruta vital del comercio mundial
Los ataques hutíes contra buques comerciales que transitan el mar Rojo y el golfo de Adén ha obligado a las principales navieras del mundo a desviar buques, evitando la ruta que pasa por el Canal de Suez de Egipto en el norte para enlazar el Mediterráneo. Una ruta por la que transita casi el 15% del comercio marítimo global, incluyendo el 8% del comercio mundial de cereales, el 12% del comercio de petróleo y el 8% del comercio mundial de gas natural licuado.
La opción segura ahora es rodear el continente africano por el cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), lo que añade tiempo -hasta 14 días extra- y costes al armador. La autoridad del Canal de Suez, una de las principales fuentes de ingresos en divisa extranjera de Egipto, admite que en las primeras jornadas de este 2024 las ganancias se han desplomado un 40% y el tráfico ha descendido un 30%.
Despliegue de la coalición liderada por Estados Unidos
Estados Unidos lidera una coalición forjada en diciembre de 2023 y que, bajo la denominación de "Operación Guardián de la Prosperidad", persigue disuadir a los hutíes y detener sus ataques que ponen en jaque el comercio global. Reino Unido también está implicado en los bombardeos. Participan en la alianza Países Bajos, Australia, Canadá y Bahréin proporcionado apoyo logístico o de inteligencia. España, anunciada inicialmente como parte integrante de la coalición, se desmarcó finalmente.
Los principales ataques de la coalición procedían de aviones estadounidenses. Estados Unidos cuenta un portaaviones en el mar Rojo, así como bases aéreas en la región. Los buques de guerra de la marina dispararon misiles de crucero de ataque terrestre Tomahawk, guiados por GPS, según el ejército estadounidense. Entretanto, Reino Unido ha enviado cuatro cazas Typhoons desde Chipre, portando bombas guiadas Paveway IV. Aunque la Marina británica dispone de dos buques de guerra en el mar Rojo, ninguno de ellos puede disparar misiles de ataque a tierra.
El arsenal balístico de los hutíes
Los hutíes están empleando una amplia gama de armas y tácticas para intensificar su jaque a la seguridad marítima global, con el foco puesto en los buques israelíes que intentan pasar por el estrecho y amenazando a los buques de guerra estadounidenses desplegados para protegerlos.
Desde 2015 los hutíes han acumulado importantes capacidades balísticas, en su mayoría proporcionadas por Irán. En algunos casos, han recibido sistemas o kits de armas completos para ser ensamblados en Yemen; en otros casos, Irán ha proporcionado conocimientos tecnológicos y equipos para modificar las armas existentes de los hutíes o producir localmente diseños iraníes utilizando componentes y ensamblajes de contrabando. En 2022 los hutíes también afirmaron tener un misil balístico antibuque llamado Tankil con un alcance cercano a los 500 kilómetros, muy parecido al misil Raad-500 de Irán. Disponen, además, de drones y lanchas kamikaze sin tripulación.
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