El Observatorio Ecuatoriano de Seguridad Nacional surge justo después de la primera masacre carcelaria en Ecuador, que tuvo lugar en febrero de 2019. Pedro Manosalvas (Quito, 1994) se dio cuenta de que hacía falta forjar una comunidad de seguridad que diera relevancia a la implicación de la sociedad civil en la lucha contra el crimen organizado. Manosalvas se volcó en el Observatorio al regreso de una etapa de estudios de dos años en España. Desde hace tres años Ecuador vive un infierno: se ha convertido en el país más inseguro de la región, con 44 homicidios violentos cada 100.000 habitantes. Las cárceles son territorio sin ley donde mandan las bandas.
Apenas 11 días antes de las pasadas elecciones en Ecuador, que se celebraron el 20 de agosto, asesinaron al candidato a la Presidencia Fernando Villavicencio, a quien llamaban Don Villa, conocido por encararse con las principales bandas criminales y por su lucha contra la corrupción. El entonces presidente Guillermo Lasso recurrió al estado de excepción y así se celebraron los comicios. Ganó el joven Daniel Noboa, hijo de uno de los hombres más ricos de de Ecuador. Noboa había prometido mano dura contra las bandas criminales.
Ecuador enfiló 2024 con la fuga de Adolfo Macías, alias Fito, líder de Los Choneros, banda relacionada con el cartel mexicano de Sinaloa, a lo que siguió una oleada de violencia que derivó en diez muertos. Fito cumplía 36 años de cárcel por asesinato, narcotráfico y otros delitos. Aún así en la cárcel había organizado un concierto con grupos mexicanos y colombianos, ya que, como dice el último informe de Insight Crime, Ecuador es un país de "mafias carcelarias". El presidente Noboa aprobó entonces el decreto 111 que reconoce la existencia de un conflicto armado interno.
Esta semana pasada la víctima ha sido el fiscal César Suárez, que recibió 20 balazos cuando conducía su coche en el norte de Guayaquil. Tenía fama de incorruptible. Estaba investigando quiénes estaban detrás del reciente asalto a un canal de televisión, atribuido a Los Tiguerones. Pero el fiscal también había llevado casos sobre la corrupción de la judicatura. Manosalvas explica en esta entrevista con El Independiente que "las bandas en Ecuador están imponiendo su ley: desde el narco a la minería ilegal, y sus redes llegan a España".
Pregunta.- Como diría Mario Vargas Llosa, ¿en qué momento se jodió Ecuador?
Respuesta.- El tema se ha politizado mucho y no es bueno que se politice. Hay gente que culpa principalmente al Gobierno de Rafael Correa y, si bien es cierto que tuvo muchas fallas en seguridad, como utilizar el sistema de inteligencia como una policía política, no creo que pueda decirse que Ecuador se jodió ahí. Creo que este problema nace por allá en los años 80 con la Alcaldía de Guayaquil de Jaime Nebot. ¿Por qué? Porque hizo un plan de ordenamiento territorial que dejó fuera a distritos que hoy por hoy son los más violentos, como Nueva Prosperina. Deliberadamente el Partido Social Cristiano de Nebot dejó fuera de planes sociales. De este modo, a ellos no llega el abastecimiento de servicios básicos. En un territorio llamado Durán, por ejemplo, son los grupos de violencia organizada los que se benefician de contratos de las administraciones públicas, independientemente de partido. Las instituciones públicas allí están tomadas por la delincuencia organizada. Ha sido una sucesión de eventos desafortunados: el mal ordenamiento territorial en los años 80, el debilitamiento del sistema de inteligencia con el gobierno de Rafael Correa y con Lenín Moreno se eliminaron ministerios y secretarías y los fondos públicos destinados a seguridad se redujeron y el sistema de seguridad se debilitó. Con Guillermo Lasso vimos la catástrofe de una política totalmente ciega. Su gobierno no supo entender el problema y la situación se les fue de las manos. Ahora Noboa lleva poco tiempo. Veo que existe una respuesta contundente que los ecuatorianos buscaban hace tiempo. Ecuador tiene una tradición larga de demandar mano dura, al estilo Bukele, porque muchos no recuerdan cómo fueron nuestras dictaduras pasadas.
P.- ¿Crees que es la orientación correcta? Lo cierto es que El Salvador y Ecuador representan realidades diversas.
R.- No, en absoluto. En El Salvador son seis millones de personas con un área geográfica muy pequeña. En Ecuador somos 17 millones con un área geográfica muy grande. Tenemos una región amazónica bastante densa, también la región andina, y luego las costas con los apetecibles puertos ecuatorianos. Por un lado, el gobierno acierta porque hace falta control territorial. Ya no es tiempo de medidas de prevención. En esos territorios históricamente abandonados por el Estado hay que recuperar el control. El decreto ejecutivo 111 del 10 de enero busca esto. Primero, con acciones contundentes para bajar los índices de violencia criminal.
"Los grupos de delincuencia organizada lograron generar en 2023 entre 1.000 y 1.200 millones de dólares de la actividad minera, mientras que el Estado generó apenas 800 millones"
Por otro lado, es un error conceptual narcotizar a la delincuencia organizada. No se financia solo de la cocaína. Es una de sus mayores fuentes de ingreso, pero también la minería ilegal es muy lucrativa. Hace poco salió un informe en el que se dice que los grupos de delincuencia organizada lograron generar en 2023 entre 1.000 y 1.200 millones de dólares de la actividad minera, mientras que el Estado generó 800 millones. Es asombroso. También se dedican al tráfico de personas, de madera, pesca ilegal, ciberdelitos, lavado de activos.. A ello se suma la práctica de la extorsión, lo que aquí se llaman las vacunas. Los grupos de delincuencia organizadas exigen dinero a cambio de seguridad. Les protegen del peligro que ellos mismos suponen. Y la extorsión está ligada al tráfico de armas, armas que vienen de Perú. Son de fabricación estadounidense, aunque también circulan las Taurus brasileñas. Todo este conglomerado de delitos nutren a los grupos de delincuencia organizada, no solo el narcotráfico. Es otra de las ideas que yo trato de posicionar: que se ha narcotizado a los grupos de delincuencia organizada y solo se habla de una parte. Es todo un conglomerado de delitos que van más allá del narco.
P.- Pero diría que Ecuador va camino de ser un narcoestado.
R.- Ecuador no es un narcoestado porque el gobierno y los funcionarios de un perfil medio o medio-alto no se han beneficiado del narcotráfico, pero es cierto que las redes del narcotráfico se han filtrado en niveles políticos, han financiado campañas. Pero si las condiciones actuales continúan nos acercamos a ese escenario.
P.- Y a todo ello se suma la corrupción.
R.- Es un fenómeno transversal a todos esos delitos. Se trata de la corrupción dentro del Estado. Para que haya minería ilegal necesitas que las alcaldías y las provincias permitan operar a la delincuencia organizada. Ahora hay cuatro enclaves de minería ilegal en la frontera norte, en la sur, en Zamora, Chinchipe y el Napo. Están alejados de Quito y Guayaquil. Son zonas donde la presencia del Estado es menor y el Estado que queda es muy corrupto.
P.- ¿Qué favorece que las bandas hayan cobrado tanto peso y que en Ecuador se esté dando este auge de la violencia? ¿Es la dolarización o los puertos?
"Si las condiciones actuales perduran, Ecuador se convertirá en un narcoestado"
R.- Para empezar, Ecuador se encuentra entre los dos más grandes productores de cocaína del mundo. Estamos junto a Colombia y Perú. Por el norte entra la droga y por el sur las armas. Sin embargo, hay que entender que el problema de la delincuencia organizada es transnacional. Los Estados han de actuar. Pero sin una articulación interestatal dudo que se pueda combatir eficazmente el crimen organizado. En Ecuador se ha tercerizado el crimen. Las bandas ecuatorianas están subcontratadas por grupos colombianos que a su vez trabajan con los cárteles mexicanos. Este es el problema de la oferta. Pero menos se habla de la demanda. ¿Adónde va tanta cocaína? A Europa y EEUU. No estoy en contra del consumo. La cuestión es que las drogas sean descriminalizadas. Justo hace 100 años se firmó la enmienda 18 en EEUU. La prohibición solo crea mercados ilegales que son cooptados por grupos mafiosos, bandas, pandillas o grupos de delincuencia organizada.
P.- Y estas bandas son las reinas en las cárceles.
R.- En 2017 las autoridades entregaron pabellones enteros a diferentes bandas. En ese momento se pensó que eso ayudaría a reducir la violencia pero lo que pasó es que las bandas se hicieron más poderosas y convirtieron las cárceles en su centro de mando. Aquí cualquier miembro de una banda cumple su pena en la prisión de su grupo. Justo el Decreto 111 se firma después de la fuga de Fito, que tenía el control absoluto. El Estado miraba hacia otro lado para que tuviera ciertos privilegios. No habría pasado sin la participación directa o la vista gorda del Estado.
P.- De esta manera, las altas instancias del Estado se han dejado seducir o han sido sometidas por las bandas.
R.- En parte sí. En Ecuador el imperio de la ley es muy débil. La impunidad manda el mensaje de que no pasará nada si cometes un delito. Y si caes, vas a la cárcel dominado por tu grupo.
P.- ¿Cuáles son las bandas que actúan ahora?
R.- Desde 2000 a 2020 Los Choneros eran una megabanda que trabajaba bajo el liderazgo de José Luis Zambrano, alias Rasquiña. En 2020 lo liberaron tras una decisión cuestionable y en diciembre de ese año lo asesinaron en la ciudad portuaria de Manta, en la provincia de Manabí. Entonces se produce el efecto llamado cabeza de la hidra: cae una cabeza y salieron varias. A partir de ahí surgieron organizaciones como Las Águilas, Los Fatales y los Choneros, los Lobos, los Lagartos... Y luego se fueron atomizando. El Decreto Ejecutivo 111 declara como objetivos militares a 22 bandas. Entre ellas están los Caballeros Oscuros, los Tiburones, la Mafia 18... No puede hablarse de estructuras fijas. Van cambiando mientras observamos. Ahora es momento de cambios también.
P.- ¿Hay conexión con las Latin Kings establecidas en España?
"Necesitamos que Noboa se empeñe en garantizar la independencia de las instituciones"
R.- Sin duda alguna hay relación. En 2023 se realizó en el Puerto de Algeciras la mayor incautación de cocaína, y era cocaína procedente de Ecuador. Para que llegue la droga han de tener gente operativa en España. Pero sería prematuro asegurar que están operando las bandas con los Latin Kings de forma coordinada. En España es mucho menor la corrupción, pero hay arrestos de guardias civiles por tráfico de estupefacientes. La diferencia es que el imperio de la ley es más fuerte y si te detienen vas a tener que cumplir la pena.
P.- Es un cóctel explosivo el que vemos en Ecuador: descontrol territorial, abandono de las cárceles y hacinamiento, corrupción descontrolada. Recientemente hemos visto el asalto a un canal de televisión, atentados contra representantes del poder político y judicial. ¿Corre riesgo la democracia en Ecuador?
R.- Sí, sin duda alguna. Es uno de los grandes riesgos. Yo temo por nuestra débil democracia. El asalto al canal de televisión no es el único, porque ha habido más ataques. Hemos perdido al candidato presidencial Don Villa y al fiscal. La democracia está totalmente en riesgo. Incluso lo hemos visto con el ex presidente Lasso: su cuñado, que había financiado parte de su campaña, tenía vínculos directos con la mafia albanesa. Las débiles instituciones se han visto afectadas por la infiltración de grupos de delincuencia organizada y financiación de campañas. Ya hay diez periodistas exiliados. El espejo en el que nos miramos es México y eso inspira mucho temor.
P. ¿Qué efecto tiene en los inversores?
R.- La situación de seguridad afecta fuertemente en la economía, ya que con inseguridad, la inversión se va y los turistas no llegan. La gente se refugia en sus casas. Y esto es terrible en un país con un 35% de desempleo.
P.- ¿Cómo se sale del pozo en el que está Ecuador ahora?
R.- Yo personalmente tengo mucha fe en las organizaciones civiles y en las voluntades personales. En Ecuador hay una fundación excelente que es la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, y que justamente lo que hace es ver la participación de la corrupción. Necesitamos a la sociedad civil involucrada y también instituciones fuertes. Necesitamos que el gobierno de Daniel Noboa se empeñe en garantizar la independencia de las instituciones y así no permitir que el Centro de Inteligencia Estratégica trabaje para el gobierno. O que haya una fiscalía independiente. Hay que terminar con la corrupción de forma contundente. Ecuador es una democracia aunque sus instituciones sean muy débiles.
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hace 10 meses
Amplío el comentario anterior.
Por cuestiones laborales, viajo permanentemente por muchos países del mundo, desde europeos a americanos, pasando por asiáticos y africanos, y, creo, se de lo que hablo en el comentario que he escrito antes.
hace 10 meses
¿Sólo las bandas ecuatorianas?
Les voy a hablar de Madrid, que es donde vivo, dense una vuelta por La Elipa, el Barrio Bilbao, Tetuán, Usera, Latina…¿sigo?
A partir de ahí, busquen nacionalidades, las que quieran, siendo además, lo mejor de cada casa.
Bienvenidos los que vienen a trabajar y a forjarse un futuro que su país no les da – bastante desgracia tienen con tener que abandonar sus lugares de origen por necesidad – pero los sinvergüenzas que vienen a delinquir y a vivir del cuento…»’sobran!!!
Estoy harto del buenismo de los pijoprogres que sólo buscan llamar la atención y poner patas arriba un país que, precisamente por eso, por ese buenismo impostado y negligente, está perdiendo sus principales señas de identidad: la seguridad ciudadana una de ellas y de las más importantes.
Y que nadie se haga líos, ni voto a VOX ni tengo tendencias políticas de derechas, que parece que son los ogros que se comen vivos a los «pobres» delincuentes extranjeros que nos vienen a «joder la marrana» (perdónenme la expresión, pero me ha salido del alma)
Me limito a ser cabal y a «leer» la realidad.