Enero apura la recta final con un Oriente Próximo sumido en una espiral sin aparente fondo. El único “diálogo” fructífero son los ataques con misiles y los bombardeos, convertidos en moneda de trato en este inicio incierto de 2024. En apenas tres semanas hasta diez países y grupos armados han recurrido a su arsenal para enfrentarse al enemigo, sea cual sea su naturaleza, en una señal más de la mecha que la guerra en Gaza, en su cuarto mes, ha prendido.
“Algunos observadores han llegado a la conclusión de que una guerra regional ya está en marcha o pronto lo estará”, advierte Richard A. Clarke, ex funcionario de la seguridad estadounidense y experto del think tank Middle East Institute, a propósito de la profusión de ataques cruzados que marcan el mapa de una región en llamas. “Es un riesgo real, en gran medida porque Irán está intentando presionar a Israel a través de sus aliados iraníes, que denomina el Eje de la Resistencia: Hizbulá en el Líbano, los hutíes en Yemen, Hamás en Palestina y grupos terroristas en Siria, Irak y Bahréin”, agrega.
Clarke extrae como lección de este intenso y explosivo arranque de año el repliegue que durante los últimos años protagonizó Estados Unidos. “Estados Unidos cometió el error de dejar 'dormir al perro', sin esforzarse por abordar las cuestiones fundamentales y de fondo de la región, como la necesidad de crear un Estado palestino o la necesidad de detener el esfuerzo de desestabilización iraní mediante la creación de una red regional de milicias armadas. Esa inacción o atención inadecuada permitió que las cosas empeoraran, llevándonos a donde estamos hoy”, afirma.
Irán
Precisamente en la última semana la República de los Ayatolás se ha sumado al listado firmando ataques directos contra el Kurdistán iraquí, Siria y Pakistán. Este lunes la diplomacia iraní aseguró que los ataques con misiles son un mensaje, sin especificar el destinatario concreto. “Se trató de un acto decisivo contra aquellos que amenazan a Irán. Aquellos que debían recibir el mensaje de Irán lo recibieron definitivamente”, declaró su portavoz Naser Kananí.
Teherán atacó con misiles y drones la semana pasada objetivos del Estado Islámico en Siria, presuntas bases israelíes en Irak -que asesinaron a un magnate kurdo y parte de su familia- y un grupo extremista suní en Pakistán con el objetivo de vengar a las víctimas de los atentados de Kerman y Rask, además de la muerte de tres miembros de la Guardia Revolucionaria.
Irán no desea en absoluto entrar en una confrontación directa con EE.UU. e Israel. Eligió el blanco más blando, el Kurdistán iraquí
“En el caso del Kurdistán iraquí, Iran asegura que se trataba de un centro del servicio de inteligencia israelí Mossad. Irán no ha aportado ninguna prueba en ese sentido. Estas afirmaciones no han sido corroboradas y ha provocado víctimas civiles y una enorme ira en el Kurdistán iraquí y también en el resto de Irak”, explica a El Independiente Kawa Hassan, experto en Oriente Próximo y norte de África del centro de análisis Stimson.
“Claramente Irán sentía la necesidad de hacer algo después del ataque terrorista en Kurman hace unas semanas y también después del asesinato de un prominente comandante iraní de la Guardia Revolucionaria en Siria a finales de diciembre, aparentemente por Israel. Irán no desea en absoluto entrar en una confrontación directa con EE.UU. e Israel, por lo que ha elegido el objetivo más fácil y blando, el Kurdistán iraquí, porque Irak es un país en el que la élite política está fragmentada, dividida y no tiene pleno control de su soberanía, una situación que también se produce internamente en el Kurdistán entre los dos principales partidos”. “En términos de disuasión, este ataque es muy limitado en las dinámicas militares de la región. Es para consumo interno y para mostrar al llamado eje de resistencia que Irán ha hecho algo”.
En Pakistán los bombardeos iraníes provocaron la muerte de dos niños e Islamabad replicó con sus propios ataques en territorio iraní contra supuestos grupos terroristas, que causaron nueve muertos. Este lunes ambos países restablecieron plenamente sus relaciones diplomáticas tras el choque de la semana pasada.
Israel
Además de su campaña de ataques aéreos indiscriminados sobre la Franja de Gaza, que han dejado más de 25.000 muertos y destruido el territorio palestino, Tel Aviv lanzó el sábado un ataque aéreo en Damasco, la capital siria, que mató a una docena de personas: cinco miembros de la Guardia Revolucionaria, que trabajaban como asesores militares en el país árabe, además de cuatro sirios contratados por las milicias iraníes, dos libaneses y un iraquí. Tres de los muertos, entre ellos dos generales, fueron enterrados este lunes en Teherán en mitad de consignas de venganza contra Israel.
Israel, además, también ha empleado los ataques en el norte, en las escaramuzas contra la milicia chií libanesa Hizbulá.
Jordania
El reino hachemita llevó a cabo la semana pasada un ataque aéreo en la provincia meridional siria de Al Sueida, cerca de la frontera con Jordania, en lo que el país atacante vinculó a una campaña contra contrabandistas y narcotraficantes. El ejército jordano ha efectuado al menos otras dos campañas desde el arranque de este año para tratar de detener el tráfico de "captagón", un tipo de anfetamina que se produce en Siria en grandes cantidades y cuyo tráfico ha disparado la guerra civil.
EEUU/Reino Unido
La coalición internacional liderada por Estados Unidos y Reino Unido inició este mes ataques contra radares, bases aéreas e instalaciones de lanzamiento de misiles de los hutíes en Yemen, en respuesta a los andanadas del grupo chií contra la navegación internacional en el mar Rojo. El último de los ataques aéreos se produjo a última hora de este martes. Ya suman nueve. “Nuestro objetivo sigue siendo desescalar las tensiones y restaurar la estabilidad en el mar Rojo, pero reiteramos nuestra advertencia a los líderes hutíes: no dudaremos en defender vidas y el libre flujo del comercio en una de las vías fluviales más críticas del mundo ante las continuas amenazas”, señala el comunicado conjunto de la coalición. Los lanzamientos cuentan con el apoyo logístico de Australia, Bahréin, Canadá y Países Bajos. En su último arremetida, Washington aseguró haber destruido dos misiles antibuque hutíes que apuntaban al sur del Mar Rojo y estaban preparados para ser lanzados.
Hutíes (Yemen)
La milicia chií de los hutíes, que controla amplias zonas de Yemen, ha seguido lanzando misiles y drones contra barcos en el mar Rojo en una campaña iniciada, aseguran desde el grupo, en solidaridad con los palestinos de Gaza y la ofensiva militar israelí. Han firmado más de una treintena desde el pasado noviembre.
Hamás (Territorios Palestinos)
La actual guerra en Gaza, que supera ya los 100 días, no ha logrado extinguir el lanzamiento de cohetes y misiles desde la Franja contra Israel. Las brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamás, han reivindicado desde principios de enero repetidos ataques contra Israel, la mayoría interceptados por el sistema de defensa israelí.
Hizbulá (Líbano)
Líbano, el otro frente de las tropas israelíes, también ha permanecido activo desde inicios de este año. La milicia chií libanesa ha lanzado misiles hacia Israel tratando de buscar un complicado equilibrio entre la necesidad de responder a los israelíes -especialmente tras el asesinato en Beirut del número dos de Hamás, Saleh al Arouri, acogido y protegido por Hizbulá- y no escalar el conflicto hacia una guerra abierta y masiva con Israel, un escenario no deseado para un país al borde de la bancarrota y con frágiles juegos políticos entre credos y sectas.
Turquía
En este tablero de ataques cruzados, Turquía tampoco ha faltado a la cita. En las últimas semanas Ankara ha acometido sus habituales ataques aéreos contra milicias kurdas, tanto en el norte de Irak como en Siria. El país, con una importante minoría kurda, trata de neutralizar así una amenaza a golpe de unos bombardeos que en el pasado han creado tensiones con EEUU, que ha apoyado a la milicia kurda en Irak en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico.
Milicias chiíes en Irak
El conglomerado de milicias chiíes iraquíes ha reclamado como propios ataques con misiles contra bases militares con presencia de la coalición establecida por Estados Unidos para la lucha contra el Estado Islámico. Alrededor de 3.400 soldados de la coalición permanecen desplegados en Irak y Siria mientras se trata de mantener la presión para evitar el resurgimiento del grupo yihadista. Desde octubre han firmado decenas de ataques. Este lunes la apodada Resistencia Islámica de Irak reivindicó el ataque de dos misiles contra una base estadounidense en Siria o el uso de drones kamikazes en la base Ain al Asad en el oeste de Irak.
En represalia por estos ataques, el ejército estadounidense lanzó este martes ataques contra los cuarteles generales de Kataib Hizbulá y lugares de almacenamiento de cohetes y misiles, entre otros, en territorio iraquí. Una acción que fue reprobada este miércoles por el Ejecutivo iraquí.
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