Alemania es el país de la Unión Europea al que la guerra de Ucrania ha llevado a dar un giro radical en su política de defensa. Ha experimentado lo que el canciller federal, Olaf Scholz, denominó Zeitenwende (cambio de época) hace casi dos años, justo después de que el líder ruso, Vladimir Putin, ordenara lo que él todavía llama "operación militar especial". Es decir, la invasión total de Ucrania después de librar una guerra que comenzó en 2014 con el apoyo a sus proxys en el Donbás y la anexión de Crimea.

El gobierno de Berlín, formado por socialdemócratas, liberales y verdes, acaba de confirmar que este año por primera vez el presupuesto destinado a defensa superará el 2% del PIB. Sobre el suministro de armamento ha sido prudente: tardó en aprobar el envío de los tanques Leopard-2, crucial a principios de 2023, y ahora el gobierno tricolor está dividido sobre los misiles Taurus.

El Taurus KEPD-350 es una de las joyas de la corona del Ejército federal. Es uno de sus sistemas armamentísticos más modernos de la Bundeswehr.

Este misil lleva 15 años en el inventario de la Fuerza Aérea Española donde es operado por el avión de combate EF-18 Hornet. Es una de las armas más poderosas con las que cuenta España.

Un misil que llega a territorio ruso

El Taurus, con 500 kilómetros de alcance, se lanza desde un avión de combate y tras ser impulsado por un motor a reacción encuentra su objetivo de forma autónoma. Puede llevar una cabeza explosiva de 480 kilogramos.

Vuela a unos 35 metros de altura, con lo que es difícilmente detectable por el enemigo. La Bundeswehr cuenta con 600 Taurus.

Este misil se utiliza para atacar objetivos de alto valor estratégico como infraestructuras estratégicas como puentes. Puede penetrar incluso en un búnker y luego explotar. Su sistema de navegación GPS por satélite está protegido contra interferencias.

Si Ucrania contara con misiles Taurus, de fabricación sueco-alemana, podría atacar objetivos rusos situados lejos de la línea de frente. Por ejemplo, serían ideales para utilizar en Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014. Kiev aspira a recuperarla.

Supondrían un paso más tras recibir los Storm Shadow británicos, con un alcance menor, de unos 250 kilómetros. Ha sido desarrollado por Francia y Reino Unido. Ucrania demandaba estos misiles al igual que los ATACMs estadounidenses. Los franceses han enviado los Scalp. A diferencia de ellos, los Taurus llegarían hasta Moscú sin ser detectado por la defensa antiaérea del Kremlin.

Riesgo de escalada

Con los Taurus, Ucrania podría atacar también objetivos en territorio ruso. Y de ahí las reticencias del canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, que aboga por apoyar a Kiev pero siempre evitando una escalada. Sin embargo, sus socios liberales están a favor de entregar los Taurus a Kiev.

Así lo ha defendido la presidenta de la comisión de defensa en el Bundestag, la diputada del FDP Marie-Agnes Zimmermann, que ha dicho que votará a favor de la propuesta de la oposición conservadora CDU/CSU de incluir explícitamente el envío de estos misiles de largo alcance en próximos envíos a Ucrania. Habrá decisión esta semana.

Los Verdes también están a favor de que los Taurus se utilicen en Ucrania para detener a las tropas leales a Putin. Scholz corre el riesgo de quedarse solo con el apoyo de la extrema izquierda y la extrema derecha. La diputada liberal se ha referido a la "cabezonería" del canciller federal.

A Zimmermann le sorprende cómo los socialdemócratas alemanes no se ha dado cuenta de lo que está en juego en Ucrania, especialmente después de la muerte en una cárcel del Ártico del disidente Alexei Navalni.

A pesar de estas discrepancias sobre los Taurus, lo cierto es que Alemania es el país después de Estados Unidos que más ha ayudado a Ucrania. Berlín had ado ya armas por valor de 17.700 millones de de euros, según el Kiel Institute's Ukraine Support Tracker.

En una resolución de la coalición tricolor, se señala que se enviarán armas de largo alcance para que Ucrania pueda responder al agresor ruso. Sin embargo, ha llamado la atención que no se mencione de forma explícita a los Taurus.

Scholz es quien actúa con más prudencia, también porque no quiere ir más lejos que Estados Unidos, que solo ha enviado unos cuantos MGM-140 ATACMS, con un alcance de 300 kilómetros. Rechaza que se envíen misiles Taurus a Ucrania.

El portavoz del gobierno, Steffen Hebestreit, ha recordado que hay tres criterios para las entregas de armas de Alemania a Ucrania: Alemania y la OTAN no pueden convertirse en una parte de la guerra; tiene que haber una estrecha coordinación entre los socios internacionales, sobre todo con EEUU; y la ayuda responsable a Ucrania ha de tener en cuenta los intereses de seguridad alemanes.