Alemania ha anunciado una reforma de la Bundeswehr para que esté preparada para la guerra (Kriegstütichkeit). Como uno de los problemas es la falta de personal, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, ha reconocido que está sobre la mesa la vuelta del servicio militar. Finlandia presume de contar con más de 800.000 reservistas, en una población de 5,5 millones, y su primer ministro, Petteri Orpo, ha recomendado a los aliados que recuperen el servicio militar.
La invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, que fue precedida por la anexión de Crimea y la ocupación parcial del Donbás en 2014, ha transformado las necesidades de defensa de los aliados. La amenaza rusa ha llevado a países como Suecia y Finlandia, que antes mantenían una apariencia de neutralidad, a pedir la entrada en la OTAN, de la que ya forman parte.
La OTAN acaba de cumplir 75 años con casi el triple de aliados de los que había en su fundación. La Alianza Atlántica ha vuelto a sus orígenes: la defensa de las fronteras. Y para ser eficaz necesita contar con más efectivos.
El caso finlandés
Finlandia representa un caso particular. Cuenta con más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia. Formó parte del Imperio Ruso y se independizó en 1917 en plena revolución bolchevique. Después de dos guerras con la URSS tuvo que ceder el diez por ciento de su territorio. En la Segunda Guerra Mundial adoptó un papel neutral por imposición soviética y de ahí el término finlandización.
Pero seis meses después de que cayera la URSS, Finlandia llamó a las puertas de la Unión Europea. El año próximo se cumplen tres décadas de su ingreso. Hasta ahora Finlandia era un país asociado de la OTAN, al igual que Suecia, así que ya habían dejado de ser neutrales hace tiempo. En vísperas de su ingreso, la embajadora de Finlandia en España, Sari Rautio, aseguraba a El Independiente que su país estaba preparado si Rusia "reaccionaba" a este paso, adoptado con el consenso de la mayor parte de las fuerzas políticas.
En Finlandia, los hombres son llamados al servicio militar al cumplir los 18 años. La duración oscila entre los seis y los 12 meses. Una vez concluido, entran en la reserva hasta los 60 años. Para las mujeres es voluntario.
Las exenciones son posibles así como realizar un servicio civil pero el llamado intti está muy arraigado en la sociedad y la cultura finlandesa. Más del 70% de los varones finlandeses completan su servicio militar.
En tiempo de guerra, Finlandia cuenta con 280.000 efectivos, lo que supone un elemento disuasorio de peso. "Estoy muy orgulloso de que el 80% de los finlandeses estén dispuestos a defender su país con las armas en la mano", decía el primer ministro finlandés en una entrevista en el diario polaco Rzeczespospolita.
Nórdicos y Bálticos, por la mili
Noruega y Estonia, como Finlandia, tampoco suprimieron el servicio militar obligatorio al finalizar la Guerra Fría. Los otros dos Países Bálticos, Letonia y Lituania, que se sienten especialmente amenazados por Rusia, lo han reintroducido.
Suecia recuperó el servicio militar obligatorio en 2018, tras haberlo abolido en 2010. Las dificultades para encontrar vocaciones militares explican este paso. Esta formación militar obligatoria para hombres y mujeres es de 11 meses de duración. Lo combina con el servicio voluntario. En realidad, lo realiza solo un reducido grupo de los jóvenes que cumplen la mayoría de edad elegidos en virtud de varios criterios.
Dinamarca se acaba de sumar a Suecia y Noruega a la hora de incorporar a las mujeres al servicio militar. Según la última reforma, el servicio militar se ampliará hasta los 11 meses, con una formación de medio año en una unidad del Ejército de Tierra, la Fuerza Aérea o la Marina. Cada año llamará a realizar este servicio a 5.000 jóvenes que se sumarán a los 9.000 soldados profesionales.
Alemania se lo plantea
En el caso de Alemania, donde se ha abierto el debate, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha reconocido que no es una decisión exclusiva de su Ministerio sino que han de participar tanto las fuerzas políticas como representantes de la sociedad. Más que volver al modelo vigente antes de 2011 se trataría de adaptar una fórmula parecida al modelo sueco. La Bundeswehr cuenta ahora con 181.000 efectivos y precisaría superar los 203.000 en 2031.
Alemania, cercana a la recesión, va a ajustarse el cinturón. Sin embargo, el presupuesto de Defensa va a aumentar, ya que este año por primera vez se va a superar l 2%, mínimo requerido a los aliados. España está lejos de ese objetivo: en 2023 apenas llegará al 1,3%. Desde Alemania, Francia y Polonia se están lanzando mensajes a países como España e Italia para que se tomen en serio la necesidad de aumentar el presupuesto militar.
En Francia el debate cobra vida. El servicio militar tenía como misión inculcar los valores republicanos, desde su concepción con Napoleón a finales del siglo XVII. Se eliminó en 1997. Hay políticos como el ex primer ministro Édouard Philippe que defienden claramente la vuelta de la mili. Según una encuesta publicada por Le Figaro, hasta el 65% de los franceses está a favor del servicio militar obligatorio y el 35% lo rechaza.
En el Reino Unido la experiencia es diferente porque la base de las Fuerzas Armadas son efectivos voluntarios. Sin embargo, sufre de las carencias de otros ejércitos europeos.
Uno de los pocos países de la OTAN donde hay suficientes voluntarios es Polonia. De momento no se plantea levantar la suspensión del servicio militar, vigente desde 2010. Eso siempre que no se considere necesario por un giro en el escenario bélico que lleve a la OTAN a pedir más esfuerzo a los aliados.
Para aumentar el número de soldados, el Ministerio de Defensa cuenta con varias medidas como el servicio militar voluntario, las Fuerzas de Defensa Territorial o proyectos como Entrenarse con el Ejército. Este año prevén formar a unos 30.000 voluntarios.
Estoy muy orgulloso de que el 80% de los finlandeses estén dispuestos a defender su país con las armas en la mano"
petteri orpo, primer ministro de finlandia en rz.pl
El caso de España
En España el reclutamiento forzoso data del siglo XVIII y fueron los Borbones los que lo implantaron. La conocida mili se transformó en un sistema del que se libraban los privilegiados y tenía muy mala imagen. Se eliminó en 2001, tras un periodo en el que se admitía la objeción de conciencia.
"Tengo la impresión de que en España un servicio militar obligatorio no está sobre la mesa. Las Fuerzas Armadas tienen un nivel de profesionalización que disuade de la reinstalación de una mili que no tiene buena imagen y no sería eficiente. Nuestro actual modelo de defensa no contempla este tipo de reclutamiento. Se trabaja en un nivel de disponibilidad y adiestramiento al cien por cien", afirma Alberto Bueno, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Granada.
Lo que sí existe en España so los reservistas voluntarios. "Es un modelo que se adapta muy bien a la idiosincrasia de la sociedad española y que tiene un amplio margen para ampliar su implantación en nuestro país", sostiene Francisco Rubio Damián, coronel en la reserva. Hay reservistas de especial disponibilidad y los reservistas voluntarios, que aportan su conocimiento y experiencia pero no son movilizables. Son entre 4.000 y 6.000, aunque se pretendía superar los 14.000.
"En todo caso, cualquier modelo de servicio militar en España debería plantease sobre la base de la voluntariedad, la igualdad y la compensación", añade Rubio Damián.
Las Fuerzas Armadas tienen un nivel de profesionalización que disuade de la reinstalación de una mili que no tiene buena imagen y no sería eficiente"
alberto bueno, profesor de ciencia política en la universidad de granada
Los problemas del alistamiento forzoso
Como explica el coronel en la reserva Francisco Rubio Damián en su libro Guerra S.A. La pritavización de los conflictos armados, "la escasez de efectivos militares para hacer frente a los actuales retos de seguridad internacionales tiene tres vías de solución: incrementar los efectivos, reducir los despliegues militares en el exterior o aliviar la carga de trabajo de los soldados. Una de las formas de aumentar el número de militares en un Ejército consiste en recurrir al reclutamiento forzoso, algo que parece casi utópico en algunos países occidentales, pero que en otros funciona con normalidad, como en Finlandia, Noruega, Dinamarca, Estonia o Lituania, solo por nombrar algunos ejemplos europeos".
Una de las formas de aumentar el número de militares en un Ejército consiste en recurrir al reclutamiento forzoso, algo que parece utópico en algunos países occidentales"
francisco rubio damián, autor de 'guerra s.A. ' la privatización de los conflictos armados'
Sin embargo, el coronel destaca cómo el reclutamiento forzoso no soluciona el problema de la falta de efectivos, al menos en los países occidentales. "Solo se permite a los soldados de reemplazo participar en la defensa del territorio nacional, limitando el despliegue en operaciones exteriores a los que se presten a ello de forma voluntaria. Por si esto fuera poco, el personal no profesional suele estar menos capacitado para el correcto manejo del armamento y material actual, cada vez más tecnológico, valioso y de difícil reposición. Su preparación, por lo tanto, requiere un periodo de formación y adiestramiento más largo que el de hace unas décadas".
El problema es que la alternativa, hacer atractiva la carrera militar, y bien pagada, eleva el gasto público. Es lo que ha llevado a varios países a volver al servicio militar. Alberto Bueno apunta cómo los ejércitos necesitan un mayor nivel de alistamiento y por ello se plantea el servicio militar. "Lo que deberíamos plantearnos es mejorar los niveles de retención o convertir las Fuerzas Armadas en un destino profesional atractivo. Hay que tener en cuenta que con el tiempo habrá cada vez menos jóvenes y el problema irá in crescendo", señala Bueno.
El coronel en la reserva Francisco Damián apunta dos posibles soluciones para este problema de alistamiento: recurrir a ejércitos privados o empresas de seguridad, lo que señala que debería ser solo en casos excepcionales, o bien confiar en la tecnología. "Los drones, la robótica y la inteligencia artificial, proporcionarán máquinas que podrán sustituir a los soldados, aliviando así la necesidad de incrementar los efectivos militares", dice el coronel en La guerra de los robots. A partir de 2030 el general Nicholas Patrick Carter consideraba posible que el Ejército británico contara con 90.000 soldados y 30.000 robots.
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