"Como dos grandes potencias mundiales, China y la Unión Europea deben seguir siendo socios, proseguir el diálogo y la cooperación, profundizar la comunicación estratégica, reforzar la confianza mutua estratégica, consolidar su consenso estratégico y comprometerse en la coordinación estratégica». Las palabras de Xi Jinping en París, en el arranque de su primera gira europea desde la pandemia, evidencia el objetivo del líder chino. Xi traslada a la UE que será tratada como una potencia geopolítica si se porta como tal y es independiente de Estados Unidos. Como primer logro, más simbólico que trascendental, Xi Jinping ha llamado a una tregua olímpica con motivo de los Juegos que se celebran en verano en la capital francesa.

El presidente chino y su esposa, la ex cantante de ópera Peng Liyuan, llegaron el domingo a la capital francesa, donde fueron recibidos en el aeropuerto de Orly por el primer ministro, el jovencísimo Gabriel Attal. La agenda oficial de la visita de Estado no comenzaba hasta el lunes. El presidente francés, Emmanuel Macron, y su esposa Brigitte, han recibido a la pareja china en el Elíseo, donde también cenaron con menos pompa que en Versalles, pero con todos los honores.

Este martes irán al Tourmalet, una de las etapas del Tour. Por la zona veraneaba Macron de niño y en ese marco quiere trasladar al presidente Xi la relevancia que tendría que China cambiara su forma de abordar la guerra en Ucrania. Pero Pekín ni siquiera habla de guerra, es un conflicto, en el que no va a inmiscuirse. Eso sí ha asegurado que no van a facilitar armamento, pero eso lo lleva defendiendo Pekín hace tiempo.

Francia abrió la brecha con Pekín

El hecho de arrancar en Francia esta minigira europea tiene una especial relevancia. China y Francia conmemoran el 60 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas. El general De Gaulle tomó la iniciativa en 1964 antes que lo hiciera Estados Unidos, guiado por el instinto del diplomático Henry Kissinger. Como entonces, China espera de Francia "autonomía estratégica". Es decir, que no acate al pie de la letra lo que dice Washington y dé relevancia a sus relaciones con Pekín. Xi está dispuesto a que los cosméticos y los productos alimenticios y el simbólico coñac francés no tengan trabas para su comercialización en el mercado chino.

En un artículo publicado en el diario Le Figaro, Xi Jinping indica: "Damos la bienvenida a más productos agrícolas y cosméticos franceses de calidad en el mercado chino para satisfacer las crecientes necesidades del pueblo chino de una vida mejor". El texto ha sido reproducido en inglés por el Diario del Pueblo, el portavoz del Partido Comunista de China.

La UE ha abierto una serie de investigaciones antisubvenciones sobre productos chinos por temor a que el exceso de capacidad industrial de China provoque dumping en los mercados de los Veintisiete, especialmente en vehículos eléctricos, baterías, paneles solares y otros productos relacionados con la energía verde.

Macron ha querido que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, estuviera presente en el encuentro con Xi en París para reforzar la idea de que es toda la UE la que ve con reticencia la invasión de coches eléctricos chinos. A Xi le venía bien que su mensaje europeísta fuera escuchado por la presidenta de la Comisión Europea.

En los últimos días, Alemania y el Reino Unido han detenido y han imputado a al menos a seis personas por presunto espionaje y delitos relacionados con China. Una de ellas era asesor del número uno de la lista de Alternativa para Alemania a las elecciones europeas.

Este acercamiento a Francia viene precedido por la visita en abril del canciller alemán, Olaf Scholz, que estuvo en Pekín acompañado por un nutrido grupo de empresarios. Cualquier choque con China puede dañar a las compañías automovilísticas alemanas, y Berlín quiere evitarlo. El déficit comercial de la UE con China ascendía a 396.000 millones de euros en 2022. El 20% de las importaciones de bienes viene de China.

China no se disputa la hegemonía con la UE. No es lo mismo con EEUU"

XULIO RÍOS, ASESOR EMÉRITO DEL OBSERVATORIO DE POLÍTICA CHINA

El atractivo del eje francoalemán

En Francia y Alemania, sobre todo hay cierto resquemor una vez comprobado el daño que causó la dependencia energética de Rusia. París y Berlín son objetivo prioritario para Pekín, una vez que Roma diera en marzo pasado un giro de 180 grados y se alejara de la potencia asiática.

A costa comprar gas barato a Rusia, lo que avaló desde el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder, a la democristiana Angela Merkel, Berlín formó una relación de dependencia con Moscú, que permitió al Kremlin crecerse en términos geopolíticos. La UE ha delegado la seguridad en EEUU, la producción a China y el suministro energético a Rusia. En teoría quiere impulsar su autonomía estratégica pero sin un rumbo coordinado por los Veintisiete es imposible.

La principal preocupación de Xi es seguir dibujando el entendimiento estratégico con Europa"

Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de Política China

De este modo, Xi busca en Francia un interlocutor con fuerza en la UE. "La principal preocupación para Xi es seguir dibujando el entendimiento estratégico con Europa. Después de la visita del canciller alemán, Olaf Scholz, a Pekín, se enfatiza la idea de que Europa tiene que pensar por si misma la relación con China y ha de tomar decisiones de forma autónoma. Para China la relación con Europa es muy importante. Xi busca un marco de confianza para que la UE no se sume de forma automática a las posiciones de Washington. Si este marco se consolida, China está abierta hablar", indica Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de Política China.

El mensaje de Pekín es claro. Traslada al presidente Macron, como ya lo hizo con Scholz, que "la pugna de EEUU con China no es la misma que Europa con China. EEUU se disputa la hegemonía. La UE no, aunque forme parte de lo que se llama Occidente. La UE tiene un marco de flexibilidad mayor que EEUU a la hora de encarar la relación".

Sin embargo, no todos los países en la UE ven a China de la misma forma. Los hay más acordes con Estados Unidos como los Bálticos o Polonia, y los que consideran que si alguien a quien pueda escuchar Putin es a Xi. Sin embargo, China ha puesto sobre la mesa sus 12 puntos sobre lo que denomina conflicto.

"En suma, no cree que Rusia tenga razón, pero sí sus razones. Y se atiene al principio de no injerencia. Putin viaja a Pekín a mediados de mayo. A China le interese que acabe la guerra, pero no se siente partícipe. En el fondo cree que ha sido el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, el que ha llevado a su país a esta deriva por integrarse en la OTAN", añade Xulio Ríos, quien no cree que China vaya a cambiar un ápice su posición sobre Rusia. A China le parece pura hipocresía que EEUU demande que no envíen armamento a Rusia, mientras que Washington apoya militarmente a Taiwán, que considera su territorio.

El interés por Europa Central y Balcanes

Tras la inmersión en francés, Xi Jinping viaja a Serbia primero y luego a Hungría. China tejió unas relaciones intensas con los llamados 16+1, países de Europa Central y Oriental, más Balcanes y Grecia, que en este momento estaban estancadas. Es un acercamiento a varios países de la UE y otros de fuera del club comunitario. Serbia y Hungría son representantes de ese foro. Hungría está dentro de la UE y Serbia, fuera. Para estos países las inversiones chinas son muy atractivas.

Con Serbia China mantiene una relación histórica. En esta ocasión la visita de Xi coincide con un aniversario luctuoso. Justo este 7 de mayo se cumplen 25 años del bombardeo de la OTAN en el que resultó afectada la embajada china en Belgrado. Murieron tres personas en lo que EEUU presentó como "un accidente". Desde entonces, China ve a la OTAN como una Alianza agresora.

En los Balcanes, Serbia es el socio preferido de China. En enero, el país balcánico anunció un acuerdo por el que China podría invertir cerca de 2.000 millones de euros en centrales eólicas y solares y en una planta de producción de hidrógeno, según informó la agencia Reuters.

La última etapa de su viaje llevará a Xi a la Hungría del primer ministro Viktor Orban, el líder de los Veintisiete más cercano a la Rusia de Putin. En Hungría terminará su tour europeo el viernes 10 de mayo.

Este país centroeuropeo se ha convertido en un centro de producción cada vez más importante en Europa para los proveedores chinos de automóviles, incluidos los fabricantes de vehículos eléctricos. Hungría incluso podría ayudar a las empresas chinas a sortear aranceles actuales y futuros en la UE.

Para Xulio Ríos, Xi Jinping no se trata de acercarse a países que son cercanos a Putin, sino que son socios relevantes desde hace tiempo. Su periplo pone en evidencia cómo la Unión Europea para serlo precisa una política exterior común donde se tomen las decisiones fundamentales, quizá salvo la ampliación, por mayoría y no por unanimidad. También revela cómo un país como Hungría está dentro y fuera de la UE, y como Serbia, que aspira a entrar, tiene potencial para ser otra Hungría.

En suma, el objetivo de Xi es poder contar con Europa en un sentido amplio y que no sucumba a los cantos de sirena del otro lado del Atlántico. Y de Francia, y de la UE, buscar vías para tratar con la segunda superpotencia global y solicitar su intervención para evitar que la guerra en Ucrania se prolongue años. Para China solo se logrará si la OTAN no busca como recrear la guerra fría. Su tesis no es la rusa, pero está a años luz de la mirada de Occidente.